Los resultados del informe del Instituto de Salud Carlos III, ISCIII, que avala administrar la vacuna de Pfizer a las personas menores de 60 años vacunadas con una primera dosis de AstraZeneca, van a marcar la decisión que este martes tiene que tomar el ministerio de Sanidad. Ahora existe la posibilidad de mezclar con "seguridad" estas dos vacunas, de jugar con las dosis que se vayan recibiendo para vacunar contra la covid a los diferentes grupos de edad.
Ahora mismo sobre la mesa hay tres opciones; la primera sería poner la segunda dosis de AstraZeneca como recomienda la EMA, la OMS, y países como Italia o Reino Unido; otra opción sería la de vacunar con una segunda dosis de Pfizer, que es lo que propone el estudio español y países como Francia o Alemania; la tercera opción, nada descartable, sería combinar ambas vacunas (Pfizer y AstraZeneca) en el tramo de edad de los 40 a los 60 años, que es el más seguro, para así aprovechar las dosis disponibles. Ahora mismo hay un millón de dosis de AstraZeneca en los congeladores.
Pendientes de la decisión, profesores, personal de fuerzas de seguridad o profesionales de sectores sanitarios de menos de 60 años desean de salir de dudas este martes. "Prefiero que me pongan la segunda de AstraZeneca", comenta una mujer. "La verdad es que estoy bastante intranquilo", señala otro hombre al respecto.
Con los resultados del estudio del ISCIII en la mano, Sanidad tiene ahora la posibilidad de elegir opciones. AstraZeneca tiene el aval de la EMA, y logicamente de la propia compañía. Por esa opción apuestan autonomías como Andalucía o la Comunidad de Madrid. "Utilizar AstraZeneca en la segunda dosis tal y como dice la ficha técnica", según explicaba el consejero de sanidad madrileño, Enrique Ruiz Escudero.
Pero sabiendo que mezclar con Pfizer también es seguro y eficaz, autorizar la combinación soluciona el problema el suministro de AstraZeneca, porque aún hay que poner casi cinco millones de segundas dosis a la franja de 60 a 69 años, ahora mismo no hay suficientes. La Comisión de Salud también tiene sobre la mesa una solución intermedia, la posibilidad de que entre 40 y 60 años se puedan autorizar las dos opciones dependiendo de la disponibilidad.