Hay una etapa en la vida de toda mujer en la que los cambios hormonales empiezan a desafiar no solo al cuerpo sino también a la mente. Se trata de un periodo previo a la menopausia, que puede extenderse durante años y que conduce a la desaparición total de la regla. Hay quienes viven ese proceso natural y significativo sin cambios perceptibles, pero otras pueden ver seriamente afectado su bienestar físico, emocional y social. Pero, ¿cómo saber si eso que está pasando es perimenopausia?

El informe 'Menopausia. La falsa crisis de los 50' del Centro de Análisis y Programas Sanitarios (CAPS), recoge que el 45% de las mujeres no conoce la diferencia entre perimenopausia y menopausia antes de experimentar los síntomas. Hablamos, entre otros, de sofocos, irregularidades en el ciclo menstrual, insomnio, niebla mental o cambios de humor. Hay mujeres que atribuyen estas manifestaciones al estrés y la ansiedad, sin percatarse de que están relacionados con la perimenopausia. Suelen transitar esta etapa sin saber siquiera que existe, enfrentándose a malestares que normalizan o simplemente atribuyen al envejecimiento.

Es curioso que mientras el término menopausia sí que ha llegado a instaurarse en la cultura pop, su etapa previa sigue siendo una gran desconocida. Esta transición, que marca el inicio de los cambios hormonales en mujeres  entre los 40 y los 50 años, o incluso antes, afecta de manera significativa el cuerpo y la mente durante años antes de la menopausia oficial. Que las mujeres no tengan información clara al respecto no solo retrasa posibles diagnósticos, sino que perpetúa el hábito de sobrellevar estos cambios en silencio.

Identificarla no siempre es sencillo. A diferencia de la menopausia, que se reconoce claramente por la ausencia de menstruación durante un año completo, la perimenopausia es una etapa marcada por fluctuaciones hormonales que pueden presentarse de formas inesperadas y que desencadenan una amplia variedad de síntomas.

Los más identificativos son la irregularidad menstrual, con ciclos que pueden volverse más largos o cortos y flujo más abundante o más ligero de lo habitual. Además, son frecuentes los episodios repentinos de calor intenso y sudoración, especialmente durante la noche, lo que afecta a la calidad del sueño. Otros síntomas comunes son los cambios de humor o la sequedad vaginal y la bajada del deseo sexual.

Además, hay algunos signos más sutiles no tan fácilmente identificables. Según la cuenta de Instagram daysofconfidence, son estos:

Existen numerosas estrategias médicas y de estilo de vida que pueden ayudar a minimizar sus síntomas. Siempre es aconsejable llevar una alimentación equilibrada y hacer ejercicio para tener una buena salud física y mental, pero de cada a la perimenopausia es recomendable el entrenamiento de fuerza que protege la densidad ósea y una dieta rica en proteína -carne, aves, pescado, huevos-, grasas saludables, fibra y legumbres. Todo esto sin olvidar que las técnicas de relajación o ejercicios suaves, como el yoga, son perfectos para controlar los cambios de humor y los problemas de sueño característicos de esta etapa.