Lo que nunca debe hacerse en un maratón, según un cardiólogo: "Hay ocho prohibiciones para evitar riesgos"

Media maratón de Valdepeñas
Media maratón de Valdepeñas. EUROPA PRESS
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La tragedia vivida en el último medio maratón de Madrid, que recorre hasta 21 kilómetros y está debidamente homologado por la Real Federación Española de Atletismo, ha reabierto un importante debate acerca de los riesgos de esta dura prueba deportiva. A la altura de la plaza de Cibeles, un corredor de 38 años murió tras sufrir una parada cardiorrespiratoria y otro de 21 años se encuentra ingresado en estado crítico en el Hospital de La Paz por la misma razón.

La juventud de estas dos víctimas ha generado un gran impacto entre la sociedad civil y profesional y algunos expertos en patologías cardíacas han recordado la necesidad de realizar una prueba de esfuerzo antes de los grandes maratones para "detectar cardiopatías que no dan síntomas". En Informativos Telecinco web, hemos hablado con el Dr. Francisco José Martín Gómez, docente, investigador y Médico del deporte en el i-Shape de la Universidad Europea de Madrid, para saber cuáles son las ocho prohibiciones básicas a tener en cuenta antes de iniciar una carrera:

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Un paciente realizando la prueba del esfuerzo.
Un paciente realizando la prueba del esfuerzo.

Correr estando enfermo o con fiebre

Las infecciones virales como una miocarditis pueden ser silenciosas y potencialmente mortales. "Por encima del cuello" (congestión leve) puede ser aceptable, pero fiebre o dolor torácico indican que está prohibido competir.

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Usar por primera vez suplementos, preentrenos o fármacos

Mucho más cuando se toman sin indicación profesional. Ningún suplemento o bebida debe probarse por primera vez en carrera. Por ello, hay que dejarse aconsejar por un profesional del deporte con formación en nutrición deportiva y no tomar el primer suplemento que uno encuentra.

No planificar la hidratación y la suplementación con sales

Muchos corredores no conocen su tasa de sudoración ni la concentración de sodio que pierden, lo que lleva a estrategias ineficaces. Beber “cuando tenga sed” puede ser insuficiente en esfuerzos prolongados, especialmente con calor o humedad. Puede condicionar una deshidratación o hiperhidratación, así como trastornos electrolíticos (hiponatremia, hipocalcemia, hipopopotasemia, hipomagnasemia) Por ello, hay que ensayar estrategias durante los entrenamientos largos, usar bebidas isotónicas o cápsulas de electrolitos si la carrera es superior a 90 min y personalizar el ejercicio según la sudoración, el peso, el clima, etc.

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Competir sin haber entrenado de forma progresiva

Pasar del sofá a correr 21k o 42k en semanas puede ser un shock cardiovascular y musculoesquelético. El entrenamiento debe ser progresivo, planificado y con descanso adecuado. No existen fórmulas mágicas generales. Cada corredor tiene sus tiempos y sigue una evolución, no todo el mundo puede llegar a correr una maratón, y no todo el mundo puede plantearse correrla pasando de ser sedentario a querer correrla en 12 meses.

Tenemos nuestro pasado deportivo, nuestras condiciones antropométricas, nuestros factores de riesgo cardiovascular, nuestro estilo de vida que implica un tipo u otro de alimentación, descanso, higiene del estrés, etc. Así mismo el tiempo invertido en el entrenamiento, y el tipo de entrenamiento, la adherencia a éste y luego cómo evolucionemos con éste. Escuchar al cuerpo y dejarse guiar por profesionales del entrenamiento es mejor solución que “un pique entre amigos”.

Ignorar síntomas previos o durante la carrera

Dolor torácico, palpitaciones, vuelcos al corazón, mareos o sensación de desmayo deben ser señal de alarma. La regla de "sin penas no se gana" ha hecho mucho daño. No es valiente "aguantar"; es insensato.

Descuidar el sueño y la nutrición en los días previos

La privación de sueño y el ayuno excesivo alteran la función autonómica y el metabolismo energético. Si a eso le añadimos el intento de “paliar” la falta de descanso con exceso de suplementos que nos activan del tipo cafeína, taurina, efedrina, etc. Aumenta mucho nuestro riesgo de arritmias. La semana pre-competición es una semana de regeneración y, si nos esforzamos de más, sólo podemos estresar al cuerpo. El descanso y dejar tiempo a la biología debe ser la prioridad.

Competir sin evaluación médica previa

Sobre todo en corredores de más de 35 años o con antecedentes. Un simple ECG basal y entrevista médica pueden detectar hasta un 60–80% de alteraciones estructurales o eléctricas. No obstante, lo ideal es hacer un chequeo completo con analítica sanguínea, ECG, ecocardiograma, prueba de esfuerzo con ECG y análisis de gases en algún centro como i-SHAPE.

Usar ropa o zapatillas sin haberlas probado

Puede parecer banal, pero las ampollas, rozaduras, o calambres aumentan el estrés físico y el riesgo de colapso en carrera.

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