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Así es el primer ciclotrón público de España: acelera partículas para crear radiofármacos para tratamientos contra el cáncer o alzhéimer

Así es el ciclotrón público catalán: pesa 18 toneladas y está en un búnker a 4,5 metros bajo tierra
El acelerador de partículas instalado en Cataluña. Hospital Vall d'Hebron
  • El acelerador de partículas pesa 18 toneladas y se ha instalado en un búnker de 23 metros cuadrados, a 4,5 metros bajo tierra

  • Los radiofármacos permitirán desarrollar programas de medicina personalizada para mejorar el diagnóstico y tratamientos del cáncer

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BarcelonaEl Hospital Vall d'Hebron de Barcelona ha instalado un acelerador de partículas que permitirá producir una gran variedad de radioisótopos, como parte esencial de los radiofármacos, para realizar diagnósticos más precisos y tratamientos personalizados en enfermedades como el cáncer, patologías neurológicas o cardíacas

Este ciclotrón, que pesa 18 toneladas y ha llegado hasta el centro hospitalario catalán en dos tráileres de gran tonelaje, se ha instalado en un búnker de 23 metros cuadrados, a 4,5 metros bajo tierra del nuevo edificio del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR). Para poder transportarlo hasta la cámara hermética se ha utilizado una grúa construida para la ocasión y se ha dividido en dos mitades de 9 toneladas cada una, que se han vuelto a montar in situ.

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“Gracias al ciclotrón, podremos disponer de una gran variedad de radioisótopos esenciales para la producción de los radiofármacos en el propio hospital. Este equipamiento es una pieza más del nuevo Vall d’Hebron que estamos construyendo y que implica la creación y adquisición de nuevos equipamientos de alta complejidad”, destaca el Dr. Albert Salazar, gerente del Hospital Universitario Vall d’Hebron.

Dará servicio a todo el sistema público

Este ciclotrón dará servicio a todo el sistema público de medicina nuclear, a través del proyecto Ciclocat, que estará liderado por el Instituto Catalán de la Salud (ICS). Se trata de un equipamiento de alta tecnología que acelera partículas para producir una gran cantidad y variedad de radionúclidos. Estos radionúclidos tienen una vida útil corta, como el flúor-18, el carbono-11, el oxígeno-15, el galio-68 o el nitrógeno-13, algunos de pocos minutos.

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Los radionúclidos servirán para fabricar radiofármacos en los futuros laboratorios adyacentes, unos compuestos que se unen a sustancias como la glucosa para dirigirlos a diferentes dianas biológicas. Entre otras cosas, cuando se inyectan en el organismo, permiten detectar anomalías.

“Son especialmente útiles para realizar pruebas de imagen como el PET (tomografía por emisión de positrones), ya que nos ayudan a ver cómo funcionan los tejidos y órganos en tiempo real, clave en el diagnóstico precoz del cáncer y de diversas enfermedades neurológicas, inflamatorias o cardíacas”, apunta el Dr. Manel Escobar, director clínico de Radiología y Medicina Nuclear de Vall d’Hebron.

Vida ultracorta

La peculiaridad de estos radiofármacos es que, debido a su vida ultracorta, no todos son comerciales, lo que impide su transporte desde los centros de producción hasta los servicios de medicina nuclear clínica. “Con esta infraestructura, Vall d’Hebron podrá disponer de una gran variedad de radiofármacos en el mismo centro, algunos de los cuales no están disponibles en Cataluña. Esto mejorará el acceso a más procedimientos de medicina nuclear, necesarios para el diagnóstico y tratamiento personalizado de cada paciente”, comparte la Dra. Cristina Gámez, jefa del Servicio de Medicina Nuclear de Vall d’Hebron.