Dani Galindo, experto en kung-fu: “Las artes marciales te hacen más fuerte por dentro y por fuera”
Entrevistamos a Dani Galindo, experto en artes marciales y autor de ‘Cinturón negro de la vida’
Hablamos con el fundador de la escuela Shaolin Huwei sobre por qué las artes marciales más que un deporte de lucha son un estilo de vida
“Ya hay personas en el camino a ser cinturones negros de la vida, y eso me llena de emoción”, asegura
MadridLas artes marciales son mucho más que un deporte. Efectivamente, cuando uno las practica se hace más fuerte por fuera: los músculos se tonifican y ganan flexibilidad y coordinación. Pero quizás la parte más interesante es que toda esa transformación externa correlaciona con unos cambios mucho más profundos, con “una mentalidad más elevada, más fuerte y con más capacidad de afrontar los retos de ansiedad y estrés que se están viviendo actualmente”, explica Dani Galindo.
Él es uno de los mayores expertos en nuestro país en artes marciales y fundador de la escuela Shaolin Huwei. Para compartir todos sus conocimientos sobre el pensamiento y el modo de vida de los grandes maestros de artes maestros milenarias, acaba de publicar Cinturón negro de la vida (Vergara, 2022)
Las enseñanzas orientales, apunta Galindo, nos ayudan a comprendernos a nosotros mismos y a lidiar en ciertas situaciones extremas; nos hacen más fuerte por dentro también. Por eso más que un deporte de lucha, un arte marcial es un estilo de vida. “Siempre te acompaña. Está contigo en la montaña y en la oficina, en la playa y en el café del centro de la ciudad”, asegura.
El kung- fu es aprender a vivir a lo grande, arriesgando y, sobre todo, atreviéndote a pensar como quieres pensar y actuar como quieres actuar (Dani Galindo, experto en kung-fu)
Pregunta: En un momento como este que estamos viviendo en el que la preocupación por la salud mental es cada vez mayor, ¿Qué nos puedes decir de la relación entre kung- fu y salud mental, bienestar emocional y desarrollo personal?
Respuesta: Como comento en el libro, he visto cientos de vidas cambiar radicalmente para bien. La mayoría de mis alumnos experimentan un sentimiento increíble en su bienestar cuando salen de clase, e incluso durante el día en el trabajo. Una vez que se inician en kung- fu, empiezan a tener ilusión por mejorar en un arte. Comienzan a verse más sanos y fuertes, a comer mejor y a hacer amistades que vibran en la misma armonía que ellos. De repente, están en una situación que les exige afrontar retos, mejorar y superar ciertos miedos. Y todo esto, se lo llevan emocionalmente. Entonces es cuando surge la magia y son capaces de enfrentarse a un problema en el trabajo, a un obstáculo familiar o incluso a saber decir ‘no’ a algo que le incomoda. “Cuerpo en movimiento, cerebro en crecimiento”. El Kung- fu te llena de confianza plena. Es difícil explicarlo, pero solo con una clase se entiende. Yo personalmente comprendí esto a los 15 años, cuando veía a todo el mundo muy perdido y desganado y yo tenía una energía infinita por el hecho de tener una ilusión e ir creciendo emocionalmente con las enseñanzas de Kung-fu.
P: Para ser 'cinturón negro de la vida', no sirve únicamente entrenar en el gimnasio...En tu caso, ¿Qué otras capacidades o habilidades además del kung-fu has tenido que entrenar para llegar a ser cinturón negro de la vida?
R: El kung fu no es solo cuerpo. Es mente y espíritu. Por lo que tienes que estudiar y aprender una filosofía que te permite tomarte las cosas con más calma y verlas desde otra perspectiva. Como dice un dicho: “Si estás lejos haz creer al enemigo que estás muy cerca, y si te encuentras cerca haz creer al enemigo que estás muy lejos”. El kung- fu es aprender a vivir a lo grande, arriesgando y, sobre todo, atreviéndote a pensar como quieres pensar y actuar como quieres actuar. Estas habilidades son las que uno tiene que aprender para ser cinturón negro de la vida. ¿Te gusta algo?, hazlo. ¿No te gusta algo?, no lo hagas. ¿No estás a gusto con tu pareja?, déjala. ¿Te apasiona viajar pero…?, no hay peros, hazlo ya. Luego pensamos en las consecuencias. Si vas a fallar, que sea por el lado de sobreestimar tus posibilidades y no de creer que no puedes.
Cada vez que faltamos el respeto a alguien, nos estamos juzgando a nosotros mismos duramente (Dani Galindo, experto en kung-fu)
P: Todo esto que has aprendido, imagino que no es fruto del sistema educativo que tenemos. Teniendo en cuenta tu experiencia, ¿qué cosas crees que se deberían enseñar en los colegios que no se enseñan?
R: Uf... esta pregunta es difícil contestar en los tiempos que corren. Creo que se debería enseñar técnicas de criterio intelectual. Me explico. Enseñar a ver varios puntos de vista de un mismo tema. Respetar el pensamiento que tiene el de al lado, aunque no lo compartas. Si enseñamos respeto por el compañero, probablemente no habría tantos problemas emocionales y tanta depresión…ya que si respetas al compañero, te respetas a ti mismo. Cada vez que faltamos el respeto a alguien, nos estamos juzgando a nosotros mismos duramente. Y es justo uno de los problemas actuales de los jóvenes con las redes sociales. Se juzgan a sí mismos comparándose con lo mejor y lo peor de sus “ídolos” de Instagram. En resumen, en los colegios se debería enseñar a no tomarse las opiniones como si fuesen ataques personales; Respeto ante cualquier cosa; Aprender a conocerse a uno mismo e identificar las emociones; Aprender a vivir en la incertidumbre.
P: En tu libro haces muchos guiños a la juventud, contando anécdotas de tu adolescencia, de cómo gracias al kung-fu manejaste ciertas situaciones complicadas. ¿Te gustaría servir de inspiración para la juventud de hoy día, que se queja de estar tan perdida en un mundo tan lleno de volatilidad, incertidumbre y ambigüedad?
R: A los jóvenes y no tan jóvenes les diría: prueba todo lo que puedas, todos los deportes, todas las artes, busca eso que te hace vibrar, que te emociona. No pares de buscar hasta que lo encuentres. Y cuando lo encuentres, dale duro. Dale muy, pero que muy duro. No te dejes nada para mañana. ¡Hazlo hoy! Siempre teniendo en cuenta los ritmos de la semana. claro. Muchos jóvenes no saben qué hacer porque no se mueven. Así que desde aquí te digo que te muevas, que te levantes y te apuntes a esa actividad que siempre has querido, pero por pereza no has hecho. Te aseguro que cuando encuentres algo que te apasiona, te va a entrar tal energía y felicidad que te vas a comer la vida. Ahora, tienes que salir a buscarlo. Pide ayuda a alguien que ya lo haya conseguido. Nunca te avergüences de tus actos y sé valiente para lanzarte a por tus sueños. Si fallas, siempre se puede volver a lo “normal”.
Está en tus manos darle a tu cerebro el músculo del ‘focus’ y ser cada día un poquito mejor, o tener un cerebro frito que solo sabe pasar de post en post (Dani Galindo, experto en kung-fu)
P: ¿Crees que el kung-fu puede ser útil para los jóvenes, por ejemplo, para tener una buena relación con las redes sociales? En el libro das algunos consejos en este sentido…
R: Sí. Rotundamente sí. Las redes sociales han irrumpido en nuestra vida ocupando el 90% de nuestro cerebro. Ahora cuando tienes dos minutos libres, sacas el móvil y actualizas a ver qué está pasando en el mundo. Pero la verdadera pregunta es, ¿Qué estás haciendo tú en ese momento en el mundo? Igual que ves la vida de los demás haciendo cosas, ¿Por qué no te conviertes en uno de esos que siempre están mejorando en algo? Limítate a seguir solo a unos pocos que te impulsan. Oblígate a hacer actividades que te alejen del teléfono. Utiliza las redes sociales solo para aprender nuevas habilidades y no como cotilleo. Y, por supuesto, oblígate 30 minutos diarios a leer un libro. Está en tus manos darle a tu cerebro el músculo del ‘focus’ y ser cada día un poquito mejor, o tener un cerebro frito que solo sabe pasar de post en post. Sal a tomar algo con un amigo y no os llevéis el móvil ninguno de los dos. Vas a ver cómo fluye la creatividad.
P: ¿Basta con leer este libro para convertirse en 'cinturón negro de la vida' como tú?
R: No [risas]. El libro solo te va a dar el impulso que necesitas. Después de leerlo y haber subrayado los puntos en los que te sientes identificado y que más necesitas para cambiar, hay que aplicar. Hay que hacer caso a los Posdata de cada capítulo y hacer por lo menos un ejercicio al día o a la semana. Los que ya lo han hecho me han escrito agradeciendo que era lo que necesitaban en ese momento. Ya hay personas en el camino a ser cinturones negros de la vida, y eso me llena de emoción porque significa que el libro funciona. Pero el verdadero cambio lo tienes que hacer tú con tus actos. Vivimos a la altura de nuestras creencias. Cinturón negro de la vida te va a hacer explotar esas creencias, te va a llenar de confianza y te va a impulsar hasta donde tú quieras llegar.