La ‘comunidad maker’ sigue haciendo viseras 3D contra el coronavirus: “Los hospitales nos lo han pedido por favor”

  • Distribuyen al 12 de Octubre de Madrid, al Gómez Ulla y otros muchos hospitales de España

  • También donan viseras a la policía, a los bomberos y comerciantes expuestos al COVID

  • "Si alguien tose, no quiero que me caiga en el ojo", dice un sanitario

Si algo nos está demostrando esta pandemia, además de evidenciar que no somos los “dueños del mundo” (como bien dijo Pepe Mújica), es que, en nuestro país, sigue habiendo mucha gente solidaria, que ha revivido a una España hermanada y vecinal que parecía olvidada. Un ejemplo de esta empatía es el de la comunidad maker, un grupo de autodenominados “frikis de la impresión 3D” que, sin conocerse de nada, se han unido a través de internet para hacer algo de vida o muerte en este momento de nuestra historia: material sanitario.

En concreto, una infinidad de viseras o pantallas faciales, cuyo diseño ha hecho el hospital Gregorio Marañón, que cubren la cara del trabajador expuesto al COVID-19 y que, si bien el Ministerio ha catalogado como “no homologadas”, son un “escudo protector” que ayuda a evitar el contacto directo con los infectados hasta que se reciba el material oficial:

“No sustituyen a las mascarillas homologadas, pero ayudan a protegerse”

“Según tengo entendido, previenen de posibles salpicaduras infecciosas a la hora de tratar con portadores del virus. Evitan la exposición del rostro y, sobre todo, de los ojos, a esas salpicaduras. Es un complemento que, en ningún caso, se puede sustituir por la mascarilla bucal debidamente homologada, pero los profesionales sanitarios que trabajan con ellas dicen que funcionan”, dice Álvaro de Juan, uno de los impresores voluntarios de esta iniciativa.

De hecho, uno de esos profesionales les ha llamado para dejar clara su opinión: "Aquí no hablamos de homologaciones. La idea es que yo tenga la cara cubierta para que, si un paciente con coronavirus me tose, no me caiga una gota en el ojo. Así que, muchas gracias".

“Los médicos reciben nuestras donaciones con lágrimas”

Teniendo en cuenta que la alternativa que se estaba usando era una portada de acetato pegada a la cabeza con un esparadrapo, parece lógico que los hospitales ignoren (por el momento) la burocracia de la homologación y pidan a los makers que no cesen su actividad: “Son los propios trabajadores de los hospitales quienes se ponen en contacto con nosotros solicitando las máscaras. Las donaciones (validadas o no) se reciben con mucha emoción. Solo se escuchan palabras de ánimo y agradecimiento y, en algunos casos hasta con lágrimas. Hay que tener en cuenta que, en la precaria situación sanitaria actual, cualquier pequeña ayuda supone un gran apoyo para todos los profesionales que se están jugando el tipo”, añade de Juan.

“No es momento de hacer negocio”

Con respecto al negocio que se está gestando en torno a bienes que, políticamente, fueron despreciados en el pasado y que ahora se han convertido en material de primera necesidad, lo makers lo tienen claro: “No es el momento de hacer negocio. Todas las empresas que tengan la capacidad de fabricación o distribución de este tipo de material deberían ponerlo a disposición del Estado. Está muriendo gente”, concluyen, y agradecen a empresas como SICNOVA que les hayan hecho llegar cientos de kilos de material para poder seguir ayudando a salvar vidas en tiempos del coronavirus.