Las claves de la bronquiolitis: cómo prevenir esta infección pulmonar

  • Esta infección es común en niños pequeños y bebés

  • La bronquiolitis pueden durar de varios días a semanas

  • Los síntomas, los primeros días, son similares a los de un resfriado

La bronquiolitis es una infección pulmonar común en niños pequeños y bebés, que causa inflamación y congestión en las pequeñas vías respiratorias (bronquiolos) del pulmón. Estas vías respiratorias se inflaman, se hinchan y se llenan de mucosidades, lo que puede dificultar la respiración.

La bronquiolitis casi siempre es a causa de un virus. En general, el momento en que la bronquiolitis es más frecuente es durante los meses de invierno. Comienza con síntomas similares a los de un resfriado común, pero luego presenta tos, sibilancia y a veces dificultad para respirar.

Es usual durante los dos primeros años de vida, sobre todo en bebés de entre tres y seis meses; también es más frecuente en el sexo masculino, los bebés prematuros, los niños que no fueron amamantados y los que viven en condiciones de hacinamiento.

Los síntomas de la bronquiolitis pueden durar de varios días a semanas. La mayoría de los niños mejoran con los cuidados en casa y solo un pequeño porcentaje de ellos requiere hospitalización. Esto les ha ocurrido a los hijos de Irene Montero y Pablo Iglesias, Leo y Manuel, que han tenido que ser ingresados ingresados en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid por esta infección.

Causas

La bronquiolitis se produce cuando un virus infecta los bronquiolos, que son las vías respiratorias más pequeñas de los pulmones. La infección hace que los bronquiolos se hinchen y se inflamen. La mucosidad se acumula en estas vías respiratorias, lo que dificulta que el aire fluya libremente dentro y fuera de los pulmones.

La mayoría de los casos de bronquiolitis son causados por el virus sincicial respiratorio, un virus común que infecta a casi todos los niños hasta los 2 años de edad. Los brotes de infección por este virus ocurren cada invierno, y los individuos pueden reinfectarse, ya que una infección previa no parece causar una inmunidad duradera.

Los virus que causan la bronquiolitis se propagan fácilmente. Se pueden contagiar a través de las gotitas en el aire cuando alguien que está enfermo tose, estornuda o habla. También puedes adquirirlos tocando objetos compartidos y luego tocándote los ojos, la nariz o la boca.

Otros virus que también puede causar bronquiolitis son los siguientes:

  • Rinovirus (resfriado común).
  • Virus de la gripe.
  • Metapneumovirus humano.
  • Adenovirus.
  • Coronavirus.
  • Virus de la parainfluenza.

Síntomas

Durante los primeros días, los signos y síntomas de la bronquiolitis son similares a los de un resfriado:

  • Catarro.
  • Congestión nasal.
  • Tos.
  • Fiebre leve (no siempre presente).

Después de esto, durante una semana o más se puede presentar dificultad para respirar o un silbido cuando el niño exhala (sibilancia). Muchos bebés también tienen una infección de oído (otitis media).

Si el niño no come o bebe y su respiración se vuelve más rápida o dificultosa, se debe acudir al médico. Esto es especialmente importante si el bebé tiene menos de 12 semanas de vida o tiene otros factores de riesgo para la bronquiolitis, incluso el nacimiento prematuro o una afección cardíaca o pulmonar. Los siguientes signos y síntomas son razones para buscar atención médica inmediata:

  • Sonidos de sibilancias audibles.
  • Respiración muy rápida (más de 60 respiraciones por minuto) y superficial.
  • Respiración dificultosa: las costillas parecen succionar hacia adentro cuando el bebé inhala.
  • Aspecto lento o letárgico.
  • Negarse a beber lo suficiente, o respirar demasiado rápido al comer o beber.
  • La piel se vuelve azul, especialmente los labios y las uñas (cianosis).

Factores de riesgo

La bronquiolitis suele afectar a niños menores de 2 años. Los bebés menores de 3 meses de edad son los que corren mayor riesgo de contraer bronquiolitis, porque sus pulmones y su sistema inmunitario aún no están completamente desarrollados.

Otros factores que se relacionan con un mayor riesgo de bronquiolitis en los lactantes y con casos más graves incluyen:

  • Nacimiento prematuro.
  • Afección cardíaca o pulmonar subyacente.
  • Sistema inmunitario deprimido.
  • Exposición al humo del tabaco.
  • Nunca haber sido amamantado (los bebés amamantados reciben beneficios inmunes de la madre).
  • Contacto con múltiples niños, pasar el tiempo en ambientes concurridos o tener hermanos que asisten a la escuela o que reciben servicios de guardería y traen a casa la infección.

Tratamiento

La bronquiolitis suele durar de dos a tres semanas. La mayoría de los niños con bronquiolitis pueden recibir atención en el hogar con cuidados de apoyo. Es importante estar alerta a los cambios en la dificultad para respirar, como luchar para poder hacer cada inspiración, no poder hablar o llorar por la dificultad para respirar, o emitir ruidos similares a un gruñido cada vez que respira.

Como son los virus los que causan la bronquiolitis, los antibióticos —que se usan para tratar infecciones causadas por bacterias— no son eficaces. Junto con la bronquiolitis, pueden ocurrir infecciones bacterianas como la neumonía o una infección de oído, y el médico puede recetar un antibiótico para esa infección.

No se ha determinado la eficacia habitual de los medicamentos que abren las vías respiratorias (broncodilatadores), por lo que no suelen darse para la bronquiolitis. Pueden utilizarse medidas para aliviar los síntomas en casa. Por ejemplo:

  • Haga que el niño beba mucho líquido. La leche materna o la leche artificial son perfectas para niños menores de 12 meses.
  • Haga que el bebé respire aire húmedo para ayudar a aflojar el moco pegajoso. Use un humidificador para humectar el aire.
  • Aplicar gotas de solución salina. Luego utilice un aparato de succión nasal para ayudar a aliviar la congestión nasal.
  • Asegúrese de que el niño descanse bastante.
  • No permita que alguien fume cerca.

Prevención

Debido a que los virus que causan la bronquiolitis se propagan de una persona a otra, una de las mejores maneras de prevenirla es lavarse las manos con frecuencia, especialmente antes de tocar al bebé cuando se tiene un resfriado u otra enfermedad respiratoria. Usar una mascarilla en ese momento también es apropiado.

Si un bebé tiene bronquiolitis no debe salir de casa hasta que la enfermedad haya pasado para evitar que se propague a otros. Otras formas para ayudar a frenar la infección incluyen:

  • Limitar el contacto con personas que tengan fiebre o resfriado. Si el niño es un recién nacido, especialmente un recién nacido prematuro, evita la exposición a personas con resfriados, sobre todo en los dos primeros meses de vida.
  • Limpiar y desinfectar las superficies. Limpia y desinfecta las superficies y objetos que las personas tocan con frecuencia, como los juguetes y los pomos de las puertas. Esto es especialmente importante si un miembro de la familia está enfermo.
  • Cubrir la tos y los estornudos. Cúbrete la boca y la nariz con un pañuelo. Luego desecha el pañuelo y lávate las manos o usa un desinfectante de manos a base de alcohol.
  • Usar tu propio vaso. No compartas los vasos con otros, especialmente si alguien de la familia está enfermo.
  • Lavarse las manos a menudo. Lávate las manos y las del bebé con frecuencia.
  • Amamantar. Las infecciones respiratorias son significativamente menos comunes en los bebés amamantados.