Invierno y virus: los guantes pueden estar favoreciendo los catarros

  • Estudiamos si protegerse las manos con guantes puede exponer más al contagio

Cada invierno es habitual mantener un permanente contacto con virus como el del resfriado común y la gripe y aunque generalmente el ser humano dispone de mecanismos para defenderse de ellos, cuando le pilla con una bajada de defensas o llegan con una gran virulencia, se produce el contagio.

Los virus tienen un periodo de supervivencia, tanto en el aire como en todo tipo de superficies, durante el que permanecen activos fuera del cuerpo y es interesante saber si protegerse las manos con guantes puede librarte o exponerte aún más al contagio.

De un estudio realizado sobre la supervivencia de virus, bacterias y hongos en el ambiente se desprende que el ‘rinovirus’ o virus del catarro común puede sobrevivir entre 2 y 7 días y el ‘virus influenza’, el de la gripe, entre 1 y 2 días. La supervivencia más alta se da en condiciones de baja luminosidad solar, alta humedad y bajas temperaturas (entre 4 y 6 grados centígrados). Otra de las conclusiones a la que llega el mismo estudio es que entre los patógenos más frecuentes que pasan de las superficies a las manos está el virus del resfriado común.

Otras investigaciones se centran en la transmisión de los virus de la gripe y el resfriado a través de las manos y las superficies. En lo que se refiere a la gripe, la conclusión es que los virus de la gripe A y B sobreviven entre 24 y 48 h en superficies duras y no porosas, como acero inoxidable y plástico (interruptores de luz, teléfonos, teclados, grifos, tiradores…) en papel y tejidos (los guantes, por ejemplo) sobreviven entre 8 y 12 h.

En lo que respecta al resfriado común, de un ensayo realizado en 2007 se deduce que el contagio a través de superficies duras y no porosas es de un 60% transcurrida una hora y se reduce a la mitad después de 18 horas.

En cuanto a las manos, los virus sólo son capaces de sobrevivir como máximo 5 minutos después de la transferencia desde cualquier superficie.

El problema es que bastan unos minutos y un leve gesto para que se produzca un contagio tanto del virus del resfriado común como de la gripe, como podría ser abrir una puerta y en los minutos siguientes llevarse la mano a la boca (un gesto involuntario que se repite a menudo a lo largo del día).

Lo cierto es que la supervivencia de los virus en las manos es más reducida que en otras superficies que se tocan a diario o que en unos guantes, así que en principio lo ideal es llevar las manos desprotegidas, pero también es más habitual llevarse las manos a la boca cuando están desnudas.

La recomendación sería usar los guantes sólo cuando las temperaturas los exijan y deshacerse de ellos en cuanto se pueda, toser o estornudar en un pañuelo desechable (y tirarlo) o en el codo (con el que no es sencillo tocar ninguna superficie) para evitar contagiar a otros y evitar tocarse la cara sin lavarse antes las manos.