“Mi madre es alcohólica": qué hacer cuando un familiar tiene un problema con la bebida

  • Marina Pinilla, psicóloga, recopila diez recomendaciones para hijos de padres con alcoholismo

  • Los hijos de padres alcohólicos pueden experimentar sensación de abandono físico y emocional, vergüenza, culpabilidad y miedo

  • Gemma tiene 23 años y cuenta lo mal que lo está pasando porque su madre tiene un problema de alcoholismo

En septiembre de 2020, Gemma comenzó a sospechar que algo no iba bien en casa. Su madre, que siempre había sido una mujer expresiva, alegre e ingeniosa, ahora estaba más apagada que nunca. “Pensamos que era por la pandemia”, relata la joven valenciana de 23 años, “lo dejamos pasar hasta que vimos que había algo más”. Se trataba de un problema con el alcohol.

Ahora, un año después, Gemma tiene claro lo que sucede. “Mi madre es alcohólica”, afirma, “y lo peor de todo es que no puedo hacer nada para ayudarla”. Ha acudido al centro de salud y a urgencias en más de una ocasión, pero nada frena el problema de alcoholismo. “Mi madre siempre lo niega y al final los médicos no pueden hacer nada. Mi padre tampoco quiere meterse por no discutir. Yo soy la que está llevando el peso de solucionar esto mientras todos hacen como que no pasa nada”, confiesa. “Es obvio que algo va mal y ya no solo es que sea un riesgo para ella misma, es que a veces ha cogido el coche borracha. Imagínate lo que podría haber pasado o lo que puede pasar si sigue así”.

La situación en su casa es crítica. Pese a que el deterioro de su madre a nivel físico y psicológico es notable, no puede hacer nada porque ella no reconoce la situación y su padre hace como si nada. Se encuentra sola, desbordada y con una gran impotencia.

Cómo afecta vivir con un familiar con alcoholismo

El alcoholismo no solo daña a quien sufre la adicción, también afecta a su círculo más cercano, y cuando es uno de los padres la situación se vuelve especialmente dura.

Es habitual que los hijos de padres con adicción sientan:

  • Impotencia por no poder hacer nada para evitarlo.
  • Culpabilidad.
  • Miedo e inseguridad ante las posibles reacciones de su padre o madre al hablar de la adicción.
  • soledad y abandono físico o emocional.
  • Vergüenza.
  • Irritabilidad y enfado con el progenitor con la adicción, pero también con el otro progenitor si no se implica lo suficiente.
  • Preocupación por la salud de sus padres.
  • consecuencias del alcoholismo, especialmente si su padre o madre se embarca en conductas de riesgo como conducción temeraria, gastos económicos…
  • Dificultad para confiar en sus figuras de apego.
  • Hiperresponsabilidad al tener que ejercer un rol de adulto que no le corresponde.

Esta montaña rusa de emociones puede desembocar en conductas de evitación, de sobreprotección o de agresividad. Algunos hijos dejan de hablar a sus padres, otros esconden el alcohol o lo tiran, otros discuten y otros hacen que su vida gire alrededor de sus padres, cuidándolos veinticuatro horas para evitar el consumo de alcohol.

Es también muy habitual que esta situación se viva con vergüenza. Nadie de la familia conoce el problema de alcoholismo, por lo que los hijos tienen dos preocupaciones: la adicción de su progenitor y la obligación de ocultárselo al resto del mundo.

Qué hacer si uno de tus padres es adicto al alcohol

  1. Prioriza tu seguridad. Si hay conductas violentas, protégete. No tienes que resignarte y aguantar todo porque sea tu padre o tu madre. La prioridad es que tú estés a salvo, así que no te sientas culpable por irte a vivir temporalmente con otra persona o por hablar con las autoridades.
  2. No lo vivas en silencio. El secretismo es cómplice del alcoholismo. Habla con un amigo de confianza, con algún familiar con el que tengas buena relación o con un profesional (tu médico, un psicólogo, un profesor…). No sólo te ofrecerá una visión imparcial de la situación, sino que podrás aliviarte al desahogarte con esa persona.
  3. No actúes como si no pasara nada. Hay un problema en casa y no podéis fingir que todo va bien. Es importante no ocultar ni reprimir tus emociones. Si estás preocupado, enfadado o triste, tus padres deben saberlo.
  4. clima de seguridad, con conductas de sobreprotección (aunque estén justificadas) generamos suspicacia, tensión y desconfianza.
  5. Escoge un buen momento para hablar. Si tu padre o madre está bajo los efectos del alcohol, no es el mejor momento para hablar. Tampoco lo es en sitios públicos o en medio de una discusión. Elige un momento seguro y privado en el que tanto tú como tus padres estéis relajados.
  6. Utiliza expresiones centradas en ti y no en la otra persona. Cuando hables con tus padres céntrate en cómo te está afectando a ti el consumo de alcohol para evitar que tu progenitor se sienta atacado. Es muy útil utilizar situaciones concretas. Por ejemplo, en vez de decir “es que bebes muchísimo” puedes decir “yo estoy preocupado porque noto que bebes mucho justo antes de dormir”. Como ves, la frase se centra en tus sentimientos y en un momento específico del día.
  7. hijos adolescentes de adictos al alcohol. Actualmente hay 24.000 grupos de Al Anon y 2.300 de Alateen.
  8. No te descuides por cuidar de tu padre o madre. Cuando estamos preocupados por un padre con problemas de salud, es habitual descuidarnos a nosotros mismos. Es importante que no desatiendas tu salud mental ni tus obligaciones. Tus estudios, tu trabajo, tu vida social y tu felicidad son una prioridad. Queda con amigos, sal de vez en cuando y distráete.
  9. La asertividad no es un desencadenante del alcoholismo. Es muy habitual que los hijos de padres alcohólicos eviten expresar sus emociones, decir cuando algo les molesta o mostrarse firmes, porque tienen miedo de que esa actitud asertiva desencadene un episodio de alcoholismo. La adicción no es culpa tuya, tú no la estás provocando, y saber defender tus derechos y mostrar tus emociones es algo positivo.
  10. teléfono gratuito y confidencial de ANAR, una organización de ayuda a niños y adolescentes en riesgo. También puedes informarte en asociaciones de ayuda a personas con alcoholismo, preguntar a tu médico o hablar con un psicólogo especializado en adicciones para que te de las pautas para protegerte y que tus padres sean conscientes de la gravedad de la situación.