El teléfono disponible las 24 horas que escucha los mayores miedos del cáncer: "Fue mi ángel de la guarda"

Madrid.A sus pocos más de cincuenta años, Ignacio Sanz recibió la noticia de que tenía cáncer de próstata, y a los pocos meses, que se había propagado a su cadera, provocándole metástasis ósea. Sin síntomas que le delataran que algo iba mal, lo descubrió yendo a revisiones por su probabilidad de padecerlo debido a antecedentes familiares, ya que el 10% de los casos de este tipo de tumor son heredados.

"Cuando salí de la consulta con el diagnóstico, fue como recibir una bofetada tremenda. Sentí como si mi cabeza estallara en mil pedazos, y al recoger los fragmentos que quedaban en el suelo, no pudiera reconstruir la cabeza con la que había entrado", recuerda durante una entrevista con la web de Informativos Telecinco.

En ese momento, tenía el trabajo de sus sueños, una familia que lo llenaba de felicidad y la posibilidad de disfrutar de su mayor pasión: correr. Sin embargo, el cáncer irrumpió como una brecha en su futuro, un golpe tan duro que intentó ignorarlo. Durante meses, creó una especie de coraza emocional, una impermeabilidad que le hacía pensar que aquello no iba con él. "Como si el cáncer caminara por la acera de enfrente", apostilla.

"Primero, me dijeron que tenía cáncer. Después, que ya no es operable, que se ha extendido a la cadera, que es de alto riesgo y que harán todo lo posible por que sea viable. Demasiada información para asimilar de golpe", relata, -aunque reconoce que aceptó que le contaran todo-.

Recuerda que, durante el tiempo que pasó hasta que le confirmaron que la metástasis hacía imposible la operación, su principal preocupación no era el diagnóstico en sí, sino saber podría correr la San Silvestre o no. "No estaba asumiendo lo que me estaban diciendo, me negaba a aceptar la realidad".

La ayuda definitiva para conseguir aceptar su enfermedad

Fue una amiga que había pasado por un cáncer de mama, la que le dio las llaves de la puerta hacia una nueva forma de sobrellevar la enfermedad. "Me dijo: 'Toma este teléfono, a lo mejor lo puedes necesitar, porque lo que vas a vivir es una montaña rusa'".

A pesar del consejo, pasó un mes y medio más hasta que tecleó los nueve dígitos: 900 100 036. Reconoce que al principio era muy escéptico a los servicios psicológicos, sin embargo, las noches llenas de nerviosismo y los fantasmas que se agolpaban en su mente le llevaron a dar el paso durante una tarde en la que estaba solo en casa, de baja laboral por el tratamiento.

"No se me olvidará el día que lo hice. Me atendió una persona encantadora, Vicente, que me escuchó y me hizo darme cuenta de que necesitaba recurrir a un apoyo extra. Cuando me preguntó, entre otras muchas cosas, cómo podían ayudarme, le dije: 'Yo lo que quiero es que no se me vaya la cabeza'", rememora. "Fue mi ángel de la guarda".

Infocáncer, el servicio de atención telefónica gratuito que ayuda a miles de personas

La llamada de Ignacio fue una de las miles que recibe Infocáncer al año, el servicio de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) de atención telefónica gratuita para pacientes oncológicos y sus familiares disponible las 24 horas de los 365 días del año. "Nos dimos cuenta de que durante los fines de semana, festivos y las noches, los pacientes no tenían con quién compartir sus dudas o temores", explica Patrizia Bressanello, responsable de este servicio, que durante 2024 recibió más de 218.000 llamadas.

El 900 100 036 es un teléfono gratuito al que los pacientes y familiares pueden llamar las 24 horas del día, los 365 días del año

Nació en 2017, conformándose como el único teléfono de Europa con estas condiciones y el segundo del mundo, formado por un equipo de más de 30 profesionales capacitados. Quien llame -independientemente de que sea socio o no- puede obtener, entre otras cosas, información sobre la enfermedad, recibir apoyo psicológico, asesoramiento médico y orientación jurídico-laboral, acompañamiento a tratamiento, etc.

Las llamadas que más reciben son aquellas en las que los pacientes necesitan ser escuchados. "En los casos en los que la persona que le atienda lo considere necesario y el paciente acceda, le deriva a nuestros servicios también gratuitos, como las terapias", indica Bressanello. A lo que añade: "También es una herramienta para las familias, que "en muchas ocasiones quieren ayudarlos, pero no saben cómo".

Ignacio asegura que esta herramienta le salvó del abismo y le hizo ver que se había disociado de la realidad. "Me derivaron a una psicóloga de la asociación, y aunque fui a la primera consulta no del todo convencido, creyendo que iba a ser como tomarme una cerveza con un amigo, te aseguro que cambió mi percepción sobre el cáncer y la manera de afrontarlo", expresa. Más adelante, tuvo que volver a pedir intervención para saber cómo encarar este tema con sus hijos y durante el tratamiento.

Ahora, ha aprendido a vivir permanentemente en la incertidumbre y a sobrellevar un diagnóstico que le acompañará para siempre debido a la cronicidad de la enfermedad. "El cáncer te saca de la mesa de los inmortales y te pone por delante la posible causa de tu muerte", explica. Desde entonces, ajustó sus prioridades, como renunciar al puesto de trabajo de sus sueños y a correr, para poder adaptarse a su situación.

El cáncer te saca de la mesa de los inmortales y te pone por delante la posible causa de tu muerte

De no aceptar su enfermedad e ignorarla a ayudar a otros con lo vivido, Ignacio recomienda este servicio a todo el mundo que pase por un cáncer. "Nada puede asegurarte que vayas a vivir, pero mientras tanto, que sepas que no estás solo y que un equipo te va a preparar para la fase en la que te encuentres", concluye Ignacio.

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