Un nuevo estudio concluye que el riesgo de trombos por la vacuna de AstraZeneca es bajo

  • Estudio de Dinamarca y Noruega sobre coágulos sanguíneos raros

  • Hallaron un exceso de 11 eventos raros por cada 100.000 vacunaciones

  • No se encontró un aumento en la tasa de coágulos arteriales

Más luz sobre las posibilidades de coágulos sanguíneos raros en adultos que reciben la vacuna de Oxford-AstraZeneca contra la covid-19. Un estudio de Dinamarca y Noruega publicado en la revista científica 'The British Medical Journal' detecta un ligero aumento de las tasas de coágulos en las venas, incluidas las del cerebro, en comparación con las tasas esperadas en la población general. Sin embargo, el riesgo de tales acontecimientos adversos se considera bajo.

Los investigadores se propusieron comparar las tasas nacionales de coágulos sanguíneos y afecciones relacionadas tras la vacunación con la vacuna con las de la población general de Dinamarca y Noruega. Sus resultados se basan en 280.000 personas de entre 18 y 65 años que recibieron una primera dosis de la vacuna en ambos países desde febrero de 2021 hasta el 11 de marzo.

Ateniéndose los registros nacionales de salud, identificaron las tasas de eventos, como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, coágulos sanguíneos profundos y eventos de sangrado dentro de los 28 días de recibir una primera dosis de la vacuna y los compararon con las tasas esperadas en las poblaciones generales de Dinamarca y Noruega.

Los investigadores hallaron 59 coágulos sanguíneos en las venas en comparación con los 30 esperados, lo que corresponde a un exceso de 11 eventos por cada 100.000 vacunaciones. Esto incluyó una tasa más alta de lo esperado de coágulos en las venas del cerebro, conocida como trombosis venosa cerebral (2,5 eventos por cada 100.000 vacunaciones). Sin embargo, no encontraron un aumento en la tasa de coágulos arteriales, como ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.

Para la mayoría de los resultados restantes, las cifras fueron en gran medida tranquilizadores, con tasas ligeramente más altas de eventos menos graves como trombocitopenia (una condición relacionada con niveles bajos de plaquetas en la sangre), trastornos de la coagulación y hemorragias, que dicen que podrían estar influenciados por una mayor vigilancia de los receptores de la vacuna.

Se trata de un estudio de observación, por lo que no puede establecer una causa, sino solo una correlación. Y los investigadores señalan algunas limitaciones, como la falta de datos sobre los factores de riesgo de coagulación subyacentes y la posibilidad de que sus resultados no sean aplicables a otras etnias. Sin embargo, los puntos fuertes del estudio son el enfoque basado en una población amplia, el uso de datos de registro nacionales fiables y el seguimiento casi completo de los participantes.

"Los riesgos absolutos de eventos tromboembólicos venosos descritos en este estudio son pequeños, y los resultados deben interpretarse en el contexto de los beneficios de la vacunación contra la COVID-19 tanto a nivel social como individual", concluyen los autores.

Incertidumbre con la segunda dosis

Por otra parte, los menores de 60 años que recibieron la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca en España continúan sumidos en la incertidumbre sobre qué pasará con su segunda dosis. Desde el cambio en el plan de vacunación en el cual Sanidad comunicaba que las dosis de la compañía anglosueca pasaban a usarse en mayores de 60, siguen esperando para conocer cuál será la estrategia que se adopte para sus casos.

Según manifestó hace unos días Carolina Darias, ministra de Sanidad, se espera a la resolución de los expertos y a los estudios realizados para intentar hallar una evidencia científica que garantice "la mejor decisión". “Las personas que tengan menos de 60 y hayan recibido una primera dosis de la vacuna de AstraZeneca van a esperar a la determinación que las autoridades sanitarias, las personas expertas, tomen. Estamos revisando la evidencia científica y lo que están haciendo los países de nuestro entorno", dijo.

A la espera de esta decisión, las Sociedades Científicas Españolas, se ponen, una vez más, a disposición del Ministerio de Sanidad, y han sido un total de 17 las que se han pronunciado para proponer que, de modo voluntario, a estas personas afectadas, menores de 60 años, se les permita recibir la segunda dosis y que, de no desearlo, esperen a que se tengan evidencias científicas de otras posibles combinaciones.