Golpe al ocio descerebrado: Baleares cierra tres calles de Magaluf y Playa de Palma para evitar contagios

  • Cierra las calles de la cerveza y del jamón de la Playa de Palma y la de Punta Ballena en Magaluf

  • Son las zonas preferidas de los turistas británicos

  • Prohibidas las pajitas largas y los envases de bebidas de más de 0,5 litros

Cansado del ocio descerebrado y temiendo nuevos brotes (en todas las CCAA ya hay uno), el Govern balear ha ordenado este miércoles el cierre de todos los establecimientos de comercio, ocio y restauración de las llamadas calles "de la cerveza" y "del jamón" de la Playa de Palma y la de Punta Ballena en Magaluf para evitar el turismo de excesos y sus posibles efectos en la pandemia.

"No queremos turistas incívicos en nuestras islas, que no vengan", ha pedido el conseller balear de Turismo y Trabajo, Iago Negueruela, en un rueda de prensa tras reunirse con representantes de las patronales CAEB y PIMEB y de CCOO y UGT para analizar la situación derivada de las aglomeraciones ocurridas en determinadas zonas turísticas de Baleares en los últimos días.

Negueruela ha precisado que el cierre de los locales debe ser "inmediato" y que los controles del Govern para supervisar que se cumplen las nuevas medidas empezarán este jueves. El cierre será temporal y puede prorrogarse. Las zonas afectadas por la restricción son las mismas de Mallorca donde se aplicaba un decreto autonómico contra el turismo de excesos vigente desde principios de este año.

En concreto, en las calles Miquel Pellisa y Bartomeu Salvà de la zona del Arena de la Playa de Palma (conocidas popularmente como las de la cerveza y la del jamón y en las que predomina el turismo alemán) y Punta Ballena, en Magaluf, destino preferido por los británicos.

Prohibidas las pajitas largas y los envases de bebidas de más de 0,5 litros

La resolución de la Conselleria de Salud establece otras tres medidas: se prohíben en todo Baleares las pajitas largas y los envases de bebidas alcohólicas de más de 0,5 litros porque promueven que se compartan las consumiciones; y además se prohíben las mesas altas con taburetes en las zonas del turismo de excesos (Magaluf y Playa de Palma, en Mallorca, y el West End de Sant Antoni, en Ibiza).

El conseller Negueruela ha asegurado que las medidas se han pactado con los agentes sociales "para velar por el conjunto de la economía". "Todas las medidas que adoptamos irán destinadas a proteger a la ciudadanía y a los trabajadores", ha añadido. El conseller ha incidido en que las actitudes detectadas en los últimos días son "puntuales" pero dañan a Baleares cuando es "el destino más seguro de Europa". "Es una actitud muy focalizada y que no vamos a tolerar bajo ningún concepto", ha añadido.

La recomendación del Govern es "que no se venga a hacer ese tipo de turismo porque no se va a poder hacer y serán perseguidas las personas que lo hagan". "No permitiremos ese descontrol", ha expresado. Ha recordado que en las zonas del decreto del turismo de excesos solo podían abrir las terrazas de los locales de ocio, y estaba prohibido abrir los que tienen aforos mayores de 300 personas.

La consellera de Administraciones Públicas, Isabel Castro, ha explicado que los incumplimientos de estas nuevas medidas pueden implicar sanciones de hasta 600.000 euros, para las muy graves.

Los hoteleros aplauden las medidas

La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) y la Agrupación de Cadenas Hoteleras (ACH) consideran una "buena noticia" la decisión del Govern balear de cerrar tres calles de Magaluf y Playa de Palma, aunque apuntan que se debe informar bien de estas medidas a los visitantes. Las patronales hoteleras condenan "los episodios que, pese a haber sido aislados, ponen en riesgo la salud y la imagen de las islas", y también los esfuerzos de los empresarios turísticos, que han "trabajado mucho para aplicar los protocolos de prevención y activar la prueba piloto que permitió lanzar un mensaje de destino seguro".

Esas actuaciones, según apuntan, no pueden verse comprometidas ahora por los comportamientos de unos pocos, por lo que celebran la decisión del Ejecutivo de las islas de clausurar "los puntos calientes" para "preservar el conjunto de la actividad y los puestos de trabajo". "Suponemos -añaden sobre el Govern- que tiene cuantificado el impacto y el alcance de la aplicación de esta medida, que tiene una limitación temporal y que será revisable".

Por eso, consideran "una buena noticia" que el Ejecutivo haya anunciado que se reforzarán los efectivos para evitar las aglomeraciones y que vigilará que estas actividades prohibidas no se desplacen a otros puntos.

Los hoteleros piden, por último, al Govern que "sea muy cuidadoso con la gestión de la comunicación en una situación de crisis, para que no sea mal interpretada por los mercados si no se divulga correctamente". En ese plan de comunicación, añaden, se debe "hacer visible" la fortaleza sanitaria de las islas.

Otros no lo ven tan claro

En cambio, el presidente de la federación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca (Pimem), Jordi Mora, ha manifestado su preocupación por el cierre de estos puntos turísticos, ya que cree que la solución "no pasa por ir cerrando calles". Mora afirma en un comunicado que, si bien entiende que se quieran atajar los comportamientos incívicos y peligrosos que puedan afectar a la salud, "medidas de este tipo también pueden afectar a otros sectores indirectamente".