De la obesidad a la saciedad: la experiencia de Johann Hari tras perder 20 kg con Ozempic

La historia de Johann Hari, autor de 'Adelgazar a cualquier precio'.
La historia de Johann Hari, autor de 'Adelgazar a cualquier precio'.. Informativos Telecinco
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MadridLa primera vez que el periodista y escritor Johann Hari escuchó la palabra Ozempic estaba en su primera fiesta postpandemia. Esta no solo era peculiar por el hecho de poder salir de casa después de tanto tiempo, sino porque el aspecto de quienes lo rodeaban había cambiado radicalmente. Mientras Hari se sentía bastante dejado y había ganado 10 kilos durante el confinamiento, el resto lucía más delgado, como si le hubieran aplicado un filtro a su propia imagen. "Tú ya sabes que no es por el pilates, ¿verdad?", le dijo una vieja amiga.

Fue entonces, cuando el divulgador descubrió que existía un fármaco para tratar la obesidad, cuyo aspecto era un tubito de plástico azul claro y una aguja diminuta. Y comenzó a preguntarse si ese fármaco, que parecía ofrecer una solución casi milagrosa, podría ser una respuesta a sus propias luchas. Desde pequeño se crio rodeado de galletas, cereales industriales, pasteles, yogures de sabores y cruasanes, lo que lo llevó a desarrollar una cierta adicción a estos alimentos: ingerirlos hasta hartarse le causaba placer y prefería no comer que hacerlo con una ensalada. Durante su juventud, el KFC (Kentucky Fried Chicken) era su lugar favorito, donde incluso le entregaron una tarjeta que le apodaba como el mejor cliente.

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Tentado por la idea de tomar Ozempic, Hari decidió acudir a un médico privado. Solo dos días después, el hambre voraz que lo atacaba cada mañana desapareció por completo. Cada vez que comía, se sentía saciado de inmediato. Y el cubo de pollo frito de inmensas dimensiones que antes se comía sin pensarlo, ahora le era inasumible.

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Recorrer medio mundo para descubrir qué hay detrás de Ozempic

No llevaba mucho tiempo tomándolo cuando miles de dudas sobre este fármaco asaltaron su cabeza, lo que lo impulsó a investigar a fondo: quería comprender qué le estaba ocurriendo a su cuerpo. Para ello, emprendió un viaje alrededor del mundo, entrevistando a más de cien expertos y personas afectadas por estas cuestiones, cuyas experiencias ahora relata en su libro Adelgazar a cualquier precio. "Hemos comenzado a tomar estos medicamentos sabiendo muy poco de ellos. No tenemos ni idea de sus efectos a largo plazo cuando se usan para tratar la obesidad", expone en él.

Algunas predicciones sugieren que, en pocos años, una cuarta parte de la población de Occidente recurrirá al mismo tratamiento. Para sus defensores, medicamentos como Ozempic prometen una verdadera cura, contrarrestando riesgos como la diabetes, el cáncer y la muerte prematura. Pero, ¿son realmente tan buenos como parecen?

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Para comprobarlo visitó desde los que han sido clave en el desarrollo de estos fármacos hasta los más críticos y exploró sus propios dilemas morales, los efectos secundarios y cambios —tanto beneficiosos como inesperados— que el uso de Ozempic le ha provocado. Además, analiza el impacto de estos fármacos en la sociedad y plantea una cuestión fundamental: ¿era necesaria la aparición de estos medicamentos?

El nacimiento de los fármacos para tratar la obesidad

Tener una acumulación anormal o excesiva de grasa puede ser perjudicial para la salud. De hecho, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) pide que la obesidad se reconozca como enfermedad crónica para poderla controlar. Se trata de una de las principales causas de muerte en países como Estados Unidos, con 112.000 fallecimientos anuales, el doble de los provocados por asesinatos, suicidios y accidentes con armas de fuego. En España, afecta a casi un 20% de la población, cifra que para 2035 podría alcanzar hasta el 37 % de los adultos.

Portada del libro "Adelgazar a cualquier precio" de Johann Hari.

Hari relata en su libro cómo los investigadores descubrieron que la administración de semaglutida a pacientes con diabetes provocaba pérdida de peso y cómo consiguieron desarrollar fármacos para tratar la obesidad. Fue la compañía danesa Novo Nordisk, la que fabrica y comercializa Ozempic para la diabetes, la primera que se lanzó al mercado con Wegovy. Más tarde, se ha unido la empresa farmacéutica Eli Lilly con Mounjauro, que simula no solo a los análogos de GLP-1, sino también otra hormona gastrointestinal conocida como polipéptido inhibidor gástrico (GIP).

Actualmente, hay en desarrollo más de setenta fármacos contra la obesidad y en un futuro seguramente las inyecciones pasen a pastillas de toma diaria, un formato mucho más económico. En España disponemos de tres medicamentos para tratarla: liraglutida (Saxenda), semaglutida (Wegovy) y tirzepatida (Mounjaro). El precio está entre 150 euros y 300 euros al mes y no cuenta con la financiación pública. "El Ozempic y sus sucesores parecen llamados a convertirse en los medicamentos más icónicos y definitorios de nuestra época, al mismo nivel que la píldora anticonceptiva y el Prozac".

Fármacos para tratar la obesidad, ¿son necesarios?

Hari describe cómo, seis meses después de empezar a tomar Ozempic había perdido casi diez kilos. "Cada mañana, al despertarme, experimentaba dos sensaciones simultáneas: sentía que mi cuerpo se encogía. Me tocaba el vientre y notaba que, donde antes había habido una barriga, ahora estaba plano. Me sentía más en forma, tenía mejor aspecto y más confianza en mí mismo. Pero a la vez, mi estado de ánimo estaba extrañamente apagado. No estaba deprimido. Pero sí, con frecuencia, como apagado emocionalmente", confiesa. Con el tiempo, alcanzó una reducción total de 20 kilos. “Mi porcentaje de grasa corporal pasó del 32 al 22 por ciento”.

A lo largo de su libro, Hari reflexiona sobre la contradicción de estos tratamientos. "Me sentía avergonzado por estar gordo y, a cierto nivel inconsciente, creía que merecía un castigo. Pero al tomar Ozempic me estaba saltando ese castigo". Consideraba que la pérdida de peso debía ser fruto del esfuerzo, la dieta y el ejercicio, pero a la vez comprendía que estos métodos tradicionales no habían logrado frenar la epidemia de obesidad. "La mayoría de las personas han intentado hacer dieta en algún momento de su vida, pero el peso regresa".

En menos de seis meses había perdido casi diez kilos y, con el tiempo, alcanzó una reducción total de 20 kilos

Además, el autor pone el foco en cómo el aumento de la obesidad no se debe a un cambio genético ni a una falta de voluntad individual, sino a la proliferación de alimentos ultraprocesados diseñados para ser adictivos. "A medida que entrevistaba a personas que han estudiado cómo se fabrica la comida industrial procesada y cómo nos afecta, me sentía algo perdido. La comida con la que me había criado y que tanto adoraba no era en absoluto comida, o al menos no era en cierto sentido".

A raíz de bucear en investigaciones y charlas de horas con expertos Hari entendió por qué cuando comía alimentos procesados quería más y más. "Están diseñados para erosionar la saciedad". A diferencia de los alimentos reales, que cuando se comen y te sacias ya no quieres más. "Llevamos cuarenta años consumiendo alimentos que dañan nuestra sensación de saciedad de manera sistemática. Ahora, como reacción a ellos, exigimos que nos proporcionen fármacos que nos devuelvan esa saciedad perdida".

Sin embargo, estos fármacos no modifican el entorno. “En lugar de tratar de solucionar el problema, lo que hacemos es medicarnos. Empezaba a pensar que tomar Ozempic era una traición a mis valores. Cada vez que me lo inyectaba me sentía un estafador”. Pero entonces, algo le hizo replantearse las cosas una vez más.

¿Estos medicamentos solucionan el problema o simplemente nos adaptan a un mundo donde la comida ultraprocesada sigue siendo la norma? ¿Pueden ser una herramienta poderosa para la salud pública? ¿Las personas que han sufrido las consecuencias de este sistema alimentario deben beneficiarse de ellos? ¿Acaso alguien con cáncer de pulmón debería renunciar a la quimioterapia? ¿Cuál es la solución hacia este modelo de vida que la sociedad, instituciones y empresas han permitido que se expanda? Son algunas de las preguntas que Hari se plantea y responde durante más de 350 páginas.

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