Salud

De la boca al cerebro: cómo las muelas del juicio podrían salvar tus neuronas

Muelas del juicio
Las muelas del juicio, algo más que desechos biológicosGETTY IMAGES
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Las famosas muelas del juicio, esos terceros molares que tantas molestias suelen causar en la boca y que el dentista siempre termina extrayéndonos, podrían ser más útiles de lo que parecen. En realidad, son una una fuente inesperada de células madre con potencial para tratar enfermedades neurodegenerativas, según apunta un reciente informe científico.

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Normalmente, cuando nos extraen una muela del juicio, esta suele desecharse sin mayores miramientos. Pero recientes estudios han mostrado que dentro de esa pieza, concretamente en la pulpa central -la parte blanda que hay en el centro-, residen unas células madre (DPSC) que tienen una cualidad extraordinaria: pueden convertirse en neuronas -o al menos en células muy similares- y liberar factores que ayudan a reparar tejido nervioso.

¿Qué tienen de especial esas células madre dentales?

A diferencia de las células madre embrionarias, que generan debates éticos, o las células madre pluripotentes inducidas (iPSCs), que requieren manipulación compleja y conllevan riesgos, estas son fáciles de obtener, no requieren procedimientos invasivos, son seguras y éticamente aceptables.

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Esto supone que algo tan común como la extracción de una muela podría, en el futuro, marcar la diferencia en tratamientos para enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer, el párkinson, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) u otras en que neuronas pierden funcionalidad o mueren.

El problema con estas enfermedades es que las neuronas maduras en el cerebro tienen muy poca capacidad de regenerarse por sí mismas. Pero estas DEPSCs quizás podrían utilizarse para reparar neuronas dañadas, o al menos para crear un entorno que favorezca la supervivencia neural.

Aún en fases tempranas

En estudios preclínicos (cultivos celulares, modelos animales) han mostrado efectos prometedores. Por ejemplo, liberan factores que protegen neuronas, ayudan a reducir inflamación, y en modelos de enfermedades neurodegenerativas se han observado mejoras. Además, se abren múltiples posibilidades más allá de las neuronas. El mismo tipo de células muestra poder para regenerar hueso, cartílago, e incluso tejidos dentales u óseos.

Este enfoque se alinea con la tendencia al alza en la medicina personalizada de almacenar células propias en bancos especializados. Ya hay centros clínicos que ofrecen este servicio: recogen, procesan y almacenan las células bajo condiciones estrictas. Así se garantiza que los pacientes puedan disponer en el futuro de material biológico propio compatible, sin necesidad de donantes externos.

Por tanto, la próxima vez que vayas al dentista a que te saquen una muela del juicio piensa que ese desecho biológico podría contener las semillas que un día ayuden a reparar neuronas y combatir enfermedades que hoy no tienen cura.