La inseguridad que genera tu estatura: "Muchos chicos me han rechazado por ser alta"

  • Varios jóvenes explican a Yasss cómo les afecta la estatura en su autoestima

  • Los prejuicios sobre la altura muchas veces van de la mano de profesionales: analizamos mitos creados por psicólogos que estigmatizaron a los hombres bajos

  • ¿Cómo poner fin a este complejo? Necesitamos referentes de parejas en los que ellas sean más altas que ellos

Pablo tenía 9 años cuando comenzó a sentirse inseguro por su altura. Todo empezó por un apodo cariñoso, “Pablito, porque como era tan pequeño”, y poco a poco su autoestima comenzó a deteriorarse. “Ser bajito me ha influido en más cosas de las que debería. A la hora de conocer chicas siempre las buscaba más bajas que yo, y si me gustaba una chica pero era alta la descartaba. Con amigos lo mismo. Siempre me he sentido inferior”, relata Pablo (26 años, 161 centímetros).

Nacemos sin inseguridades y nuestro entorno nos moldea hasta convertirnos en nuestra versión adulta, con todas sus fortalezas, pero también sus cicatrices psicológicas. Sin duda hay factores que amortiguan los daños sobre nuestra autoestima: una familia emocionalmente accesible, un grupo de amigos en que todos se sienten y actúan como iguales, profesores empáticos y relaciones amorosas sin dinámicas tóxicas. El problema es que incluso en las condiciones idílicas, las inseguridades pueden salir a flote.

El complejo de la altura

Socialmente hay un canon de belleza que dicta lo que es atractivo y lo que no. Ese canon no es inamovible, cambia con los años. Por ejemplo, en la década de los 90 lo que se consideraba perfecto era un cuerpo con infrapeso como el de Kate Moss. En los 2000 se pone de moda estar moreno y todos los famosos aparecen en la alfombra roja con una piel color naranja por el efecto del autobronceador. En la actualidad se ha normalizado la cirugía estética poniendo al alcance de todo el mundo intervenciones o retoques que antes eran más infrecuentes o que solo se realizaban famosos: rinoplastias, aumento de pecho, infiltraciones en labios, etc.

Sin embargo, durante todos estos años hay un ideal que no ha variado: el de la altura. Ellos, los hombres, resultan más atractivos cuando son altos, al menos más que sus parejas, y ellas, las mujeres, deben ser bajitas porque si no son demasiado imponentes.

“Cada vez que conozco a alguien me dice lo mismo: qué alta eres, como si yo no lo supiera”, comparte Carolina (24 años, 177 centímetros). “Al ligar yo no me fijo en la altura, pero muchos chicos me han rechazado por ser alta. Algunos te lo dicen claramente, otros ponen excusas. Me acuerdo uno que conocí por Tinder y que me gustaba mucho. Quedamos y cuando me vio en persona me dijo que mejor se iba a su casa, que no iba a funcionar. En los 5 primeros minutos. Muy fuerte. Luego me escribió un mensaje y me dijo que efectivamente era porque yo era muy alta".

Mitos sobre la baja estatura

Durante años se han perpetuado muchos mitos sobre ser bajito, muchos de ellos autoría de psicólogos.

Por ejemplo, Alfred Adler, que aseguraba que los niños tenían un sentimiento de inferioridad porque estaban rodeados de adultos más altos y que, por lo tanto, las personas bajitas tienden a mantener dicho complejo en su edad adulta.

Las teorías de Adler se remontan a finales de 1800, pero a día de hoy siguen surgiendo hipótesis estigmatizantes sobre la altura, como la de Lance Workman, que defiende la existencia de un complejo de Napoleón y que ha relacionado la baja estatura con la agresividad y los celos en hombres. Según el psicólogo británico, se compensa la falta de altura con un exceso de mal genio.

Estas teorías no se han demostrado y provocan más mal que bien, ya que fomentan estereotipos falsos y deterioran la autoestima de los hombres de baja estatura.

“Mi ex era más alta que yo y mi suegro me decía que era como su llavero. Yo sonreía por no mandarle a la mierda, pero me jodía mucho”, recuerda Andrés (28 años, 158 centímetros). “No era el único comentario. La gente cuchichea y se piensa que es muy sutil, pero te enteras de muchas cosas. También hay quienes te preguntan directamente si no te molesta que tu novia sea alta, si editas las fotos porque ahí no se nota tanta diferencia o si la tienes grande para compensar la altura”, confiesa.

Mujeres altas en los desfiles, pero no en la calle

“Todas mis amigas bajitas me dicen que ojalá fueran más alta y yo daría todo por ser como ellas. Queremos lo que no tenemos”, afirma Vega (31 años, 180 centímetros). “La presión por la altura siempre ha venido de hombres, al menos en mi caso. Que te rechacen, que te insulten porque no saben gestionar sus inseguridades, que te hagan sentir de menos… Todo esto ha sido algo muy habitual en mis relaciones”.

En el caso de las mujeres es curioso como el ideal dista tanto en el mundo de la belleza y en el día a día. Cuando pensamos en una modelo la imaginamos alta y esbelta. Esto es considerado atractivo, deseable, bello. Sin embargo, en nuestro círculo social cercano las mujeres altas son juzgadas con gran facilidad.

Es muy duro sentirme insegura con algo que nunca podré cambiar. Puedes operarte de muchas cosas, pero de la altura no

Ariadna (23 años, 176 centímetros), explica que nunca se ha sentido cómoda con tacones, y no precisamente porque le duelan los pies. “Hasta mis padres me dicen que no me quedan bien, que parezco una jirafa. Si eso lo dice la gente que te quiere, imagínate los que no te conocen”, reflexiona. “Son muchos comentarios críticos que la gente dice sin darse cuenta, pero duele. Yo sé que mis padres no lo dicen con maldad, pero para mí es muy duro sentirme insegura con algo que nunca podré cambiar. Puedes operarte de muchas cosas, pero de la altura no”.

Cambia la sociedad, cambia nuestra mente

Como hemos visto a lo largo de todo el artículo, la baja autoestima se construye en un contexto que nos convence de que algo en nosotros está mal, e igual que puede generarnos esa inseguridad, también puede ayudarnos a construir una autoestima sólida.

El primer paso es en nuestro círculo cercano. Es importante que nuestros amigos, pareja y familia nos hagan sentir válidos tal y como somos. Ellos son con quienes pasamos más tiempo y si en esas relaciones nos sentimos inferiores, en cualquier situación seguiremos sintiéndonos así.

También es fundamental el papel de los medios: redes sociales, programas de televisión, series, películas… Necesitamos referentes de parejas en las que ellas sean altas y ellos bajos, y afortunadamente ese cambio cada vez se hace más notorio: Tom Holland y Zendaya, Sophie Turner y Joe Jonas, y Gigi Hadid y Zayn Malik.

Las relaciones con diferencia de altura han existido y existirán siempre, pero la gran incógnita es si algún día se normalizarán del todo. Lo averiguaremos cuando busquemos en Google a una pareja famosa en la que él es más bajo no aparezca ninguna noticia haciendo referencia a la diferencia de altura.