¿Saboteas tu relación? Siete señales para averiguarlo

Aunque la palabra ‘sabotear’ puede sonar un poco fatalista, lo cierto es que muchas veces nos ponemos la zancadilla a nosotros mismos en diferentes ámbitos de la vida. Por ejemplo, en el trabajo cuando el síndrome del impostor te hace creer que no mereces un ascenso, así que te haces pequeñito conformándote con un puesto por debajo de tu nivel. También ocurre en los estudios. Cuántas personas no han apostado por la carrera o el máster de sus sueños por culpa de falsas creencias como que no son suficientemente inteligentes o que nunca podrán trabajar de eso ya que solo unos pocos lo consiguen.

También ocurre en las relaciones de pareja y no se trata de una situación aislada sino de una dinámica tan habitual que, en menor o mayor medida, te habrá ocurrido alguna vez.

Lo difícil es darse cuenta y es que el arte del sabotaje es tan sutil que a menudo no somos conscientes de que estamos arruinando nuestra propia felicidad.

¿Estoy saboteando mi relación? 7 señales para averiguarlo

Desde fuera puede parecer obvio, pero cuando uno sabotea su relación suele hacerlo de forma inconsciente. Por eso hemos recopilado las siete conductas o señales que indican que estás arruinando tu relación (sin darte cuenta).

1.      Tu primera reacción cuando algo va mal es culpar a la otra persona. Sí, lo sé, hay veces que será responsabilidad suya, pero si quien la caga es siempre tu pareja mientras que tú lo haces todo bien, quizá pecas de falta de autocrítica.

2.      Idealizas tanto tu relación que parece ficción. Cuando nos obsesionamos con un ideal, cualquier vulnerabilidad o imperfección de nuestra pareja nos producirá un rechazo.

3.      Demonizas a tu pareja. Es justo lo opuesto a la idealización: buscas cualquier oportunidad para sacar defectos a la otra persona. Por ejemplo, sacando a relucir errores del pasado o analizando minuciosamente cada detalle cuando hace algo bien para ver si encuentras un error.

4.      ¿Discusiones? ¡Antes muertos! Una cosa es que ambos seáis muy tranquilos y que nunca discutáis (algo fantástico) y otra que nunca os llevéis la contraria. Si evitas comunicar cualquier desacuerdo, molestia o crítica por miedo a que acabe en una discusión, hay algo mal en la relación. Las discusiones no son malas, lo malo es que estén caracterizadas por las faltas de respeto o la ausencia de responsabilidad afectiva.

5.      Mientes y ya no se fía de ti. Da igual si mientes con tonterías como por ejemplo la hora a la que llegaste a casa de fiesta, lo importante es que estás creando un clima de desconfianza en la relación. Párate a pensar en por qué lo haces. ¿Te sientes inseguro/a por tus decisiones? ¿Has tenido una relación tóxica en el pasado? ¿Te da miedo que tu pareja se pueda enfadar?

6.      Muestras una empatía superficial. Cuando tu pareja te cuenta un problema o preocupación, tú piensas en cómo te sentirías tú en la misma situación y no en cómo se siente tu pareja. En consecuencia, puedes acabar invalidando sus emociones o, lo que es lo mismo, haciéndole sentir mal por expresarse.

7.      Necesitas controlar todo para sentir seguridad. No puedes saber dónde está tu pareja en todo momento. Tampoco es posible conocer a ciencia cierta todo lo que piensa. Tu pareja tiene derecho a su independencia física y emocional y controlándola solo la alejarás de tu lado.

¿Cómo dejar de sabotear la relación?

Todas las señales de sabotaje tienen algo en común: en vez de buscar una solución cuando surge un problema (tanto si es individual o común a ambos), tomas decisiones unilaterales, impones tu punto de vista y tiras por tierra las necesidades de tu pareja. En consecuencia, la relación no evoluciona, sino que se estanca.

·      Para descubrir por qué saboteas tu relación el primer paso es hacer autocrítica y poner sobre la mesa todas las conductas que están deteriorando la relación. Puedes hacerlo en solitario o hablar con tu pareja. Seguramente no sea culpa de uno solo, sino que se trate de una dinámica que ha surgido por la influencia de ambos.

·      Cuando ya conozcas todas las conductas de sabotaje, intenta descubrir el por qué. No habrá solo una causa, sino muchas con más o menos influencia. Anota todas. Por ejemplo, “mi ex me hizo daño y me cuesta confiar” o “mi pareja me mintió al principio de la relación y a veces me vengo sin darme cuenta”. Aunque te de vergüenza reconocer en voz alta los motivos, es importante que los identifiques.

·      El siguiente paso es trabajar en pareja para buscar comportamientos alternativos. Al principio os costará mucho, pero con el tiempo será más fácil dejar atrás el sabotaje.

Si no eres capaz de superar la tendencia a sabotear la relación, puedes pedir orientación psicológica. Los psicólogos no juzgamos. Averiguamos por qué actúas así y ofrecemos herramientas para mejorar.