Día Mundial de Lavarse las Manos: ¿por qué se celebra el 15 de octubre?

  • Lavarse las manos previene todo tipo de enfermedades infecciosas, como el covid19

  • El Día mundial del lavado de manos se celebra para concienciar sobre la importancia de la higiene para la salud

  • Muchos lugares del mundo no tienen acceso al agua o los lugares adecuados para realizar este gesto

La importancia de lavarse las manos para esquivar muchas enfermedades infecciosas es algo que hemos aprendido, o al menos deberíamos, con la pandemia del covid. Pero, a pesar de ser uno de los mantras que nos ha acompañado durante esta crisis sanitaria mundial, todavía son muchos los lugares del mundo donde normalmente no se tiene acceso habitual a las condiciones que favorezcan este gesto rutinario. Por eso, hoy 15 de octubre se celebra el Día Mundial del Lavado de Manos.

Un correcto lavado de manos evitaría cerca del 44% de los fallecimientos causados por enfermedades diarreicas y el 25% de las infecciones respiratorias agudas, que suponen la mayor causa de defunción de los menores de cinco años a nivel mundial, según ha recordado la Fundación We Are Water.

Además, la ausencia de higiene, unida al consumo de agua en mal estado, provoca la muerte de más de 800 niños cada día, tal y como añaden desde la fundación, dedicada a la instalación de saneamiento, pozos, manantiales y campañas de concienciación para prevenir enfermedades diarreicas e infecciones respiratorias en países de bajos ingresos.

La celebración del Día del Lavado de manos cada 15 de octubre se remonta al año 2008, cuando la Asociación Mundial para el Lavado de Manos (Global Handwashing Partnership) lo instauró, con el apoyo de la Asamblea General de la ONU, que había declarado aquel 2008 como el Año Internacional del Saneamiento. Esta jornada conmemorativa trata, desde su origen, como una llamada de atención para concienciar a la población y a los gobernantes de los distintos países sobre la importancia de la higiene para proteger la salud de todos.

Instalando lavabos por todo el mundo

Con este mismo espíritu, la Fundación We Are Water, que persigue paliar los efectos negativos de la falta de recursos hídricos, realiza instalaciones de piletas para lavarse las manos, además de letrinas, proporcionando un espacio higiénicamente completo allí donde no existe.

En zonas de África, Centroamérica, Asia y Oceanía, la ausencia de instalaciones para el lavado de manos es endémica. En este sentido, el director de la Fundación We Are Water, Carlos Garriga, señala que "la falta de espacios para llevar a cabo una buena higiene no es el único inconveniente en muchos lugares del mundo, sino que, en la mayoría de los casos, se suma la falta de agua y jabón, problemas que en algunas poblaciones es endémico y donde, como señala Unicef, muchas personas utilizan cenizas o arena para su aseo personal".

Por ello, poner el foco en las escuelas, donde los más pequeños aprenden a lavarse las manos y las consecuencias para la salud de no hacerlo, resulta "imprescindible", recuerda Garriga. En este sentido, los proyectos de la Fundación We Are Water han permitido que más de 43.500 alumnos y sus maestros de muchas escuelas del Chaco-Chuquisaqueño (Bolivia), Tombali (Guinea-Bissau), Zagora (Marruecos), Mymensingh, (Bangladés), y de la Región del Norte de Tailandia se beneficien de instalaciones de saneamiento, kits de higiene y campañas de concienciación.

Asimismo, las iniciativas de la Fundación han posibilitado que 5.000 escolares de Rajastán, Tamil Nadu y Haryana, en India, sepan usar estos dispositivos y conozcan la importancia de lavarse las manos antes de comer o de hacer sus necesidades, a la vez que lo transmiten a sus familias y a su comunidad, creando una verdadera cultura de la higiene.

También destacan otras campañas como las acometidas en la República Democrática del Congo, donde la Fundación mejoró el acceso al agua potable, la higiene y el saneamiento para frenar la alta mortalidad infantil a causa del cólera, beneficiando a 10.000 niños, así como la construcción de pozos y manantiales en diversas poblaciones de Etiopía para acabar con el prejuicio social para las mujeres y las niñas que tienen que ir a buscar el agua y no pueden ir al colegio.