Caída de pelo y sedentarismo: ¿están relacionados?

El sedentarismo es uno de los grandes quebraderos de cabeza del sistema de salud en España. Según la Sociedad Española de Obesidad (Seedo), provoca un gasto sanitario que asciende a los 1.560 millones de euros. Esta cifra es una buena muestra de lo mal que la inactividad física le sienta a nuestro cuerpo… y a nuestro pelo. Y es que el sedentarismo también está relacionado con la caída de pelo.

El pelo sufre la inactividad

Si tenemos en cuenta que el 36,4% de los españoles no practica ninguna actividad física durante su tiempo libre, según la Encuesta Europea de Salud, los problemas capilares pueden afectar a un buen número de personas.

Como acabamos de apuntar, la caída de pelo y el sedentarismo están relacionados debido a los efectos que un estilo de vida inactivo provoca en nuestro organismo.

  • Cuando no se hace ejercicio, el cuerpo no elimina toxinas y esto puede traducirse en una pérdida de la densidad capilar, es decir, en la caída del cabello.
  • La actividad física es un estupendo canalizador del estrés, uno de los problemas más comunes en nuestro país, especialmente en el mercado laboral. Si no se realiza ejercicio, no se activa la circulación sanguínea y no se produce una oxigenación del cuero cabelludo. De ese modo no se fomenta el crecimiento de los folículos pilosos y, por lo tanto, el pelo se debilita.
  • El sedentarismo es el principal causante de la obesidad, una enfermedad que se caracteriza por acumular una excesiva grasa corporal. Esa grasa podría dañar las células madre del folículo piloso, que son las encargadas de que crezca el cabello.

Cabe señalar que no todas las personas que llevan una vida sedentaria van a sufrir la caída del cabello o van a ser alopécicas. Los efectos citados acelerarán el proceso en aquellas que genéticamente son más propensas, mientras que en las que no lo son provocarán una peor salud capilar.

Ejercicio físico y otros consejos

 No solo el sedentarismo puede afectar a la caída del cabello. Hay otros hábitos comunes en un estilo de vida poco saludable que también tienden a provocar una peor salud capilar. Es el caso de seguir una dieta en la que se abuse de grasas y azúcares, elementos que favorecen el aumento y la retención de toxinas. Obviamente este tipo de alimentación no solo afecta a nuestro cabello, por lo que la reducción de los alimentos procesados y nutricionalmente pobres resulta necesaria a todos los niveles.

En definitiva, si deseamos contar con un cabello sano y evitar en la medida de lo posible su caída, es recomendable:

  • Hacer ejercicio físico regularmente y evitar el sedentarismo.
  • Seguir una dieta rica en vitaminas (A, C, D y E) y baja en azúcares y grasas saturadas.
  • Utilizar champús que se adecúen a las características de la piel y mantener el cabello limpio e hidratado.

De este modo, además de evitar la caída constante de pelo, este tendrá mayor fuerza y lucirá más sano y bonito.