¿Es el corte de digestión un mito o una realidad? Así podemos evitarlo

  • El corte de digestión se produce cuando sometemos a nuestro cuerpo a un cambio brusco de temperatura, dificultándose o deteniéndose este proceso

  • Los síntomas más comunes son vómitos, escalofríos, bajada de tensión arterial o zumbidos en los oídos

  • Solo en casos muy extremos puede producirse una parada cardiorrespiratoria: por eso es importante salir del agua al experimentar los primeros síntomas

¿Quién no se lo ha pensado dos veces antes de lanzarse al agua después de comer por miedo al famoso corte de digestión? Es el resultado de años y años de advertencias que siguen repitiendo padres y madres cada verano pero, ¿qué hay de cierto en ello? ¿Existe en realidad el famoso corte de digestión?

En teoría, el corte de digestión es el resultado de un frenazo repentino de ese proceso por un cambio brusco de temperatura en el cuerpo que puede ocurrir, por ejemplo, al meternos en el agua fría. Sin embargo, muchos expertos coinciden en que los supuestos efectos del corte de digestión no son tan dañinos ni ocurren tan fácilmente como pensamos. ¿Es el corte de digestión un mito o una realidad? ¿Qué es el corte de digestión?

Corte de digestión: qué es y cuáles son sus síntomas

El corte de digestión se produce cuando, debido a un cambio brusco de temperatura, el proceso de digestión se ve interrumpido. Cuando hacemos la digestión el flujo sanguíneo se concentra en el estómago, por lo que la cantidad de sangre repartida en el resto del cuerpo puede ser menor. Bañarse en agua fría hará que nuestro cuerpo demande más sangre en otras zonas para poder compensar esa pérdida de temperatura corporal. Por eso, en ocasiones, el proceso de digestión puede pararse.

En cuanto a los síntomas del corte de digestión, malestar y vómitos son los más frecuentes, así como piel pálida, mareos, descenso de la tensión arterial, escalofríos, zumbidos en los oídos, piel de gallina... En ocasiones, la bajada de tensión puede provocar pérdida de consciencia y solo muy rara vez, en casos muy extremos, voy a llegar a producirse una parada cardiorrespiratoria. Es la llamada hidrocución, un estado de síncope o postración de las funciones vitales (pulso y respiración), producido por un cambio brusco de temperatura que experimenta el cuerpo a causa de una inmersión súbita en el agua, y que termina en parada cardiorrespiratoria.

Por eso, en caso de que aparezcan los primeros síntomas, lo mejor que podemos hacer es salir del agua o de aquella situación que esté provocando el enfriamiento de nuestro cuerpo. Lo siguiente es tumbarse con las piernas ligeramente elevadas para evitar una lipotimia. Abrigarse y dar calor a la persona afectada ayudará a que recupere su temperatura corporal normal. Por último, en caso de que existan vómitos o diarrea, es importante rehidratarse para recuperar el agua perdida. Si se diera el caso extremo de parada cardiorrespiratoria, habrá que iniciar las maniobras de reanimación y llamar urgentemente a una ambulancia.

Cómo evitar un corte de digestión

En lo referente a cómo evitar un corte de digestión, se recomienda no hacer comidas abundantes antes del baño y evitar meterse en el agua de manera brusca. Es mucho mejor hacerlo poco a poco, de manera que el cuerpo se habitúe lentamente a la temperatura del agua.

Cuanto mayor sea el contraste de temperaturas, más posibilidades existirán de sufrir un corte de digestión: ten lo en cuenta porque, si la temperatura exterior es muy alta y tu cuerpo se encuentra a una temperatura muy alta, meterte en el agua helada tendrá un efecto más dramático en tu organismo. También influye, por supuesto, la temperatura del agua: no es lo mismo bañarse en Galicia que hacerlo en Valencia.

Ten en cuenta, además, que existen determinados grupos de personas más propensos a sufrir un corte de digestión. Es el caso de bebés, niños y ancianos. En todos estos casos, la exposición al sol debe ser moderada y se debe mantener una hidratación constante.