Los efectos psicológicos que provoca a los médicos no aplanar la curva del coronavirus

  • "Tenemos que tratar de aplanar esta curva, pero luego hay una segunda curva que tendremos que aplanar

Nuevos informes y encuestas de médicos y enfermeras en China, Italia y los Estados Unidos muestran un evidencia: nuestros sanitarios no solo están pagando con su vida la lucha contra el coronavirus sino que los que sobreviven a él están experimentando una gran cantidad de problemas de salud mental. Esta tensión crece a medida que COVID-19 continúa su propagación, se ven incapaces de frenar la curva de muertes. El impacto en su día a día se mide en mayores tasas de estrés, ansiedad, depresión e insomnio. Porque cuando acabe el virus sus secuelas van a perdurar.

"Tenemos que tratar de aplanar esta curva, pero luego hay una segunda curva que tendremos que aplanar: las consecuencias para la salud mental de la pandemia", confiesa a Science, Roy Perlis, psiquiatra del Hospital General de Massachusetts. El 89% de los 271 trabajadores de la salud en Hong Kong sufrieron secuelas con el anterior coronavirus marcadas por agotamiento, angustia psicológica y estrés postraumático.

Otra encuesta de 1.257 trabajadores de la salud en 34 hospitales en China encontró que a principios de febrero, el 72% había experimentado síntomas de angustia. Y aproximadamente la mitad tenía síntomas de depresión y ansiedad, informaron los investigadores el mes pasado en JAMA Open Network. Más de un tercio tenía insomnio. La razón principal de angustia al comienzo del brote fue la falta de equipo de protección personal, confiesa a la revista científica, Shaohua Hu, psiquiatra del Primer Hospital Afiliado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang que realizó el estudio.

Otro informe centrado en Italia demuestra que los efectos son comunes en los países afectados por el coronavirus. Según datos recopilados entre el 27 de marzo y el 31 de marzo de 2020 demostraron síntomas del trastorno de estrés postraumático (TEPT) (49.38%), depresión severa (24.73%), ansiedad (19.80%), insomnio (8.27%) (y estrés 21.90%.

Mujer joven que ve morir o enfermar a un compañero, la que más impactada se ve

El análisis muestra que las mujeres médicos o enfermeras que trabajan en primera línea que han tenido un colega fallecido, hospitalizados o en cuarentena son las que más impacto mental sufren. Estar expuestos al virus e infectar a sus amigos, compañeros de trabajo y familias les supone una angustia vital acrecentada por algunas posiciones egoístas como esos vecinos que no quieren convivir con ellos o los que se atreven, incluso, en México a tirarles lejía.

Y no hay que olvidar otro de los elementos que rompen a los sanitarios. El hecho de tener que decidir quién vive y muere en unas condiciones fuera de lo normal porque en otras muchos de los que ven morir podrían haberse salvado. A esto hay que añadir la cruel despedida, en los mejores casos a través de videollamadas, de los enfermos y sus familias. Y ellos están allí.