Cómo mejorar tu autoestima: "Dedica tiempo a saber cómo eres y qué necesitas"

La psicóloga Patricia Expósito enseña en 'Autoestímate: lo urgente eres tú' a "cuidar de nuestro peque interior"
"Eres capaz de decirte palabras bonitas y quererte, aunque no lo hayan hecho contigo", subraya la especialista en autoestima
Cómo mejorar la autoestima a partir de los 50: “Deja las comparaciones con otros”
Aproximadamente cuatro de cada diez españoles tienen problemas de autoestima. Hablamos de la percepción que tienen las personas de sí mismas, una percepción que se forma a una edad muy temprana y que está influenciada por la educación, el entorno familiar y las experiencias personales. Estos problemas de autoestima pueden ir variando a medida que cumplimos años, pero los síntomas permanecen. La buena noticia es que podemos trabajar en ello. Podemos aprender a 'autoestimarnos'.

MÁS
Ese es el mensaje que pretende transmitir la psicóloga Patricia Expósito en 'Autoestímate': lo urgente eres tú' (Alfaguara), una completa guía de pautas y herramientas para "sanar partes de nuestra infancia, ser conscientes de cómo somos en el presente y poder dar nuestra mejor versión en el futuro". Hablamos con ella sobre cómo aprender a "cuidar a nuestro peque interior".

¿A qué se debe el tener una baja autoestima?
Nuestra autoestima la creamos en base a los ojos de nuestro entorno, por ello, muchas veces las causas también se encuentran en nuestro pasado. Las causas más comunes suelen ser debido a críticas, etiquetas dañinas que afectan a nuestro autoconcepto. Y las podemos reflejar como ser incapaz de poner límites o priorizarse ante los demás y no ser consciente de nuestras necesidades.
¿Cuánta importancia tienen las heridas de la infancia en cómo nos sentimos en el presente?
Nos miramos, nos cuidamos y nos queremos, como lo hicieron con nosotros cuando éramos peques. Si tuvimos un problema en nuestro pasado y al recurrir a nuestras figuras de referencia no nos hicieron caso e invalidaron nuestras emociones, entenderemos que no es importante y, probablemente, no volvamos a contar nuestros problemas. Quizá en nuestro presente, lo demostremos siendo personas más herméticas, que intentan solucionar sus problemas sin pedir ayuda y les cuesta mucho mostrar emociones y sus necesidades.
¿Cómo podemos identificar esas heridas?
Las heridas de la infancia suelen manifestarse en patrones de comportamiento, emociones intensas o reacciones desproporcionadas a situaciones que nos recuerdan experiencias pasadas. Por ejemplo, si reaccionamos con miedo, ira o tristeza a ciertas situaciones o personas de forma excesiva, puede ser una señal de que estamos reviviendo una herida emocional no sanada. También puede estar relacionado con creencias limitantes como "no soy suficiente" o "no merezco amor".
Tres pautas para superar el dolor que nos causan
- Identificarlas y aceptarlas: reconocer que esa herida existe y que nos está influyendo en nuestra vida.
- Practicar el autocuidado y la autocompasión: ser amables con nosotros mismos, aceptando que no contábamos con herramientas en ese momento y dándonos permiso para sanar sin juzgarnos.
- Buscar apoyo psicológico para trabajar nuestro pasado de una forma más específica que nos ayude a perdonarnos, cuidarnos y ponernos como protagonistas principales de nuestra vida.
¿Cuánta importancia tiene disponer de una red de apoyo emocional?
La red de apoyo emocional es crucial para el bienestar psicológico. Nos ofrece contención, comprensión, nos permite procesar nuestras emociones y a mostrarnos vulnerables ante ellos. Las personas que cuentan con una red sólida de apoyo emocional tienden a tener mayor resiliencia frente a adversidades, ya que saben que no están solas en sus problemas.
¿Cuándo nos damos cuenta de que estamos sobreviviendo en vez de viviendo?
Suele ocurrir cuando estamos en piloto automático y llevamos a cabo nuestra rutina sin ser conscientes de lo que está ocurriendo. No conectamos con nuestro presente y probablemente, estemos más centrado en nuestro futuro. "Sobrevivir" se siente como una serie de respuestas automáticas, mientras que "vivir" implica estar en contacto con nuestras emociones, pasiones y objetivos.
¿Cómo salimos de ahí?
Salir de esta rutina implica hacer un esfuerzo consciente para reconectar con nuestras emociones, tomarnos el tiempo para reflexionar sobre lo que realmente queremos y comenzar a tomar decisiones más alineadas con nosotros mismos. La terapia, la meditación o el mindfulness también pueden ayudarnos a estar más presentes y ser conscientes de nuestro día a día.
Una técnica que puede ayudarnos es la ducha consciente, sin planificar nuestra rutina o nuestro día mientras nos encontramos debajo del agua. Disfruta, conecta y focaliza tu atención plena en ese momento, y si vienen pensamientos de anticipación, intenta posponerlos para que no te invadan en tu momento de relajación.
¿Eres el protagonista de tu vida, o tienes un papel secundario?
Tres herramientas que nos ayuden a fortalecer la autoestima
- Poner el foco en ti: viendo qué necesidades tienes y si estás dedicando tiempo para llevarlas a cabo. ¿Eres el protagonista de tu vida, o tienes un papel secundario?
- Poner límites en base a tus necesidades. ¿Eres capaz de expresar cómo te sientes o los hechos que te molestan de los demás?
- Hablarte desde la compasión y el cariño, evitando usar ataques o etiquetas que nos han dicho de peques y que nos hacen tanto daño.
¿Es bueno hablar con uno mismo?
Sí, es muy importante que nos dediquemos tiempo para saber cómo somos y qué necesitamos. Muchas veces, nos vemos como nos ha visto nuestro entorno, pero no como nos vemos nosotros. Hablar con nosotros o escribirnos, nos ayuda a procesar emociones, ventilar pensamientos que nos pueden hacer daño y darles un lugar.
Ten cuidado porque podemos tender a la crítica y a un lenguaje más punitivo, tal y como (posiblemente) hicieron con nosotros, pero eso nos hará más daño. Eres capaz de decirte palabras bonitas y quererte, aunque no lo hayan hecho contigo. Dedica unos minutos al día para reforzarte lo bien que lo estás haciendo y escribe 3 hechos que hayas realizado durante el día y por los que estés orgulloso. Así, empezarás a darle una vuelta a tu diálogo y a ver los logros y la valía que tienes.
¿Qué es un lugar y seguro y cómo nos podemos crear uno?
Un lugar seguro es un espacio, ya sea físico o emocional, donde nos sentimos protegidos, aceptados y en calma. Puede ser un entorno real, como una habitación tranquila o un entorno natural, o puede ser más abstracto, como un estado mental en el que nos sentimos cómodos y relajados. Crear un lugar seguro implica practicar la autoaceptación, rodearnos de personas que nos apoyen y dedicar tiempo a actividades que nos hagan sentir seguros y tranquilos.
¿Cómo afecta la ansiedad a la autoestima?
La ansiedad puede tener un impacto negativo en la autoestima, ya que puede generar inseguridad, pensamientos intrusivos y un sentimiento de incapacidad o miedo ante situaciones cotidianas. Las personas con ansiedad a menudo se sienten fuera de control, lo que puede llevar a dudar de sus propias capacidades y cualidades, reduciendo su confianza en sí mismos.
Poner límites significa darte lugar y ver qué estás dispuesto a aceptar o no, en tus relaciones
Tres claves para salir de los bucles de pensamientos negativos
- Identificar y desafiar los pensamientos negativos: cuestionar la veracidad o realidad de esos pensamientos y encuentra la evidencia que los refute.
- Mindfulness o atención plena: practica estar presentes en el momento y no dejarse arrastrar por pensamientos negativos.
- Reemplazar los pensamientos negativos con pensamientos con una carga menos dañina. Haz una lista con tus pensamientos intrusivos y otra con uno alternativo que tenga menos impacto emocional para ti.
¿Qué significa poner límites?
Poner límites significa darte lugar y ver qué estás dispuesto a aceptar o no, en tus relaciones. Recuerda que los límites los pones por ti, no por los demás.
Tres pautas para ponerlos:
- Claridad: comunica tus límites de una forma asertiva
- Firmeza: evita retirarlos ante peticiones o conflictos. Si ocurre esto, será más difícil ponerlos en práctica de nuevo.
- Haz una lista de personas a las que te costaría más o menos poner límites. Así, será mucho más sencillo ir exponiéndote a ello de forma paulatina y sin tanto agobio o culpa.