Ola de calor

El calor extremo hace más vulnerables a las personas mayores: "Este hecho no siempre presenta sintomatología"

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El impacto de las altas temperaturas se acentúa en el caso de las personas mayores. EUROPA PRESS
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La frase de que “toda la vida ha hecho calor en verano” se desmiente año tras año por parte de organismos como la propia AEMET, quiénes señalan que los episodios de altas temperaturas van a ir en aumento con el paso de los años debido al calentamiento global. 

Las olas de calor —como la que se vivió en Europa a finales del mes de junio— y a la cual se atribuyen más de 2.300 muertes ya son más intensas y duraderas que las que vivíamos hace décadas. En este sentido, el impacto directo en la salud humana se estudia de cada vez más, y los grupos de población vulnerable están cada vez más claros. 

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El calor extremo en personas mayores: especial atención por estos motivos

La Dra. Morales-Bibiloni, residente de Medicina Familiar y Comunitaria en Girona, explica uno de los motivos por los cuales las consultas de Atención Primaria aumentan cada verano en personas mayores, cuando se producen episodios de temperaturas extremos:

“Con el calor la tensión arterial de nuestro cuerpo baja y mucha gente mayor toma medicamentos por la tensión. En este caso, son los más frágiles ya que son propensos a tener más bajadas. Muchos casos de Atención Primaria y en las unidades de Urgencias —cuando hay episodios de altas temperaturas— se dan para atender a personas mayores que experimentan bajadas más pronunciadas cuando se combina calor y medicamentos que rebajan la presión arterial”, explica. 

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Aunque además de este escenario, la experta también explica otra casuística que también se puede producir, cuando se trata de tensión arterial y calor extremo: “aunque las altas temperaturas hacen que la presión baje, este hecho no siempre presenta sintomatología. Depende de cada caso individual cómo se manifiesten, incluso si se toma tratamiento anti-hipertensivo”.

¿Cómo actuar ante las temperaturas extremas?

Cuando se producen picos de calor —junto con actividad máxima solar, en materia de emisión de rayos UV—, la doctora Morales-Bibiloni explica algunas de las recomendaciones que se pueden tomar para prevenir sofocos y bajadas de tensión súbitas.

Lo primero que pone encima de la mesa son las horas de Sol: "lo ideal, si se quiere disfrutar del aire libre o de un paseo, es hacerlo a primera hora de la mañana, ya que las temperaturas son mucho más agradables. Si se quiere disfrutar del atardecer, lo idóneo es hacerlo cuando se empieza a poner el Sol".

De cara a los hábitos, la experta enfatiza el hecho de beber mucha agua —entre 1,5 y 2 litros diarios—, además de estar en ambientes que tengan las temperaturas controladas. 

También hace alusión a los espacios públicos que sirven como refugios climáticos. Estos son espacios que se pueden utilizar —de forma gratuita— para resguardarse de ambientes extremos (ya sea de frío o de calor). Además también enfatiza casos como el de la provincia de Girona: “hay refugios en los que las personas vulnerables tienen prioridad de acceso y uso gratuito. Un ejemplo es el de las piscinas públicas de Girona, donde se puede acceder de forma gratuita si se es de un colectivo frágil”.

Más allá de las personas mayores, Morales-Bibiloni también recomienda que se siga prestando atención a niñas y niños pequeños, además de personas que tomen medicamentos que previenen la hipertensión arterial, independientemente de la edad.