Bienestar

Cómo protegerte de las lesiones al hacer deporte este verano

Recorriendo una playa durante el verano
Haciendo deporte en la playa durante el verano. Pexels
Compartir

La escena se repite cada año: tener más horas libres, implica más ganas de moverse y, además, el sol invita a salir… hasta que llega una torcedura, un calambre o una sobrecarga y arruinan el plan. Lejos de ser algo anecdótico, el verano concentra un pico de lesiones musculoesqueléticas que muchas veces podrían evitarse con preparación mínima, escucha corporal y sentido común.

Según el médico del deporte Erick Ugalde, del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, uno de los factores más relevantes es el cambio brusco de actividad: “Nos encontramos con pacientes que pasan de un estilo de vida sedentario a realizar esfuerzos bruscos o actividades a las que no están acostumbrados, como senderismo, pádel o largas caminatas por la playa en las horas de más calor”. Este tipo de cambios súbitos, unido a modificaciones en el descanso o la alimentación durante las vacaciones, puede derivar en lesiones musculares, esguinces o sobrecargas articulares.

PUEDE INTERESARTE

El calor también lesiona

La importancia del componente térmico no es baladí. La exposición a temperaturas elevadas reduce la concentración, altera la percepción del esfuerzo y favorece los movimientos imprecisos, según el mismo especialista. Este vínculo está bien documentado y la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias ha advertido que el ejercicio en ambientes calurosos incrementa el riesgo de lesiones musculares por contracturas, calambres o golpes de calor, especialmente en personas que no están entrenadas o que no han hecho una adaptación previa.

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) recuerda, además, que las horas centrales del día deben evitarse incluso en actividad moderada: “El ejercicio físico intenso debe evitarse en el exterior entre las 12 y las 17 horas” cuando hay avisos de calor extremo.

PUEDE INTERESARTE
¿Salir en bicicleta a los 50 es bueno o malo para tus rodillas?

Siete errores frecuentes y cómo evitarlos

  1. No calentar antes de comenzar: Víctor Moreno, entrenador personal de Blua Sanitas, insiste en que estiramientos suaves y ejercicios de movilidad articular son indispensables para activar el cuerpo y minimizar lesiones. La FEMEDE coincide en su guía oficial de práctica segura: “El calentamiento es esencial, incluso en deportes recreativos y en días de calor”.
  2. Elegir mal el calzado: En palabras de Moreno, muchas torceduras ocurren por usar chanclas en terrenos irregulares o calzado urbano para hacer senderismo. La Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) subraya que “el calzado es el principal sistema de prevención en travesías estivales: debe ajustarse al terreno y tener suela adherente”.
  3. Forzar tras un viaje largo: Iniciar actividad intensa nada más llegar al destino vacacional puede provocar sobrecargas musculares o lesiones tendinosas, sobre todo si se ha pasado muchas horas sentado en coche, tren o avión. Conviene una progresión gradual y ejercicios de activación postural.
  4. No hidratarse adecuadamente: La pérdida de líquidos por sudor puede generar mareos, calambres o falta de coordinación, incluso antes de sentir sed. El Ministerio de Sanidad recuerda que “la hidratación debe ser constante y adaptada al nivel de esfuerzo”, evitando bebidas azucaradas o alcohólicas, que agravan la deshidratación.
  5. Ignorar las señales del cuerpo: Dolor persistente, rigidez o fatiga no son barreras que superar, sino mensajes claros de que se debe parar o reducir intensidad. “Entrenar sobre arena, por ejemplo, exige un mayor trabajo muscular que hacerlo sobre una superficie estable”, alerta Moreno.
  6. Hacer deporte a cualquier hora: Las mañanas tempranas y el atardecer son las franjas más seguras. AEMET recomienda consultar siempre la previsión térmica y nivel de radiación UV antes de planificar ejercicio al aire libre.
  7. Olvidar que el descanso también entrena: Alternar días activos con jornadas de recuperación o actividades suaves ayuda a que los tejidos se regeneren y se eviten lesiones acumulativas. Como resume Víctor Moreno: “No se trata solo de moverse más, sino de hacerlo bien”.

Qué hacer si ya hay dolor

Ante un tirón muscular, calambre o torcedura, lo primero sería parar de hacer ejercicio y aplicar frío local, reposar la zona, hidratarse bien y evitar cargar peso como las primeras medidas indicadas. Si el dolor no remite en 24-48 horas, es importante consultar con un profesional médico para evitar males mayores. El error más común es volver a entrenar demasiado pronto o automedicarse sin diagnóstico clínico, lo que puede cronificar hasta las lesiones más leves.

La práctica deportiva en verano no es un riesgo, pero sí una actividad que requiere adaptación y atención consciente. Escoger el terreno adecuado, vigilar el calor, descansar, hidratarse sin excusas y preparar el cuerpo antes de exigirle más de la cuenta son medidas tan simples como eficaces. A cambio, el premio no es solo evitar la lesión, sino volver de las vacaciones en forma, sin secuelas y con la motivación intacta.