Cómo afecta lo meteo en tus tatuajes: hablamos con un tatuador y un dermatólogo

Cristina Abel 17/03/2018 08:46

Para Javier Jiménez, artista tatuador de Rolling Tattoo en Fuengirola (Málaga) y miembro de Unión Nacional de Tatuadores Profesionales (UNTAP),Unión Nacional de Tatuadores Profesionales(UNTAP), el enemigo número uno de los tatuajes es el Sol porque degrada y altera los tonos de las tintas y los envejece. Por ese motivo, los profesionales aconsejan a sus clientes realizar los grabados en tinta en otoño, invierno y primavera, para que la cura no se vea afectada por el calor, la humedad del sudor y las actividades al aire libre que solemos poner en práctica en los meses de verano.

"Un tatuaje es una herida por abrasión en la que se inserta la tinta en la dermis. Por lo tanto tendremos que prestar la misma atención a la cura que con otro tipo de heridas similares. Protegerlo del polvo y la suciedad, así como mantener una higiene e hidratación correctas son las claves de un tattoo bonito. En lo climatológico protegerlo del sol, la lluvia y el viento (arrastra polvo, arena en la playa...) es igual de importante", apunta Javier.

Donís Muñoz, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y autor del Tratado sobre los tatuajes. Claves para su eliminación con láser, considera que si avanzamos un poco más en el tiempo tras realizar el tatuaje podríamos encontrarnos con algunos contratiempos.

"Los tatuajes profesionales o artísticos, no hablo de los de micropigmentación (que es otro tema), utilizan pigmentos azoicos y su peor contratiempo es la exposición solar (y las cabinas solares), pero no solo cuando están recién hechos, también 20 años después", comenta.

"El Sol puede actuar de dos modos: destiñéndolo porque su acción provoca la degradación de las partículas de tinta, y, además, puede favorecer que esa tinta en un momento determinado, y repito hasta muchos años después, provoque una reacción inflamatoria nada agradable y con consecuencias (estéticas) bastantes lamentables", añade.

Ojo también con la humedad y el agua

Los cuidados específicos deberán ser una constante, hidratando la piel y preservándola de la humedad, sobre todo para aquellas personas que viven en zonas costeras. "El agua del mar, el lago, el río, el jacuzzi o la piscina son también enemigos del tatuaje durante su curación. No por su temperatura, sino por el uso de agentes químicos y por la contaminación y las bacterias en medios naturales del agua", subraya el artista tatuador.

De igual modo, Jiménez recuerda que las personas ya tatuadas deben tomar conciencia de proteger bien esa piel con cremas solares de alta protección y, pese a que la mayoría de las cremas de cura para tatuajes llevan incorporados filtros de protección, no deben descuidarse y tomar al sol, incluso dos meses después de la curación de la herida.

El color rojo, el más reactivo y alérgico

Por otra parte, el profesional del grabado en piel advierte sobre el uso de tintas de color, sobre todo los rojos y los amarillos, ya que pueden generar alergias. Una observación en la que coincide el doctor Donís Muñoz. "La tinta que más se inflama es el rojo sin ningún género de dudas. Hay muchos estudios publicados en los que en un 80% de los casos la reacción inflamatoria se produce exclusivamente sobre el pigmento rojo o pigmentos que lleven el rojo en sí, como el naranja", subraya Muñoz.

"Antiguamente, hace más de 40 años, cuando el pigmento rojo se fabricaba a partir de las sales de mercurio (prohibidas en todo el mundo desde 1976), era el tono que provocaba más reacciones de rechazo, pero curiosamente en estos momentos, pese a utilizarse pigmentos de estructura química totalmente diferente (compuestos sintéticos azoicos), continúa siendo este color el que provoca mayores incidencias de rechazo y se desconoce el motivo", añade.

El efecto isomorfo, aviso en caso de psoriasis y vitíligo

Pocas son las personas que acuden a la consulta del dermatólogo antes de realizarse un grabado en piel, una situación que el doctor Muñoz lamenta, sobre todo, cuando se trata de pacientes a los que atienden por enfermedades de la piel.

"Hay dolencias en las que es mejor no tatuarse, como los pacientes que padecen psoriasis o que la han padecido en algún momento de su vida. Existe el efecto isomorfo, por el cual la enfermedad tiene una tendencia a reproducirse en aquellas zonas en las que se puedan inflamar un poco y no es excepcional que después de realizarse un tatuaje aparezcan placas de psoriasis", explica.

El doctor también desaconseja el tatuaje en personas que padecen vitíligo, por la misma razón, y tampoco en aquellos que tienen antecedentes de alergia. "Las personas que son alérgicas al níquel, que no toleran la bisutería, tienen potencialmente más posibilidades de sufrir alguna inflamación en el tatuaje, más pronto o más tarde", puntualiza.

La eliminación de tatuajes bajo supervisión médica

Al igual que hay que ser muy constante con los cuidados específicos tras el tatuaje, los expertos advierten a los tatuados tomarse muy en serio la eliminación de un grabado, una tendencia cada vez más solicitada. "La gente cree que quitarse un tatuaje es como depilarse y no tiene nada que ver".

"La eliminación de un tatuaje puede generar cicatrices importantes, y el número de complicaciones es directamente proporcional al grado de preparación del operador", avisa, e incide en que este tipo de intervenciones debe ser realizada por un dermatólogo, con los conocimientos y con las máquinas láser adecuadas y homologadas. "Nadie como ese especialista conoce la capacidad de la piel para regenerarse después de la acción del láser, además de prevenir a tiempo y tratar eficazmente una cicatriz", concluye.