Expertos insisten en que la mascarilla FFP2 ofrece mayor protección ante ómicron que la quirúrgica

La alta capacidad de contagio de la variante ómicron del SARS-CoV-2 supone que no todas las mascarillas son igual de efectivas para protegernos del virus. Varios expertos han alertado de que aunque las mascarillas quirúrgicas otorgan protección no ofrecen las suficientes garantías ante una variante tan infecciosa, por lo que recomiendan el uso de las FFP2. Las mascarillas de tela en esta tesitura no tendrían más función que la decorativa.

Especialistas como José Luis Jiménez, profesor de la Universidad de Colorado (Estados Unidos) y uno de los grandes expertos mundiales en la transmisión por aerosoles, y la sanitaria María Gallego Blanco, insisten en su uso en Twitter. No es que las mascarillas quirúrgicas no funcionen”, subraya Jiménez, porque “cualquier mascarilla filtra algo”, e insiste en que “cualquiera es mejor que ninguna”.

Las mascarillas quirúrgicas "ya no son suficiente"

Sin embargo, el científico afirma que “las mascarillas quirúrgicas ya no son suficiente” para un virus que se transmite por el aire “tan rápido o más rápido que cualquier virus conocido por la humanidad”. Por eso, señala que se necesitan FFP2, ya que la ventilación no es adecuada en la mayor parte de lugares como colegios, oficinas o trenes. Llevar una buena mascarilla y bien ajustada es fundamental.

María Gallego, por su parte, ha compartido el tuit de José Luis Jiménez y ha recomendado utilizar sólo FFP2 o FFP3 y “a poder ser con ajuste trasnuca”. “Son cómodas, se respira bien con ellas y ajustan bien”, ha señalado, a la vez que destaca que “un hueco del tamaño del 2% del perímetro de la mascarilla deja entrar y salir 50% aire sin filtrar”. “Si quieren ahorrar, una elastomérica cuesta 20 euros aproximadamente y dura años. Sus filtros son baratos y se cambian cada mes, o más. Ajuste perfecto”, añade.

Un ajuste perfecto es clave para la eficacia de la mascarilla

De hecho, los expertos también están avisando en los últimos días de que la clave al usar las mascarillas FFP2 es que estén perfectamente ajustadas. Claire Judith Horwell, profesora de Geohealth en el Departamento de Ciencias de la Tierra y el Instituto de Peligros, Riesgos y Resiliencia de la Universidad de Durha, asegura que, ahora que comprendemos mejor cómo se propaga el virus, debería ser una “prioridad” aumentar el uso de mascarillas FFP2.

"Como regla general, si siente que entra aire en los ojos y sus gafas se empañan rápidamente, o si siente que su aliento se escapa por los bordes... entonces también podrá entrar aire contaminado”, alerta. En un hilo de Twitter, Horwell señala que es posible que las personas tengan que probar varias mascarillas FFP2 hasta encontrar una que se ajuste bien y no deje salir el aire por los bordes, ya que solo debe entrar o salir a través de la tela, que es el filtro.

Cuidado con la doblez en el centro de la mascarilla

En este sentido, alerta de que la barba puede obstaculizar ese cierre hermético que se debe conseguir. Además, avisa de que, en su opinión, las mascarillas de dos pliegues, que vienen con un doblez en el centro, “no suponen un gran sello porque el clip de la nariz viene doblado en el medio”. “Cuando se coloque una mascarilla, debe moldear el clip a su nariz, no pellizcarlo. De lo contrario, el aire se escapará alrededor del puente de la nariz”, avisa.

También advierte sobre las mascarillas de "copa dura", las N95, por su poca flexibilidad y ajusta a la cara. Sim embargo, punto positivo para las mascarillas "en forma de barco", pues, según Horwell son las mejores, ya que "se adaptan muy bien a diferentes formas de rostro y son muy cómodas".