Un equipo multidisciplinar salva a una paciente de 84 años con una prótesis para bebés: "Me dieron la gloria"
Una fístula entre el esófago y el bronquio impedía a Lilia comer y le causaba neumonías. Médicos del Puerta de Hierro la han sellado con una innovadora técnica
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Lilia ha pasado dos años sin poder apenas comer, con dolor constante y sufriendo ingresos frecuentes por neumonía. La causa era una fístula entre el esófago y el bronquio, una complicación rara y de muy difícil abordaje que ningún tratamiento anterior había conseguido cerrar. Provocaba una comunicación anómala entre el esófago y el bronquio que causaba una continua entrada de alimentos o líquidos al pulmón. Así lo cuenta en video Silvia Asiian.
Durante dos años, la vida de Lilia, de 84 años, fue un auténtico calvario. Pero los médicos del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid) han logrado mejorar la situación con una técnica tan ingeniosa como poco habitual: usar un dispositivo diseñado para tratar cardiopatías congénitas en bebés.
Una prótesis para bebés, adaptada a una paciente de 84 años
La situación era compleja y los tratamientos previos no habían tenido éxito. "Lilia es la paciente que ha hecho una fístula esofagobronquial. Esto le producía tos continua, incapacidad para comer con normalidad y neumonías constantes" explica el doctor Alberto Herreros de Tejada, jefe de la Unidad de Endoscopia del hospital.
Pero la clave del caso fue la colaboración entre diferentes especialidades. En una mesa compartida por digestivo, neumología y cardiología, surgió la solución: "La opción de ponerle una prótesis que utilizáis vosotros…", sugiere Herreros al especialista en cardiología. Y la respuesta fue afirmativa.
"Hay varias decenas de prótesis que podemos utilizar y, por dentro del catéter, metemos el dispositivo que seleccionemos", detalla el doctor José Antonio Fernández, cardiólogo del centro. El elegido fue un pequeño dispositivo utilizado habitualmente para cerrar comunicaciones anómalas del corazón en bebés con cardiopatías congénitas. Ahora, se iba a usar por primera vez en una fístula esofagobronquial de una paciente anciana.
La intervención fue precisa y coordinada. Quienes manejaban el broncoscopio y el endoscopio guiaron el acceso hasta la fístula. "Cuando hemos asegurado ese acceso, se lo cedemos al cardiólogo", relata Herreros de Tejada. El momento más delicado llegó con la colocación de la prótesis.
"Estoy muy contento con los resultados, sobre todo teniendo en cuenta que es un dispositivo que no está diseñado específicamente para esto", celebra Fernández. El éxito fue rotundo, y lo mejor, la recuperación fue casi inmediata.
De la pesadilla a la normalidad en días
"Estuvo un par de días solamente con líquidos y luego ya con una ingesta sólida. A la semana se fue a casa sin ningún problema", explica la Gema Díaz, neumóloga del hospital.
Hoy, Lilia está feliz y agradecida: "Me pusieron la tapita esa y Dios mío, me dieron la gloria, tengo 15 años", bromea entre risas, emocionada por haber recuperado su vida.
El caso no solo ha devuelto la salud a una paciente, sino que es un ejemplo claro del poder de la colaboración entre especialidades médicas puede marcar la diferencia.