La atención de los padres y el tiempo es crucial para evitar una situación trágica, ya que en menos de 30 segundos un niño puede ahogarse, debido a que su capacidad pulmonar es menor a la de un adulto, que puede tardar entre dos y cinco minutos en hacerlo: "Eso es muy rápido, es una consulta del Whatsapp" afirma Salvador Baelló, responsable formación Salvamento y Socorrismo C. Valenciana.
La falta de socorristas en algunas playas y piscinas, las malas instalaciones de algunas piscinas y la irresponsabilidad de adultos y bañistas son las principales causas de ahogamiento de menores.
La zona en la que los niños son más vulnerables son las piscinas privadas, aquí ocurren el 80% de los accidentes. Los pequeños no son conscientes de los riesgos. La falta de supervisión de los progenitores, que se encuentran absortos por el móvil, ha hecho que aumente el número de niños fallecidos por ahogamiento, siendo la segunda causa mortalidad infantil en nuestro país.
Los padres que se encuentran veraneando con sus hijos y nos les quita el ojo de encima: “es que es imposible estar con el móvil, en un segundo está dentro del agua”, “Si vienes a la playa sabes que el niño y ya está”, “Hay que ser sensatos”, aunque otros afirman que: “solo veo móvil, móvil, móvil, es lo que toca”.
La mayoría de ellos admiten: "las redes nos tienen absorbidos", "Somos dependientes de los móviles", "Vivimos conectados", afirman un grupo de padres. Esta dependencia conlleva un gran riesgo.
Pero esto no solo ocurre aquí, sino que se extiende a otros países. Antes esta situación, las asociaciones de socorristas dan la voz de alarma. Piden sensatez para evitar este tipo de situaciones y disfrutar de verano juntos.
Lo cierto es que todo estamos expuesto a sufrir una distracción, basta un despiste para que se produzca una tragedia, que según en que circunstancias hubiese sido mejor evitar.