Mal aliento, sequedad, mayor riesgo de caries... ¿Cómo influye la menopausia en la salud bucal?

  • La menopausia trae de la mano una caída en la producción de estrógenos, lo que conlleva riesgos añadidos en materia de salud bucal

  • Es frecuente una disminución en la producción de saliva, lo que, a su vez, aumenta el riesgo de caries y de padecer enfermedades relacionadas con las encías

  • La menopausia, ese momento de la mujer que nadie habla

La menopausia es un proceso natural que trae de la mano toda una serie de cambios (y riesgos) para la salud de la mujer. Se define como el momento en el que dejan de producirse ciclos menstruales y suele ocurrir de forma paulatina, de modo que se considera que la menopausia se produce cuando se cumple un periodo de 12 meses sin menstruación. Aparece entre los 40 y lo 50 años, aunque hay excepciones: sus síntomas físicos son muchos y, además de los conocidos sofocos, alteraciones del sueño, cambios de humor... existen riesgos para zonas del cuerpo que tal vez no esperabas, como es el caso de tu boca. ¿Cómo influye la menopausia en la salud bucal? ¿Qué puedes hacer para evitar problemas de salud en este área?

Cómo influye la menopausia en la salud bucal

La menopausia es un proceso biológico natural que provoca toda una serie de síntomas físicos y riesgos para la salud. Tal y como recuerda Mayo Clinic, se manifiesta en forma de períodos menstruales irregulares, sequedad vaginal, sofocos, escalofríos, sudores nocturnos, problemas de sueño, cambios en el estado de ánimo, aumento de peso y metabolismo lento, afinamiento del cabello y piel seca o pérdida de volumen en los senos.

Además de todo ello, es importante el cuidado preventivo, que pasa por llevar un seguimiento con tu médico para que puedas paliar los efectos de esta etapa en tu organismo. No olvides la importancia de realizar, además, los exámenes de detección recomendados, como colonoscopia, mamografía y determinación del valor de los triglicéridos. También puede ser recomendable realizar pruebas como exámenes de la glándula tiroide (si tus antecedentes lo justifican) o exámenes pélvicos y de las mamas.

En cuanto a menopausia y salud bucal, tal y como explican desde Vitis, con la menopausia se produce un descenso en la producción de estrógenos, lo que también afecta a la salud bucodental y aumenta la probabilidad de desarrollar determinadas patologías. Las más frecuentes son las siguientes:  

  • Sequedad en la boca o xerostomía. Es frecuente que, debido a la menor producción de estrógenos, segregues menos saliva. Si a ello le sumamos la probabilidad (mas alta cuanto más mayores somos) de que estés tomando algún medicamento, el riesgo de sequedad aumenta. Recuerda que la saliva te protege frente a la acción de los ácidos y ayuda a regular las bacterias que tenemos en la cavidad bucal: es más probable, por tanto, que aparezcan caries o enfermedades de las encías.
  • Enfermedades de las encías o periodontales. Es el caso de la gingivitis menopáusica, que se manifiesta en forma de encías pálidas, secas y que sangran con facilidad. Mantener una higiene adecuada evitará que aparezca este tipo de enfermedad. Si te ocurre, toma todas las medidas necesarias cuanto antes para evitar que esta enfermedad derive en una periodontitis, especialmente si padeces osteoporosis.
  • Síndrome de boca ardiente. Se caracteriza por una sensación dolorosa de ardor intenso y quemazón en áreas como el paladar, la lengua, las encías e incluso los labios. Es posible que también aparezcan cambios en el gusto y en el aliento.

En cuanto a cómo cuidar tu boca durante la menopausia, se recomienda elegir un cepillo específico con filamentos suaves que sea cuidadoso con las encías, así como usar pastas dentífricas que ayuden a prevenir la inflamación de las encías y a protegerlas frente a la acción de las bacterias. Cuida también la zona interdental y elige colutorios que contengan antisépticos de uso diario, y no olvides la limpieza cuando estés fuera de casa. También se recomienda beber abundante agua, evitar los colutorios con alcohol y reducir la ingesta de bebidas y alimentos ácidos, muy salados, muy fríos o muy calientes.