Al contrario que los mamíferos marinos, que tienen una capa de grasa para mantenerlos calientes, la resistencia de estas aves depende de su plumaje impermeable. Pierre se estaba quedando calvo y era incapaz de sumergirse en el agua.
Literalmente, se congelaba. Pam Schaller, una de las biólogas de la academia, probó con una lámpara de calor pero no solucionó el problema. Entonces tuvo una genial idea: si los trajes de buzo ayudan a los humanos a mantener su temperatura ¿por qué no iba a resultar con un pingüino?.
Schaller propuso a varios miembros de Oceanic Worldwide, proveedor de equipamiento de buceo, diseñar este traje tan especial. Entusiasmados con la idea, en seguida se pusieron con ello.
El pequeño traje se engancha con velcro en la espalda y tiene dos agujeros para las pequeñas aletas de Pierre. Se le ajusta a la perfección.
Una de los temores que tenían era si los compañeros de Pierre iban a aceptarlo con su nueva indumentaria, pero no ha tenido ningún problema en integrarse.
Ahora Pierre vuelve a juguetear en el agua con los demás pingüinos, sin pasar ni una pizca de frío. MLS