Cómo decirle a tu padre o madre que necesita ir al psicólogo

Como psicóloga veo situaciones que se repiten día tras día y consulta tras consulta: personas con la autoestima destrozada por las expectativas que sus padres les impusieron durante la infancia, personas que son incapaces de expresar sus emociones a sus padres porque saben que las van a invalidar, personas que no tienen claro lo que quieren en la vida porque siempre han hecho lo que sus padres querían, personas que intentan poner límites a padres que aplican constantemente la manipulación emocional.

Estos son solo ejemplos que reflejan algo muy obvio: a veces es el padre o la madre quien necesita ir al psicólogo. Los hijos se convierten en daños colaterales y acaban sufriendo, necesitando la terapia que en su día no recibieron los padres. La gran pregunta es cómo decirles que busquen ayuda profesional sin que se ponga a la defensiva.

1. No utilices la frase “vete al psicólogo” como un insulto

Muchas veces la petición de “ir a terapia” surge en momentos de discusión. En otras palabras, estáis en medio de una bronca, tu padre o tu madre se pasa de la raya, y le sueltas “vete al psicólogo” gritando e incluso con cierto desprecio. Error.

Si de verdad crees que a alguno de tus padres le vendría bien la terapia, explícaselo en momentos de calma y no en momentos de conflicto.

2. Insiste para que la propuesta sea menos descabellada

De nuevo, la frase “deberías ir al psicólogo” no es algo que debas soltar solo en conflictos esporádicos o cuando pasa algo que evidencia que tu padre/madre necesita terapia. Al contrario, es un mensaje que debes transmitir una y otra vez y en diferentes contextos para que cale más hondo.

Al principio, la petición puede parecerle descabellada. “¿Ir al psicólogo yo? ¿Por qué? ¡Si no lo necesito!”, pensará. A base de repetición, le empezará a parecer más razonable pedir ayuda profesional.

3. Predica con el ejemplo y normaliza la salud mental

Habla de tu salud mental y si vas a terapia, comparte lo que haces allí y cómo te ayuda. Si tienes amigos que también han ido a terapia (y no les importa que hables de ello), cuenta sus historias sin dar detalles morbosos. Si los padres de tus amigos han ido a terapia (y, de nuevo, no les importa que hables de ello), visibilízalo con tus padres para que vean que no es algo malo o raro. En otras palabras, convierte la salud mental en un tema de conversación más.

4. Pregunta como harías con cualquier ser humano

Tus padres son tus padres, pero también son seres humanos con problemas de autoestima, miedos, traumas o necesidades. De vez en cuando, intenta tratarlos como tratarías a un amigo: pregúntales qué es lo que sienten, interésate por su pasado, hablad de sus inseguridades, conoce sus valores…

A más sincera y completa sea la relación con tus padres, más fácil será que empatices con ellos, que ellos se sientan cómodos contigo y que acaben pidiendo ayuda profesional si la necesitan.

5. Toma distancia emocional cuando la necesites

Los consejos que acabo de describir funcionan en la mayoría de los casos, pero a veces llevan su tiempo. Hay padres y madres que se niegan a hablar de salud mental, que se toman cualquier comentario como un ataque, que tienen dinámicas de manipulación muy instauradas…, y cuando eso sucede, tienes que mirar por tu propia salud mental y tomar distancia emocional.

Explícales a tus padres que hay comportamientos que te hacen daño y que, si no quieren cambiarlos, necesitas espacio. Eso no es ser egoísta, mal hijo ni mala persona. Es cuidarte, protegerte y sobrevivir en un entorno hostil.

Y recuerda: aunque tus padres sean los que de verdad necesitan terapia, si tú estás sufriendo, pide ayuda profesional también