Alteraciones en el oído, ansiedad, estrés... ¿Qué enfermedades tienen como síntomas mareos y vértigos?

  • El mareo o el vértigo suelen asociarse con enfermedades que afectan al sistema vestibular

  • Además, las situaciones de estrés y ansiedad pueden desembocar en este tipo de síntoma, en relación con la hiperventilación

  • También existe un tipo concreto de migraña que puede provocar este tipo de síntomas en quien las padece

Dentro de la amplia lista de sensaciones y síntomas desagradables que podemos experimentar a lo largo de nuestra vida, vértigos y mareos son dos de los más frecuentes y conocidos, si bien pueden ir asociados a todo un abanico de enfermedades o situaciones. A veces se trata de algo pasajero y debido a causas externas, como ocurre cuando nos marearnos en un medio de transporte. También puede deberse a causas psicológicas, como cuando nos encontramos en una situación concreta que nos provoque nerviosismo y ansiedad. En otras ocasiones, el mareo se relaciona con enfermedades del sistema vestibular. ¿Qué enfermedades tienen como síntomas mareos y vertigos?

Mareos y vértigos: enfermedades que suelen presentar estos síntomas

El vértigo es una sensación de movimiento que resulta desagradable en quien la padece. Sentimos que todo se mueve a nuestro alrededor e incluso que nos precipitamos al vacío sin que ello ocurra realmente. Aunque no siempre es así, el vértigo suele ir de la mano de las náuseas, así como de la pérdida de equilibrio o mareo y de una sensación de desmayo.

Las causas por las que podemos sentir estos síntomas son muy variadas pero, en general, es habitual que aparezcan vértigos y mareo cuando nos exponemos a una situación externa que comprometa nuestro equilibrio: viajar en barco, subirnos a una atracción de feria... Lógicamente, en estos casos no hay nada de qué preocuparse.

Sin embargo, el vértigo y el mareo también pueden deberse a los efectos de alguna enfermedad y, en este sentido, lo más frecuente es que esa dolencia tenga que ver una alteración del sistema vestibular que, tal y como recuerda Gaes, está situado en el interior del oído interno. Es precisamente en este punto en el que se coordina el mantenimiento del equilibrio, así como de nuestra postura. Así, el sistema vestibular se refiere al oído interno y al cerebro, que procesan la información sensorial relacionada con el control del equilibrio y el movimiento ocular.

Estas son algunas de las enfermedades asociadas al vértigo y el mareo:

  • Neuritis vestibular. Esta enfermedad afecta al oído interno o al nervio vestibulococlear, que se inflaman debido a una infección. El resultado es, entre otras cosas, vértigos y mareos, así como posibles cambios en la audición.
  • Enfermedad de Meniere. Se trata de una enfermedad que suele aparecer solo en un oído, y cuyas causas se desconocen. El mareo aparece porque se produce un aumento de la presión del líquido en la cóclea del oído interno. También es frecuente experimentar sensación presión en los oídos y audición fluctuante.
  • Neuroma acústico. En este caso, nos encontramos ante un tumor benigno y poco frecuente que aparece en los nervios auditivos y de equilibrio. También puede provocar pérdida de audición, zumbidos en los oídos o entumecimiento de la cara. Estos tumores pueden irradiarse cuando son pequeños o extirparse quirúrgicamente cuando son más grandes.
  • Migrañas vestibulares. Este tipo de migraña también provoca mareos o desequilibrio cuando se presenta un ataque. Otros síntomas son movimientos oculares espasmódicos, inseguridad para caminar y pararse y vértigo.

Por otro lado, existe una relación entre el vértigo y la presencia de algún tipo de trastorno o enfermedad psiquiátrica. El vértigo y el mareo pueden darse durante crisis de ansiedad y, de hecho, se trata de un síntoma frecuente en estos casos. Esto puede tener que ver con la hiperventilación que se produce al respirar de forma acelerada, que provoca adormecimientos de las extremidades y sensación de mareo y vértigo. También con la ligera pérdida de conciencia que se produce en estos casos, llamada presíncope vasovagal.