Verano

Mayores y olas de calor: cómo protegerles de las temperaturas extremas del verano

Las altas temperaturas son un enemigo muy real para las personas mayores. GETTY IMAGES
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Las olas de calor no solo nos fatigan mentalmente y nos hacen estar más irritables y agresivos, sino que son una amenaza real para la salud, especialmente la de las personas mayores. Numerosos estudios han atestiguado un incremento claro de muertes y hospitalizaciones asociadas a temperaturas por encima de un determinado umbral, y las tasas más altas se suelen registrar en los grupos de edad más avanzados.

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Un 89% de los mayores de 65 años encuestados en un estudio publicado en Geoforum se quejaba de que el calor afecta a su vida diaria. ¿Y por qué los mayores sufren más? Hay causas biológicas, sociales y ambientales a tener en cuenta.

A nivel puramente fisiológico, el envejecimiento reduce la capacidad de termorregulación, la respuesta sudoral puede ser menor y el estrés térmico se incrementa. Si a esto se le suma que muchos mayores viven solos, en situación de pobreza energética y viviendas con mala ventilación o sin aire acondicionado, los riesgos de enfermedad para el colectivo sénior se acrecientan.

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Por eso, conviene tener en cuenta ciertas precauciones tanto para evitar posibles problemas como para poder actuar en caso de que el calor afecte a la persona mayor. Es importante tomar medidas para sortear trastornos como el golpe de calor, la deshidratación o las bajadas de tensión.

En una publicación de su cuenta de Instagram, el doctor Pedro Manuel Sánchez Jurado, más conocido como 'Pedro tu geriatra', desgrana los cuidados fundamentales para que nuestros padres se sientan más seguros ante la amenaza del calor:

Hidratación constante

Deben tomar agua fresca con frecuencia a lo largo del día, incluso aunque no la pidan o no tengan sed. Se puede alternar con infusiones frías, fruta rica en agua como sandía y melón o caldos claros. También hay que tener en cuenta que las bebidas alcohólicas o con mucha cafeína favorecen la deshidratación.

Comidas ligeras y frecuentes

Conviene priorizar comidas frescas y fáciles de digerir, como ensaladas, verduras, pescado o pollo hervido, y evitar comidas muy grasas, copiosas, saladas o muy calientes. También hay que tener en cuenta que el calor favorece la descomposición rápida de los alimentos.

Evitar salir en las horas de más calor

"Mejor por la mañana temprano o al anochecer", indica el geriatra. Y en la medida de lo posible evitar las salidas entre las 12:00 y las 18:00, cuando el sol es más intenso. Si hay que salir, buscar zonas con sombra y reducir el tiempo en la calle todo lo posible.

Ropa fresca y ligera

La ropa debe ser ligera, holgada, de colores claros y tejidos transpirables como algodón o lino. Si hay que salir al exterior que lleven una gorra o sombrero y gafas de sol. Durante el tiempo que la persona mayor esté al aire libre debe utilizar un bloqueador solar o crema solar con un factor de protección alto.

Revisar la medicación

"Algunos fármacos aumentan el riesgo de deshidratación o bajadas de tensión", indica Pedro tu geriatra. Consultar con el médico antes de suspender o ajustar la dosis por cuenta propia.

Ambientes frescos y ventilados

Usar ventiladores o el aire acondicionado controlando que no haya cambios bruscos de temperaturas. Si no se dispone de esos aparatos hay que mantener las persianas bajadas y las cortinas cerradas durante las horas centrales del día y abrir ventanas por la noche si refresca.

Señales que deben alarmarnos

Las temperaturas extremas pueden desencadenar una emergencia médica en cuestión de segundos. Por eso es importante reconocer a tiempo los síntomas de un golpe de calor o de una descompensación térmica para evitar consecuencias graves:

  • Mareos, confusión, debilidad, sequedad en la boca, disminución de orina⁣
  • Somnolencia o desorientación repentina⁣
  • Piel caliente, seca y enrojecida (sin sudor, incluso con calor extremo).
  • Respiración o pulso rápidos y débiles.
  • Calambres musculares en piernas, brazos o abdomen.

Ante cualquier señal de alerta, hay que llamar al 112 de inmediato y mientras llega la ayuda trasladar a la persona a un lugar fresco, aflojarle la ropa y ofrecerle agua si está consciente y puede tragar.