Entrevistas

Dra. María Gascón, pediatra: "La mejor vacuna contra los mocos es lavarse las manos con agua y jabón"

Con el inicio del curso escolar, aparecen los virus y los mocos. CEDIDA
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Como pediatra rural, la Dra. María Gascón lleva años escuchando creencias y opiniones populares que, aunque generalizadas, carecen de una base científica. De ahí que la Dra. María Gascón haya escrito un libro dedicado especialmente a todo tipo de mitos en torno a la salud de los niños y bebés. En 'Pediatra de pueblo. Guía de salud infantil para padres con dudas, abuelas con remedios infalibles y niños con mocos eternos' (editorial Grijalbo) explora algunas de las grandes preocupaciones de madres y padres: por qué un niño tiene fiebre, qué hacer cuando no duerme, cuándo consultar con tu pediatra y cuándo no hace falta salir corriendo a urgencias. En Informativos Telecinco charlamos con ella para resolver uno de los grandes enigmas: de dónde vienen los mocos y cómo podemos hacer para que se vayan. Estas son algunas de sus respuestas...

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Pregunta: Mocos: ¿por qué no se van? ¿En qué edades son más frecuentes y persistentes?

Respuesta: Los pediatras siempre decimos que “los mocos se cogen en septiembre y se sueltan en junio”. Los niños pequeños, sobre todo los que están en edad de escuela infantil o preescolar y cuyo sistema inmune aún está en prácticas, tienen una media de 8 a 10 catarros cada temporada de otoño-invierno. Si, de media, esos mocos duran entre 10 y 15 días, parece que están la mayor parte del tiempo con mocos. 

P: ¿Qué tipo de tratamientos son más efectivos y cuáles son los mitos más comunes?

R: Los catarros están producidos por virus que no se tratan con antibióticos, sino que la mayoría tienen un tratamiento que llamamos sintomático: hidratación, lavados nasales con suero fisiológico para aliviar la congestión y administración de un analgésico o antitérmico si hay dolor de garganta fiebre. En cuando a los mitos más comunes, destacan los que señalan que "si el moco es verde, necesita antibiótico” o “mándale el antibiótico por si acaso”. 

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P: ¿Qué finalidad tienen los mocos y por qué aparecen?

R: Al igual que la fiebre, los mocos son un mecanismo de defensa del cuerpo: su misión es atrapar virus, bacterias y polvo antes de que puedan hacer daño. Son, literalmente, el portero de discoteca del aparato respiratorio: si algo sospecho intenta entrar aparece ese moco. 

"En esta época, los niños pasan más tiempo en espacios cerrados y con poca ventilación, el ambiente perfecto para que los virus campen a sus anchas y se propaguen con facilidad"

P: ¿Qué tipo de infecciones son comunes en estas fechas del año? ¿Qué pasa en las guarderías y escuelas para que haya siempre tantos virus?

R: En la temporada otoño-invierno, las infecciones más frecuentes son los catarros, las laringitis, las bronquiolitis, las amigdalitis y la gripe, cuyos principales protagonistas son los virus. En esta época, los niños pasan más tiempo en espacios cerrados y con poca ventilación, el ambiente perfecto para que los virus campen a sus anchas y se propaguen con facilidad. 

P: ¿Qué tipo de prevención podemos hacer?

R: La mejor vacuna contra ellos es lavarse las manos con agua y jabón, ventilar bien, salir al aire libre, mantener una dieta sana y equilibrada, tener el calendario vacunal al día y, muy importante, evitar besar a los bebés, sobre todo si estamos enfermos.

P: Sobre la fiebre: ¿cómo es correcto tratarla? ¿Qué significa que nuestro hijo tenga fiebre y cuándo hay que alarmarse?

R: Consideramos fiebre a partir de los 38ºC. La fiebre, aunque a veces asuste, es en realidad nuestra aliada: un mecanismo de defensa que usa el cuerpo para “achicharrar” a los microorganismos y que no campen a sus anchas. Se trata solo si molesta, independientemente de lo que marque el termómetro, cuando el peque está decaído, quejoso, con dolor de cabeza o claramente incómodo. Debemos acudir a urgencias si el bebé tiene menos de 3 meses, está muy decaído, somnoliento, irritable o con un llanto que no se calma, tiene dolor de cabeza intenso y/o rigidez del cuello, presenta dificultad para respirar, vómitos repetidos o manchas en la piel que no desaparecen al presionarlas (las llamadas petequias).

P: Sobre caca: ¿qué tenemos que tener en cuenta en niños pequeños sobre las heces? ¿Cada cuánto deberían ir al baño?

R: En cuanto al color, toda la paleta de color que va del amarillo al marrón, pasando por el verde, suele ser normal. Al fin y al cabo, las cacas suelen parecerse a lo que se come (“de lo que se come se caga”, que dice el refrán popular). Eso sí, si las heces son rojas (sangrado de la parte baja del intestino), negras (sangrado de la parte alta del intestino) o blancas (enfermedades del hígado), hay que consultar con el pediatra. Sobre la frecuencia, más que cuántas veces va al baño, hay que fijarse en la consistencia. Si el peque hace caca todos los días, pero las heces son muy duras, grandes, la deposición es dolorosa o requiere esfuerzo, hablamos de estreñimiento, aunque vaya a diario.