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Los expertos alertan sobre la legionela: “Las aguas de piscinas y nebulizadores pueden ser óptimas para el crecimiento de la bacteria"

Para reducir el riesgo en verano, se recomienda mantener el agua caliente por encima de 60 °C en acumuladores y al menos 50 °C en grifos y duchas. Europa press
  • Este microorganismo se multiplica en sistemas de agua caliente, instalaciones de climatización o spas

  • La experta Ana Allende explica que en la época estival el riesgo aumenta porque las condiciones ambientales favorecen el desarrollo de la bacteria

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Cada verano, con la llegada del calor, también se incrementa la probabilidad de exposición a una bacteria potencialmente peligrosa: la Legionella. Este microorganismo encuentra en sistemas de agua caliente, instalaciones de climatización o spas un entorno idóneo para multiplicarse si no se aplican medidas de control adecuadas.

No es raro que durante los meses estivales aparezcan noticias sobre brotes de Legionella en hoteles, hospitales o gimnasios. Pero, ¿cómo se transmite exactamente?, ¿qué señales deben ponernos en alerta? y, sobre todo, ¿cómo podemos prevenirla?

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Condiciones favorables en verano

Ana Allende, investigadora científica del CEBAS-CSIC, explica que en la época estival el riesgo aumenta porque las condiciones ambientales favorecen el desarrollo de la bacteria.

"La bacteria tiene su óptimo de crecimiento a temperaturas templadas, entre 20 y 45 °C, y las altas temperaturas estivales pueden situar el agua de ciertos sistemas en ese rango, especialmente si no existe un buen control de la temperatura. Concretamente en verano, las aguas utilizadas en las piscinas de hoteles, complejos turísticos, spas, y otras instalaciones pueden presentar temperaturas óptimas de crecimiento de la bacteria", advierte.

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La experta añade que ciertas instalaciones pueden propiciar el estancamiento del agua en tuberías, depósitos o sistemas de climatización. "Otros factores que favorecen su proliferación son la presencia de nutrientes orgánicos, de incrustaciones, de corrosión, y de sistemas en mal estado", señala.

Instalaciones y normativa

En España, el Real Decreto 487/2022 establece las medidas de prevención y control frente a la legionella, exigiendo que las instalaciones de riesgo cuenten con programas de mantenimiento, realicen análisis periódicos de agua y mantengan un registro documentado de todas las operaciones.

Las autoridades sanitarias realizan inspecciones y, ante un caso o brote, activan protocolos de control inmediatos.

Según Allende, el mayor riesgo está en las instalaciones que generan aerosoles de agua, ya que la inhalación de microgotas contaminadas es la vía más habitual de contagio. "Las torres de refrigeración y los condensadores evaporativos son un ejemplo claro, pero también lo son los sistemas de agua caliente sanitaria con acumuladores y depósitos en mal estado, las fuentes ornamentales y los estanques decorativos, así como los jacuzzis y spas, los equipos de humidificación y de nebulización, o incluso ciertos sistemas de riego por aspersión", detalla.

Síntomas y diagnóstico

La infección por Legionella puede manifestarse con fiebre alta, tos seca o productiva, dificultad para respirar, dolores musculares, cefalea y malestar general. "En general son síntomas similares a los de una gripe", apunta.

El diagnóstico se apoya en pruebas como la detección de antígeno urinario, el cultivo de secreciones respiratorias o la PCR. "El tratamiento requiere antibióticos, generalmente macrólidos como la azitromicina o fluoroquinolonas como la levofloxacina, y en los casos graves puede ser necesaria la hospitalización", añade.

Medidas de prevención clave

Para reducir el riesgo en verano, Allende recomienda mantener el agua caliente por encima de 60 °C en acumuladores y al menos 50 °C en grifos y duchas, y el agua fría por debajo de 20 °C. También aconseja purgar regularmente los puntos terminales, limpiar y desinfectar acumuladores, depósitos, tuberías y difusores, así como revisar y sanear torres de refrigeración y humidificadores antes y durante la temporada estival.

"En ocasiones, puede ser necesario aplicar tratamientos de choque térmicos o químicos. Todas esas recomendaciones están recogidas en la legislación española vigente sobre prevención y control de la legionela", recuerda.

Por último, subraya que cumplir estrictamente la normativa es esencial para minimizar riesgos: "Los gestores y los servicios de mantenimiento deben mantener sus sistemas en buen estado, controlando las temperaturas, y evitando el estancamiento del agua, especialmente antes y durante la temporada de calor. Los particulares, por su parte, deberían vaciar, limpiar y desinfectar depósitos, termos o acumuladores que hayan estado tiempo sin usarse, purgar grifos y duchas tras periodos prolongados sin utilización, y mantener en buen estado jacuzzis y spas domésticos".