Los cuerpos de Mutassim, hijo del ex dictador y su antiguo ministro de defensa, Abu Bakr Yunis, corrieron la misma suerte, según informaron fuentes del Consejo Nacional de Transición.
Después de cinco días del linchamiento de Muamar Gadafi y de sus más cercanos, los cadáveres fueron trasladados a un lugar desconocido por fuerzas rebeldes, aunque aseguran que se les permitió a los miembros de su tribu orar, según las tradiciones.
Los tres cuerpos permanecían en una cámara frigorífica por donde desfilaron cientos de personas que querían ver el cadáver del ex gobernante de 68 años.
Las Naciones Unidas pidieron una investigación para esclarecer la muerte del ex dictador que fue capturado vivo y pocos minutos después ya estaba muerto.
Las organizaciones humanitarias denunciaron que han encontrado fosas con 53 cadáveres con las manos atadas, combatientes pro Gafafi, que al parecer fueron ejecutados con disparos a la cabeza por miembros de las fuerzas rebeldes.