Óxido de etileno: ¿qué es y qué riesgo conlleva para el ser humano?

  • El óxido de etileno sirve para esterilizar, entre otras cosas, material quirúrgico y sanitario: su uso en la industria también se encuentra muy extendido

  • Si la aireación no es correcta, la exposición a este gas puede afectar a pacientes, personal de quirófanos, etc.

  • En general, los síntomas asociados a la inhalación de óxido de etileno desaparecen progresivamente y sin secuelas

En materia de prevención de riesgos laborales, es necesario tener en cuenta que la exposición a ciertas sustancias puede poner en peligro la salud de los empleados. De ahí que se creen protocolos específicos para reducir esta exposición y sus efectos, llevando a cabo chequeos médicos periódicos y específicos. Es el caso de lo que ocurre con los trabajadores expuestos al llamado óxido de etileno. ¿Qué es y qué riesgo conlleva para el ser humano?

Óxido de etileno: dónde se usa y qué riesgos conlleva

El óxido de etileno es un gas a temperatura y presión normales, soluble en el agua y fácilmente licuable a temperatura ambiente. Se utiliza como producto de síntesis y como agente de esterilización, y su uso se remonta al año 1928, cuando se comenzó a utilizar como fumigante. Durante la Segunda Guerra Mundial se ensayó como descontaminante biológico del material de guerra y en 1962 se empleó por primera vez para la esterilización del instrumental médico, uno de sus usos más peligrosos, habiéndose demostrado que es eficaz frente a todos los microorganismos.

En cuanto a los usos específicos de este gas, el óxido de etileno se utiliza casi exclusivamente en la industria, como materia prima para la elaboración de productos químicos orgánicos: etilenglicol, detergentes no iónicos, fibras de poliéster, anticongelantes, etc.

Otros usos son como antiemulsionante del petróleo, disolvente, propulsor de cohetes, así como la fumigación de ciertos materiales y como agente esterilizante del material médico-quirúrgico (sobre todo el termosensible, que no puede ser sometido a temperatura elevada) en la industria y los centros de atención sanitaria, siendo este último uso, aunque poco importante desde el punto de vista cuantitativo sobre el total, el más repartido geográficamente debido a la dispersión asistencial de la sanidad, tal y como asegura el Ministerio de Sanidad.

Un factor importante es que la esterilización con este gas se utiliza para todo el material que es sensible al calor: plástico, caucho o incluso ciertos metales. Al analizar estos materiales se ha encontrado que el óxido de etileno es retenido por ellos en grandes cantidades, por lo que la exposición puede no sólo afectar al personal que trabaja en la unidad de esterilización, sino que, si la aireación no es correcta, también alcanza a los propios usuarios (pacientes, personal de quirófanos, etc.).

En cuanto a sus efectos sobre la salud, el óxido de etileno es un irritante cutáneo y de las mucosas, y el contacto directo con el producto puede producir quemaduras químicas y reacciones alérgicas. Los riesgos del óxido de etileno en el ámbito industrial (peligros de explosión e incendios, quemaduras cutáneas, dermatitis alérgicas), se conocen desde hace tiempo. En su aplicación más reciente como agente esterilizador para instrumental médico, juega un papel muy importante la exposición por inhalación.

La intoxicación aguda por óxido de etileno puede producir, según la intensidad de la exposición, irritación en los ojos, nariz y garganta, problemas gastrointestinales (náuseas, vómitos), neuralgias y cefaleas. Los síntomas aparecen después de un período de latencia de algunas horas, no habiendo señales de alarma durante la exposición como podría ser tos e irritación de las mucosas nasales. Eso sí, en general, una vez pasada la exposición, la recuperación se efectúa sin ningún tipo de secuelas.

En caso de intoxicación crónica, según el Ministerio, las únicas manifestaciones demostradas para el hombre son las neurológicas, habiéndose descrito casos de encefalopatía y de polineuritis entre los trabajadores que se ocupaban de un esterilizador defectuoso. Al cesar la exposición se produce una regresión progresiva de los síntomas, hasta la curación total.