La importancia de saber si un huevo ha caducado: podría consumirse pero si cumple algunos requisitos

  • El envase de los huevos incluye una fecha: la de consumo preferente

  • Pasada esta fecha, el huevo puede consumirse si se ha conservado en condiciones

  • Un método infalible para saber si está en buen estado es ver si se hunde en agua

Tiramos mucha comida. Es un hecho, y hay maneras de cambiarlo, pero siempre con cuidado. Como sabrás, algunos productos están marcados indicando la fecha hasta la cual es preferible comerlo, es decir, hasta cuándo es óptima su calidad. Lo cual no quiere decir que no pueda consumirse pasada esa fecha. Por ejemplo, los huevos. ¿Qué requisitos debe cumplir y cómo sabemos si está realmente caducado un huevo?

Fíjate en el ‘sello’

Generalmente, los envases de los huevos vienen marcados por varios códigos, que nos indican información como la manera de criar a las gallinas, y datos de la procedencia, desde el país de origen hasta el código postal de la región concreta.

En la huevera también puedes encontrar la fecha de consumo preferente del producto, un dato que la Unión Europea obliga a incluir. Además se añade siempre la recomendación de conservar los huevos en la nevera.

¿Puedo consumirlos después de la fecha que marca?

Lo que dice el Instituto español de Estudios del Huevo es que “si se han mantenido refrigerados, y tienen la cáscara intacta y limpia, los huevos se pueden comer durante unos días después de la fecha de consumo preferente”.

La fecha de consumo preferente no es fecha de caducidad, es como máximo de 28 días desde la fecha de puesta. Indica el tiempo durante en que los huevos se pueden considerar huevos frescos porque, bien conservados, mantienen su calidad y seguridad.

Pero tampoco hay que dejarlos demasiado tiempo en la nevera pasada esa fecha, además de que un buen número de personas tira el envase de cartón al llegar de la compra.

¿Cómo sé si están en mal estado?

Si un huevo crudo desprende mal olor, pinta mal. Otra manera de saberlo es cascarlo y ponerlo en un plato para observar la yema. Si huele mal, la yema está más líquida de lo habitual o tiene un color extraño, tíralo.

La prueba del agua

“Un método más limpio y sin duda más divertido es realizar la prueba de flotación del huevo. Esto no es un mito; los huevos frescos se hunden mientras los huevos podridos flotan hacia arriba”, informa Australian Eggs.

“Simplemente llene un recipiente con agua fría del grifo y coloque los huevos en él. Si se hunden hasta el fondo y se colocan sobre un lado, son frescas y buenas para comer. Un huevo podrido flotará debido a la gran celda de aire que se forma en su base. Cualquier huevo flotante debe desecharse”, explica.

Si pasa todas estas pruebas, puedes comerlo sin problema, aunque recuerda que no debes consumir huevos cocidos o productos a base de huevo que se han dejado fuera de la refrigeración durante más de 4 horas.