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La llegada de la campaña de la Lotería de Navidad trae cada año ilusión, colas y todo tipo de supersticiones… pero también un repunte de estafas. Entre ellas, una de las más conocidas, pero a la vez también entre las más eficaces, está una que vuelve cada invierno: el tocomocho, todo un fraude clásico que combina ingenuidad, urgencia y engaño profesional. Tanto la Policía Nacional como los propios administradores de lotería advierten ya de su reaparición estacional.

Los agentes han constatado que el tocomocho vuelve “más convincente” durante las semanas previas al sorteo extraordinario de Navidad y que los delincuentes han sofisticado su manera de actuar para ganar credibilidad frente a sus víctimas.

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Así funciona el timo del tocomocho

Aunque el método tiene décadas de historia, su mecanismo sigue siendo tan eficaz como antes. La Policía Nacional lo resume así: el estafador se acerca a la víctima, que generalmente es una persona mayor, con un décimo que asegura estar premiado, alegando que él no puede cobrarlo “por motivos personales”, y pide ayuda a cambio de una cantidad determinada de dinero o joyas. En muchos casos aparece un segundo cómplice que confirma la versión, se apunta a la compra del décimo y así genera la sensación de que la oportunidad es real.

La Policía insiste: “el boleto es falso, el premio no existe”, y los implicados, todos sin excepción, “son profesionales capaces de resultar extremadamente convincentes”. El fraude se completa cuando la víctima entrega dinero, joyas o accede a retirar efectivo en un cajero a cambio del supuesto billete premiado. La trama desaparece acto seguido para no volverse a ver.

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Se han documentado ya este año varios de estos engaños, subrayando que el timo se apoya en la venta de “billetes supuestamente premiados que no lo están” y en estrategias de presión emocional para acelerar la decisión de la víctima.

Por qué el tocomocho vuelve cada Navidad

La Confederación de Loteros (ANAPAL) señala que el fraude se reaviva cuando más décimos circulan. Entre noviembre y diciembre, las administraciones registran más afluencia de público, especialmente personas mayores, y el ambiente emocional es propicio para que los delincuentes aprovechen la esperanza y la impulsividad de quienes quieren creer en un golpe de suerte.

El auge no es teórico. Los cuerpos de seguridad han registrado nuevos casos en 2025. En Madrid, por ejemplo, cinco personas fueron detenidas tras estafar 63.000 euros entre efectivo y joyas, utilizando exactamente este método. La operación fue distintos medios, añadiendo detalles como que los timadores incluso trasladaban a las víctimas a sus bancos para retirar dinero, un patrón habitual de este fraude. Otros casos recientes incluyen estafas investigadas por la Ertzaintza en Bilbao, todas ellas dirigidas a personas de edad avanzada.

La conclusión es clara: el tocomocho no es una anécdota vintage, sino un fraude que todavía sigue activo y plenamente vigente.

Así es la estafa del ‘tocomocho’ de la que alerta la policía

Las señales de alerta: lo que recomienda la policía

Antes de cada sorteo, la Policía Nacional publica recomendaciones para evitar engaños. En sus guías se insiste en varias claves para no caer en esta estafa:

  • No compres décimos en la calle ni a desconocidos, aunque te ofrezcan un “premio seguro”.
  • Verifica siempre que los boletos provengan de puntos de venta oficiales.
  • Desconfía de cualquier historia que invoque urgencia, pena o incapacidad para cobrar un premio.
  • Nunca entregues dinero o joyas a cambio de un décimo ofrecido por un extraño.
  • Si recibes correos o llamadas sobre premios que no recuerdas haber comprado, ignóralos.
  • Denuncia inmediatamente si sospechas que has sido víctima.

Los loteros también advierten de que estos fraudes generan recelo y complican su actividad, especialmente en la venta online o en décimos compartidos, cuando la confianza en el punto de venta es fundamental.

Un clásico criminal que se moderniza

La pervivencia del tocomocho demuestra que incluso los timos más antiguos siguen funcionando cuando saben adaptarse a los nuevos tiempos. Hoy los estafadores emplean falsificaciones más realistas, justificantes manipulados, listados de premios actualizados y narrativas que pueden también ir en consonancia a la era digital en la que vivimos, pero el núcleo del fraude sigue siendo psicológico: apelar al deseo de creer en la suerte.

En un momento del año en que la emoción suele poder más que la propia cautela, la recomendación es inequívoca y general para todos los interesados en el Sorteo Extraordinario de Lotería de Navidad: siempre hay que comprar décimos por las vías oficiales, nunca dejarse presionar y recordar que, si algo parece demasiado bueno para ser de verdad, probablemente no lo sea. Solo así podemos estar seguros de no caer en este u otros timos que juegan con nuestra ilusión.