En la localidad sevillana de Brenes buscan cualquier rastro de COVID-19 en sus tiendas y negocios. Una empresa especializada analizan minuciosamente hasta en el último rincón para descartar la presencia del virus y así fomentar el comercio local.
El personal de laboratorio ha llegado al pueblo y ha analizado los lugares más concurridos. Por ejemplo, en la peluquería han tomado muestras del pomo de la puerta del mostrador y también de las sillas. Al día siguiente se tienen los resultados. Con el visto bueno de laboratorio el comercio puede seguir funcionando. En el caso de que fuera positivo habría que cerrar el local unos días y activar el protocolo.
Barandillas, mostradores y picaportes… nada queda fuera de la lupa de este equipo de cazadores del COVID. Con sus bastoncillos toman muestras en los lugares más toqueteados de esta localidad que ha tenido 12 contagiados y un fallecido por coronavirus. Cuando las muestras llegan a laboratorio tardan entre 6 y 8 horas en analizarlas.
Los establecimientos cumplen con la normativa impuesta por Sanidad, pero desde el Ayuntamiento prefieren comprobarlo y quedarse tranquilos. Sólo el 3% de los establecimientos analizados por esta empresa han dado positivo.
Asimismo el Ayuntamiento de Brenes ha lanzado su Plan estratégico social municipal extraordinario para afrontar la afectación social y económica que está provocando la crisis sanitaria. El plan se centra en la atención y asistencia a los sectores más vulnerables de su comunidad e incluye un paquete de medidas y propuestas para impulsar la economía tras la pandemia.
Entre esas medidas, destacan las destinadas a minimizar el impacto de la crisis sanitaria en la comercios, incluyendo el aplazamiento de tasas municipales hasta fin de 2020, la priorización en el pago de proveedores a pequeñas y medianas empresas locales, la aplicación y asesoramiento de medidas fiscales del OPAEF y la creación de una plataforma local de comercio, así como la implantación de tecnologías digitales.