Dolencias de los pies: dactilitis y otros motivos por los que te pueden molestar a diario

  • En ellos se encuentran 28 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos

  • Sostienen la carga de nuestro cuerpo

  • El dolor aumenta según vamos envejeciendo

En los pies se encuentran un total de 28 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos, tendones y ligamentos. Sostienen la carga de nuestro cuerpo y pueden sufrir por diferentes motivos. La verdad es que es algo común sentir dolor o molestias casi a dirario.

No obstante, duelen más conforme vamos envejeciendo. Podemos sufrir dolor desde la punta de los dedos hasta los talones. Cualquier zona puede doler y cada dolor puede afectarnos de una manera. Por ello, os contamos a continuación qué tipos de dolores se suelen sentir con más frecuencia, por qué aparecen y cómo aliviarlos.

Fascitis plantar

Se denomina así a la inflamación y dolor del ligamento de la fascia plantar. Este ligamento abarca gran parte de la planta del pie. En caso de padecerla, notaríamos dolor en el talón o en el arco. Es uno de los problemas más comunes.

Una vez se diagnostica, la recuperación puede extenderse desde los ocho a los doce meses. A veces la fascitis plantar puede venir acompañada de un espolón. Para acabar con ella, existen diferentes métodos, como inyecciones de cortisona o plaquetas, ejercicios de estiramiento o la técnica de las ondas de choque.

Espolón

Se trata de una protuberancia ósea, que nace en el talón, y cuya forma termina en punta. Al ser puntiagudos producen dolores intensos. Se forman a consecuencia de la separación de la fascia del talón. En algunos casos solo desaparecerá si se aplica cirugía. No obstante, se puede intentar tratar con plantillas, antiinflamatorios, etc.

Osteoartritis

Aquí quienes sufren son las articulaciones. La osteoartritis afecta a los cartílagos articulares y al hueso adyacente. Estos se van degenerando con el paso de los años y es esto mismo lo que provoca dolor.

Ante este caso, deberemos recurrir a diferentes medidas que harán que la situación pueda mejorar, como disminuir la actividad de los pies, evitar fuertes impactos, bajar de peso para que soporten menos presión, o tomar antinflamatorios.

Juanetes

Afectan al dedo gordo. Se trata de una dolorosa protuberancia ósea. Pueden aparecer por diferentes motivos: presión del calzado, por el factor hereditario... Y es más, puede agravarse con el paso del tiempo.

En este caso, no existen muchas curas más allá de la cirugía. Podremos aliviar el dolor con el uso de zapato amplio, plantillas, etc., el mejor método será la operación.

Gota

Continuamos con los dolores en el dedo gordo. La gota proviene del exceso de ácido úrico en sangre. Notaremos cómo se inflama la base de este dedo, sufriendo un dolor bastante duro. En este caso, acudiremos a un profesional para que nos dé las claves del tratamiento.

Dactilitis

Aquí el dolor afecta a uno o más dedos. El tendón que los recorre se hincha, haciendo que el dedo o dedos afectados aumenten su anchura. Puede venir de la llamada artitris psoriásica. Un especialista nos guiará en el tratamiento.

Neuroma de Morton

En este caso sufriremos un intenso dolor en la base y en los dedos más pequeños debido a la inflamación de los nervios que llegan hasta los dedos. Podemos sentir que se nos duermen e incluso la sensación de tener piedras o arenilla en el zapato. Lo aliviaremos con plantillas específicas o con cirugía.

Dedo en martillo

Ocurre cuando se deforma la articulación media de los dedos. A partir de ella, el dedo se dobla hacia abajo en lugar de permanecer recto. Puede deberse al uso continuo de zapatos apretados, especialmente en la punta, o a lesiones.

Para solucionarlo, usaremos calzado ancho, plantillas y realizaremos ejercicios orientados a su mejora.

Tendinitis de aquiliana

En este caso sufre el tendón de Aquiles, que puede hincharse o adquirir cierta rigidez. Suele aparecer tras un ejercicio físico, pero también puede ser fruto de la ya nombrada artritis psoriásica. Las plantillas lo aliviarán. También se puede recurrir a la cirugía.

Sequedad

No hidratar los pies puede pasar factura. A menudo, los pies se secan. Demasiada sequedad puede llegar a provocar grietas que nos provoquen dolor. Y estas grietas pueden llegar a provocar infecciónes.

Edema

Viene dada por la acumulación de líquido en los pies en las últimas horas del día debido a la insuficiencia venosa. La sangre se estanca y se forma una herida abierta. Para reducirlo, prestaremos atención durante el día y pondremos el pie en alto.