Los riesgos de las personas con diabetes en verano, según una experta: "El calor puede influir de distintas formas"
Con la llegada de las altas temperaturas, las personas con diabetes pueden enfrentarse a mayores riesgos
La experta Elsa Fernández Rubio aclara cómo "el calor puede influir en los niveles de glucosa en sangre de distintas formas"
Con la llegada de las altas temperaturas , las personas con diabetes pueden enfrentarse a un aumento significativo del riesgo de sufrir tanto hipoglucemias (por mayor sensibilidad a la insulina y aumento de la actividad física), como hiperglucemias (por deshidratación o deterioro en el funcionamiento de la insulina).
"El calor puede influir en los niveles de glucosa en sangre de distintas formas. Por un lado, las altas temperaturas pueden afectar a la eficacia de algunos medicamentos utilizados en el tratamiento de la diabetes, especialmente la insulina. Si ésta se expone al calor excesivo puede perder parte de su efecto, lo que aumenta el riesgo de hiperglucemia, es decir, de niveles altos de azúcar en sangre", explica en entrevista con Europa Press Salud Infosalus Elsa Fernández Rubio, vocal de la Sociedad Española de Diabetes (SED).
Deshidratación, actividad física y metabolismo acelerado
La especialista, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Cruces, en Barakaldo (Bizkaia), añade que el calor favorece la deshidratación, lo que puede provocar que la glucosa se concentre más en sangre.
"Por otro lado, las altas temperaturas pueden acelerar el metabolismo y aumentar el flujo sanguíneo en la piel, lo que hace que la insulina se absorba más rápidamente. A su vez, durante el verano suele aumentar la actividad física, y todo ello aumenta el riesgo de hipoglucemia (niveles bajos de glucosa)", subraya.
Cuidado con los golpes de calor y los pies
Otro aspecto a vigilar es el golpe de calor, un riesgo mayor en personas con diabetes debido a que pueden presentar dificultades para regular la temperatura corporal, especialmente quienes tienen neuropatía autonómica.
Además, los pies requieren especial atención en esta época. El sudor, las altas temperaturas y un calzado inadecuado pueden favorecer la aparición de ampollas o heridas, que si no se tratan bien pueden derivar en úlceras difíciles de curar.
Recomendaciones básicas para el verano
Por todo ello, Fernández Rubio aconseja revisar y ajustar las pautas de medicación o insulina en verano, siempre bajo supervisión médica.
"Los principales factores que determinan la necesidad de cambios en la terapia son: cambios en la actividad física, cambios en la alimentación, y modificación de los horarios. Lo fundamental será realizar un control más frecuente de las cifras de glucosa para poder actuar en consecuencia", señala.
Las personas que utilizan insulina o medicamentos con riesgo de hipoglucemias deben comprobar sus niveles de glucosa antes, durante y después del ejercicio físico, y llevar consigo hidratos de carbono de absorción rápida como zumo, tabletas de glucosa o azúcar.
"También es imprescindible llevar siempre una fuente de hidratos de carbono de absorción rápida (...). Para evitar la deshidratación, se recomienda evitar realizar ejercicio en las horas de más calor, y mantenerse bien hidratado antes y durante la realización del ejercicio", concluye.