Así es la máquina de radioterapia que donó Amancio Ortega y todavía sigue sin usarse en Valencia

  • La máquina donada por Amancio Ortega es uno de los más dispositivos más avanzados para combatir el cáncer

  • El 'Gamma Knife' permite tratar pequeños tumores cerebrales y anormalidades funcionales

  • Un hospital de Valencia lleva un año sin utilizar la máquina por falta de permiso del Ayuntamiento

Una máquina de radiología de gran precisión donada por el multimillonario y dueño de Inditex Amancio Ortega a hospitales públicos españoles permite ofrecer uno de los tratamientos más avanzados contra pequeños tumores cerebrales y anormalidades funcionales.

El Gamma Knife funciona como un bisturí láser y es totalmente indoloro. Permite ofrecer un tratamiento de radioterapia muy localizado sin necesidad de incisiones y ni hospitalización del paciente.

Se trata de un dispositivo muy avanzado a nivel tecnológico. Pesa varias toneladas y su aspecto hace que parezca venido del futuro. Con un precio superior a los 2 millones de euros, está siendo utilizado ya por algunos hospitales públicos para tratar los tumores más escondidos.

¿Para que sirve la máquina que ha donado Amancio Ortega a la sanidad pública?

El paciente lleva al hospital. Después de recibir anestesia local, el dispositivo se acopla a su cabeza. Mediante un sistema de coordenadas tridimensional, los médicos pueden localizar y definir el volumen del tumor a tratar.

Una vez que se ha detectado la zona exacta en la que se ha desarrollado el tumor, los resultados se introducen a un sistema informático que determina de forma precisa los parámetros para el tratamiento de radioterapia apropiados para cada paciente.

Por último, en la cantidad y la intensidad adecuada, el sistema permite llevar a cabo el tratamiento radiológico con una precisión micrométrica en la zona establecida.

Un hospital de Valencia lleva un año sin utilizar la máquina por falta de permiso del Ayuntamiento

La máquina ya está siendo utilizada en varios hospitales públicos de España pero hay casos en los que su implantación está topándose con el obstáculo de la burocracia. Es el caso del Hospital Clínico de Valencia donde el equipo sigue sin ponerse en funcionamiento un año después de haber sido recibido.

El retraso en las obras del centro y la demora en el trámite de la licencia que tiene que conceder el Ayuntamiento han provocado que esta tecnología no haya podido comenzar a ser utilizada aún. En este sentido, fuentes del Ayuntamiento aseguran estar en contacto con la consejería de Salud para "agilizar los trámites" para que el dispositivo pueda comenzar a ser utilizado "cuanto antes".