Aquellos millonarios en sus locos cochazos

  • Como el conductor del Lamborghini de 300.000 euros que hace unas semanas se estrelló en Asturias, millonarios amantes de la velocidad se citan en rallies fuera de circuito

  • Un veinteañero venía de Arabia Saudí, con su Bugati Veyron valorado en un millón de euros en la bodega de su jet privado"

  • "Algunos conductores nos piden que les entreguemos una copia de la sanción en la que se ve la fotografía de su coche tomada desde el aire"

Son ricos y amantes de la velocidad. Porsches, Ferraris, McLaren, Rolls Royce, Aston Martin, Bentley, Lamborghini... Deportivos valorados en unos 300.000 euros, aunque su precio puede elevarse hasta los 15 millones. Estos bólidos suelen estar en manos de particulares pero también se alquilan para eventos.

A sus mandos encontramos empresarios, deportistas, toreros, artistas, youtubers Tienen entre 20 y 50 años. Una comunidad a la que le gusta exhibir sus carrocerías y reunirse. Organizan rutas por distintos países. La inscripción puede costar 20.000 euros para un fin de semana por todo lo alto, incluyendo hoteles de lujo, comidas y fiestas con todos los gastos pagados. Eso como mínimo. Un lujo al alcance de pocos.

Pillados por el radar a más de 200 km/h

Muchos han sido cazados por el radar. Como David Díaz, alias AlphaSniper97, un conocido youtuber de 22 años con más de cuatro millones de suscriptores en su canal. El pasado mes de junio, agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil le dieron el alto en Algete (Madrid). Conducía su Lamborghini Huracán Performante a 228 km/h, en una vía secundaria limitada a 100 km/h. El joven publica principalmente vídeos sobre videojuegos pero también ha colgado varios sobre el coche de sus sueños, que los agentes le inmovilizaron de inmediato.

También en su Lamborghini Adventador Roaster fue sorprendido el exjugador del Real Madrid Cristiano Ronaldo, un auténtico fanático del mundo del automóvil. En su garaje aparca varios Ferraris, Audis, Porsches y un Bugatti Chiron. Caprichos que el delantero autoregala como si fuesen juguetes y en los que ha invertido decenas de millones. El portugués circulaba a más del doble de la velocidad permitida por la M-30, en Madrid. Fue sancionado por exceso de velocidad, conducción temeraria y por hacer "caso omiso" de las indicaciones para que detuviese el coche.

Es algo cotidiano entre las estrellas del fútbol. Sobre todo en la capital, en Barcelona o en Sevilla. Rebasar en 50 km/h la velocidad máxima permitida está tipificado como una infracción muy grave. Los conductores quedan investigados por un presunto delito contra la seguridad vial y les prohíben conducir entre uno y cuatro años.

Pero algunos son reincidentes. El caso de Karim Benzemá es uno de los más conocidos. En 2009 el delantero francés del Real Madrid estrelló su Audi recién estrenado cuando salía de una discoteca en la capital tras celebrar su cumpleaños; en 2011 le pillaron en una carrera ilegal en Ibiza, en 2014 circulando a 216 km/h por la carretera de circunvalación M-40, el doble de lo permitido. Le retiraron el carnet, pagó 18.000 euros de multa pero volvieron a detenerle con las manos al volante.

Turismo con Lamborghinis

Hace dos semanas desembarcaba en Asturias un ferry con una decena de Lamborghinis XAS5 a bordo. Sus dueños: británicos de unos 45-50 años adinerados. Venían a hacer turismo con sus potentes automóviles. Durante una semana se hospedaron en un hotel de cinco estrellas en una zona rural de Parres y cada día hacían sus rutas por carreteras de montaña.

En esta ocasión la Guardia Civil no estaba al corriente. “Nos enteramos dos días después cuando recibimos un vídeo de los ocupantes de un vehículo. El conductor era adelantado, uno a uno, por estos coches en una vía secundaria en Fitu. Poco después un Lamborghini azul -valorado en 300.000 euros- se salía del carril y se estrellaba en una curva”. El conductor resultó herido. No se ha podido constatar que cometiesen ninguna infracción.

Los asturianos sienten pasión por el motor. Su máximo representante es Fernando Alonso, piloto de fórmula 1, oriundo de esta comunidad. Organizan gran cantidad de rallies durante todo el año, con distintas variedades, pero también algunas competiciones ilegales. Los agentes de la Agrupación de Tráfico han detectado a algunos jóvenes con coches de alta gama, que hacen sus imitaciones poniendo en peligro sus vidas y las de otras personas. “Días antes de una competición quedan para hacer tramos: cuatro curvas, 100 metros… Suelen ir varios vehículos. Uno vigila para avisar de nuestra presencia, mientras los otros hacen trompos, derrapes y otras maniobras arriesgadas”.

Circuitos por Europa

En la Comunidad Valenciana o Aragón estas majestuosas máquinas suelen pasar como un rayo. Los días que se celebran campeonatos como el Rally Gumball o el MacBall. Estos eventos automovilísticos reúnen a cientos de participantes desde hace más de una década. La mayoría extranjeros, a los que les gusta fardar y exhibirse.

“Este año ya van dos veces”, nos dice el comandante de la Agrupación de Tráfico de la Comunidad Valenciana. “Es gente con muchísimo dinero. En junio nos quedamos sorprendidos con un veinteañero que venía de Emiratos Árabes. Le preguntamos cómo había traído el coche hasta aquí -un Bugati Veyron valorado en un millón de euros- y nos respondió que en su jet privado, que siempre que viaja lo lleva”.

Estos circuitos congregan a los participantes en la línea de salida. Un hotel de lujo en el que la primera noche celebran una gran fiesta. En el parking, con sus coches, con zonas delimitadas en las que quedan autorizados a hacer rugir sus motores y maniobras, mejor cuanto más vistosas. Los días siguientes van recorriendo etapas, con sus paradas obligatorias, recorren miles de kilómetros. Circulan en grupos y en determinados tramos horarios. Por carreteras de Gran Bretaña, Francia, España, Italia, Croacia, Grecia…. El precio también incluye coches lanzadera con trasmisores que les avisan si hay controles y les abren el paso. Así pueden hacer sprints y carreras hasta llegar a la meta.

Pero en estas pruebas también se premia a los que más corren o menos tardan. Por eso los agentes, que siempre están alerta, monitorizan sus movimientos. Se infiltran en chats y en foros para estar al corriente. Los días que hay competición ponen en marcha dispositivos especiales y refuerzan los controles con coches camuflados, radares móviles y helicópteros Pegasus.

Aunque a estos conductores tampoco les preocupa demasiado que les multen. “Pueden permitírselo. Incluso hay quienes nos piden que les entreguemos una copia de la sanción en la que se ve la fotografía de su coche tomada desde el aire por las cámaras de Pegasus, y en la que se indica la velocidad a la que circulaba”, como una anécdota o un recuerdo de su fechoría, nos cuenta el comandante de la Agrupación de Tráfico de Aragón.

Carreras ilegales

Algunos no se conforman y quieren más adrenalina, más velocidad. Por eso también han detectado carreras ilegales de estos vehículos en vías de los Pirineos o del sur de Francia, como The Challenge 2017- The private Rally. Hace dos años un radar captó 11 coches superando los límites de velocidad en el término municipal de Zaragoza. Al darles el alto los agentes del sector descubrieron que tres de ellos, holandeses, tenían adhesivos en sus matrículas para evitar ser identificados y acabaron la competición con las manos esposadas. La carrera jamás volvió a celebrarse.