Un bolígrafo magnético permite detectar los síntomas más prematuros del párkinson

El foco se pone en cómo se mueve la tinta que está dentro del bolígrafo con un algoritmo que es capaz de interpretar las señales eléctricas y las fluctuaciones
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El IEEE —Instituto de Ingenieros eléctricos y Electrónicos— ha presentado un nuevo bolígrafo que, combinado con inteligencia artificial, permite analizar anomalías motoras en la escritura de las personas; los temblores son uno de los síntomas más frecuentes del párkinson. La detección de esta enfermedad, que afecta a más de 150.000 personas de acuerdo con la Sociedad Española de Neurología, sube de nivel, gracias a un nuevo tipo de estilográfico que ha sido desarrollado en Estados Unidos, por parte del IEEE.
Aunque la enfermedad, degenerativa, puede presentar más dificultades de diagnóstico en sus primeras fases, ahora será posible acortar este tiempo de detección gracias a un bolígrafo magnético que es capaz de detectar con precisión los temblores de las manos a la hora de escribir. Pero, ¿cómo lo han conseguido? ¿En qué se diferencia este nuevo estilográfico del resto que ya tenemos en el mercado?
La clave del nuevo bolígrafo está en el flujo magnético
A pesar de que en el interior nos encontramos con un depósito de tinta, esta tiene una composición diferente. En este caso está compuesta por ferrofluido, el cual está dentro de una cápsula magnética. Aquí, el punto importante está en el efecto magnetoelástico.
Este fenómeno de la física sucede cuando un material magnético blando —en el caso del bolígrafo, el ferrofluido— cambia su forma cuando hay corrientes eléctricas de por medio. El estilográfico desarrollado convierte este movimiento en señales eléctricas, gracias a una bobina conductora que está insertada dentro del cuerpo del boli.
Gracias a los movimientos que se producen y a la corriente generada por la bobina, la electricidad altera este material ferrofluido.
No se analiza cómo se escribe, se estudia cómo se mueve la tinta
Cuando la persona escribe con el bolígrafo y la tinta se plasma en el papel, es donde empieza el análisis. Sin embargo, el foco no se pone en cómo se realizan los trazos, sino en cómo se mueve la tinta que está dentro del bolígrafo.
Aquí entra en juego la inteligencia artificial. Junto con el propio bolígrafo se ha diseñado un algoritmo que es capaz de interpretar las señales eléctricas y las fluctuaciones. Se establece una correlación entre la señal de corriente junto con el tipo de movimiento que se lleva a cabo, para así detectar posibles síntomas de temblores de párkinson.
El bolígrafo recoge todos los datos y después estos se envían a un ordenador, el cual contiene el programa de análisis. En este caso, el equipo de investigadores ha explicado que la precisión de detección ha sido del 96% en las personas que han participado en el estudio.
El nuevo bolígrafo está en fase de pruebas
Aunque se trata de un hallazgo prometedor, desde IEEE recalcan que este proyecto es un estudio piloto. Por lo tanto, todavía no es un producto que esté listo para comercializarse.
Ahora las miras están puestas en “estudios a gran escala para evaluar la utilidad del bolígrafo en el mundo real”, más allá de las primeras pruebas que —con una tasa de éxito del 96%— ya se han llevado a cabo.