¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes de las que tu hijo puede contagiarse y cómo prevenirlas?

  • Las enfermedades en niños son frecuentes pero les ayudan a madurar su sistema inmunitario

  • Las más frecuentes son provocadas por infecciones, especialmente de carácter vírico

  • Enseñarles buenos hábitos de higiene es básico para evitar enfermedades, así como cuidar su alimentación

Es muy habitual que los niños estén enfermos con relativa frecuencia, algo que tiene mucho que ver con la falta de madurez de su sistema inmunitario. Es normal que, durante esta etapa de crecimiento y desarrollo, la exposición a virus y bacterias termine provocando más de un mal rato, pero la buena noticia es que todas estas enfermedades puntuales ayudarán a que construyan y desarrollen los anticuerpos necesarios, saliendo fortalecidos de cara al futuro.

De todos modos, conviene tener claro cuáles son las enfermedades a las que previsiblemente se enfrentará cualquier niño en España en algún momento de su vida para poder controlar sus síntomas y, si es posible, evitar contagios innecesarios. ¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes de las que tu hijo puede contagiarse?

Las enfermedades más comunes en niños: cuáles son y qué hacer

Tal y como recuerda Cinfa Salud, las enfermedades infecciosas son frecuentes en niños y les suelen acompañar a lo largo de toda su infancia precisamente debido a la falta de madurez de su sistema inmunitario. A ello se le suman ciertos hábitos poco higiénicos y difíciles de controlar (que compartan chupetes, que se lleven cualquier objeto a la boca, que beban agua del mismo lugar...).

Por otro lado, la mayoría de las enfermedades infecciosas que afectan a los niños están producidas por virus y, de forma secundaria, por bacterias (hay que recordar que solo en este último caso sería útil el consumo de antibióticos).

En cuanto a las formas de contagio de enfermedades infecciosas en niños, son varias: por vía respiratoria (al toser, estornudar, hablar, escupir…), por vía fecal-oral (al ingerir virus o bacterias, por ejemplo, a través de agua o alimentos contaminados), por contacto directo (de niño a niño o a través de objetos que se comparten) o por contacto con líquidos orgánicos (sangre, saliva...)

Toma nota de las enfermedades más frecuentes en niños:

  • Bronquiolitis. Se trata de una infección respiratoria aguda que afecta a niños menores de 2 años. Es una infección vírica que se presenta como un catarro, seguida de dificultad respiratoria progresiva con aumento del trabajo respiratorio.
  • Conjuntivitis. Esta infección provoca la inflamación de la conjuntiva, que es el tejido que cubre la parte blanca del ojo. Puede ser causada por virus, asociada al resfriado, y también puede aparecer debido a la presencia de bacterias.
  • Enfermedad boca-mano-pie. Esta enfermedad vírica, muy frecuente en niños, se manifiesta en forma de pequeñas ampollas en las palmas de las manos, la planta del pie y el interior de la boca, así como fiebre.
  • Gastroenteritis aguda. La gastroenteritis aguda consiste en la inflamación de la mucosa que recubre el estómago y puede ser causada por virus (rotavirus) o bacterias. En ambos casos provoca diarrea, vómitos y dolor abdominal.
  • Gripe. La gripe es una gran conocida por todos, y también afecta a los más pequeños. Se trata de una infección aguda del tracto respiratorio superior que produce fiebre alta, dolores musculares y malestar general. Se transmite por el virus de la gripe, en cualquiera de sus variedades.
  • Faringoamigdalitis. En este caso nos encontramos ante una infección de las amígdalas o anginas causada por un virus (dolor de garganta, fiebre baja, tos y malestar general) o una bacteria produce fiebre más alta, malestar general acusado e inflamación de los ganglios del cuello).
  • Lombrices (oxiuros). Se trata de una desagradable infección asociada a un parásito que provoca picor alrededor del ano, sueño inquieto y despertares durante la noche. Se transmite por contagio fecal-oral o a través de objetos contaminados, como ropa o sábanas.
  • Moluscos (Molluscum contagiosum). Esta infección vírica se manifiesta con la aparición de pequeñas lesiones o pápulas en la piel, agrupadas y por todo el cuerpo.
  • Mononucleosis infecciosa. Esta enfermedad vírica se caracteriza por un cuadro febril, con dolor de garganta y aumento del tamaño de los ganglios, especialmente en el caso de los del cuello.
  • Tosferina. Nos referimos en este caso a una infección bacteriana que provoca fiebre leve y diarrea y sobre todo tos fuerte, que puede derivar en vómitos o episodios de asfixia.
  • Varicela. La varicela es una infección causada por el virus varicela zóster. Se caracteriza por la aparición en la piel de granos rosas que producen intenso picor.
  • Otitis. Es la enfermedad infantil más común detrás de las infecciones virales.

¿Cómo prevenir o evitar las infecciones en niños?

Los expertos inciden en que es normal y habitual que las infecciones sean frecuentes en los niños y, de hecho, contribuyen a la madurez progresiva de su sistema inmunitario. Pero, aunque enfermar siendo niño es lógico e incluso positivo, esto no significa que los más pequeños deban pasarse la vida de infección en infección.

Es muy complicado evitar estas infecciones de forma radical, ya que virus y bacterias conviven con nosotros constantemente, especialmente con las bajas temperaturas del invierno. Lo mejor que podemos hacer es garantizar una alimentación sana para ellos y asegurarnos de que reciban una educación clara en cuanto a qué deben y qué no deben hacer para evitar enfermar. No será fácil, pero al menos era posible reducir el número de contagios.

Así, las medidas higiénicas básicas que debe conocer cualquier niño pueden hacer mucho por evitar resfriados y otras enfermedades fruto de infecciones víricas. Mantener sus manos limpias lavándolas al menos 5 veces al día, evitar llevarse objetos a la boca (así como sus propias manos), enseñarles a estornudar tapándose la boca, no compartir objetos (especialmente de uso personal, como cubiertos)... son cosas que todo niño debe conocer, independientemente de que en la realidad las aplique en la medida en que debería.

Además, es importante que sepan que los lugares ventilados resultarán en general más sanos y que deben evitar cambios bruscos de temperatura. Del lado de los padres, debemos animarles a beber mucho líquido y alimentarles de horma que sus defensas se encuentren listas para combatir cualquier virus o bacterias. Coliflor, calabaza, cebolla, jengibre, ajo, tomillo, alimentos ricos en vitamina C (naranjas, limones, kiwis...) son especialmente conocidos por prevenir los resfriados, tanto en niños como en adultos. En general, acude también a la vitamina D y al zinc.