La limpieza facial en casa: un hobby más que recomendable para la salud que es fácil y no tan caro

  • Hacer una limpieza facial en casa es posible: toma nota de estos consejos para mejorar la salud de tu piel.

Dicen los dermatólogos que la limpieza y la fotoprotección son dos de los ingredientes más importantes para tener una piel sana. Sin embargo, muchas veces descuidamos ambas cosas y el resultado es una piel más apagada, de aspecto menos saludable, cargada de toxinas que impiden su correcta regeneración. Para evitarlo se suele recomendar llevar a cabo una limpieza facial cada mañana y cada noche y, de vez en cuando, extender esta rutina y regalarse un momento de descanso (no solo para la piel) con el uso de mascarillas u otros tratamientos que nos ayuden a cargar de salud nuestra piel.

No hace falta complicarse demasiado para hacerlo: si bien en algunos casos es recomendable acudir a una clínica para una limpieza en profundidad, también puedes hacer una limpieza facial en casa perfectamente eficaz. Aquí tienes algunos consejos para hacerlo.

¿Cómo hacer una limpieza facial en casa?

Lo primero es distinguir entre tu rutina diaria de limpieza facial y la que lleves a cabo cuando necesites una limpieza más profunda. En el día a día, lo más importante es la constancia y, para evitar que la pereza acabe con esta rutina, nada mejor que tener todos los utensilios necesarios para tu limpieza facial a mano: limpiador, agua micelar, gel limpiador, algodón, toallita, serum, crema facial...

No todo el mundo utiliza los mismos productos, pero los pasos para una rutina de limpieza facial suelen ser similares: limpiar e hidratar, tanto para comenzar el día como para terminarlo. La variedad de productos es inmensa, desde cosmética de farmacia hasta productos ecológicos como aceites esenciales o cremas procedentes de extractos naturales. Lo importante es dedicarte ese momento y, si es posible, aprovechar para relajarte y no pensar en nada más. Puedes usar música relajante (sobre todo de noche), aprovechar para regalarte un pequeño masaje facial (ayuda a que los productos penetren mejor en la piel).

Dentro de esta rutina diaria hay que integrar la exfoliación: eliminar las células muertas es el primer paso para que los productos cumplan su función sin toparse con una barrera. Puede no bastar con la limpieza ordinaria y suele ser recomendable exfoliar tu cara una vez a la semana, sobre todo cuando se utiliza fotoprotector a diario.

En cuanto a una limpieza facial en casa verdaderamente profunda, normalmente conlleva el plus de eliminar la suciedad más profunda, como puntos negros o pequeños granitos. Para ello hay que seguir ciertos pasos y un orden lógico, además de reservarte un periodo de tiempo bastante más prolongado. Lo mejor es ponerte manos a la obra en un momento en que no tengas nada que hacer durante las siguientes horas: de esta forma podrás relajarte y dedicar un rato a tu cuidado, sin prisas ni interrupciones.

Con una limpieza facial en profundidad podrás eliminar impurezas de forma más contundente y, para ello, deberás comenzar por limpiar tu piel de la forma habitual. Además, hay que tener en cuenta que, en caso de acné, hacer una limpieza facial en casa tal vez no sea lo más recomendable, ya que deben usare cremas antisépticas y antiinflamatorias en el proceso para reducir el riesgo de extender el problema.

Una vez que hayas limpiado tu piel, llega el momento de abrir los poros y para ello puedes utilizar vapor (siempre es más efectivo cubrir tu cabeza con una toalla para hacerlo), así como masajear tu piel con la yema de los dedos sobre el área del bozo, mentón, entrecejo y cuello para relajar los músculos. Gracias a este gesto, los poros pueden abrirse con más facilidad. También puedes aplicarte toallas calientes.

El siguiente paso es exfoliar tu piel con un producto específico, bien usando tus dedos para tasajear, bien utilizando un cepillo diseñado para ello. Con la piel exfoliada, es el momento de atacar los puntos negros y demás impurezas. Debes tener las manos limpias y evitar usar las uñas para evitar marcas. También es mejor evitar las zonas inflamadas, así como usar productos antisépticos para evitar infecciones.

Una vez que tengas tu piel limpia, puedes aplicar una mascarilla. Las hay de todo tipo y lo ideal es que elijas la que mejor te funcione teniendo en cuenta las necesidades de tu piel: hidratación, reducción de grasa o brillos... Aprovecha para masajear el rostro con movimientos circulares y ayudar a tu piel a oxigenarse, así como a que los poros se cierren. El último gesto es hidratar tu piel una vez retirada la mascarilla y evitar el maquillaje durante las horas posteriores a la limpieza, ya que tus poros podrían seguir algo abiertos.