¿Qué es y cómo tratar la anorgasmia?

  • La anorgasmia afecta a muchas mujeres y sus causas pueden ser muy variadas, tanto físicas como psicológicas

  • A veces el problema se encuentra en la falta de comunicación con la pareja, el descontento con la propia imagen...

  • No es lo mismo la falta de deseo sexual que la anorgasmia

La dificultad habitual para alcanzar el orgasmo (siempre que haya una amplia y adecuada estimulación sexual) es una circunstancia más común de lo que parece, y tiene nombre: anorgasmia. Afortunadamente, puede tratarse de distintas maneras en función de cuáles sean sus causas. Y es que, si bien sus síntomas (al menos el principal) están claros, las causas de que esto ocurra pueden ser múltiples y tocar tanto el plano físico como el psicológico. ¿Qué es y cómo tratar la anorgasmia? ¿Cuáles son sus síntomas?

Qué es la anorgasmia y cuáles son sus síntomas

Tal y como explica Mayo Clinic, la anorgasmia es un término médico que define la dificultad regular para alcanzar el orgasmo tras una amplia estimulación sexual. Es frecuente que esta dificultad genere angustia o frustración en quien la experimenta, y que interfiera en la relación de pareja. Con todo, es importante diferenciar entre una racha de menor deseo sexual o de mayor dificultad para alcanzar el orgasmo, y lo que podemos llegar a considerar un problema para quien lo sufre por tratarse de un patrón frecuente que le genera malestar.

De otro lado, es importante tener en cuenta que "la mayoría de las mujeres necesitan un cierto grado de estimulación del clítoris directa o indirecta y no alcanzan el clímax solo con la penetración". Por tanto, muchas veces el problema tiene que ver no con quien experimenta la ausencia de orgasmo, sino con una pareja sexual inadecuada, la ausencia de confianza suficiente en la otra persona, ausencia de interés en el placer del otro...

Las propias vivencias y sensaciones de la persona que sufre anorgasmia determinan también su mayor o menor facilidad para alcanzar el orgasmo: edad, problemas médicos, ingesta de determinados medicamentos, depresión... pero también un sentimiento religioso profundo, vergüenza de su propio cuerpo, alguna experiencia desagradable o traumática el pasado... Todo ello puede influir en la respuesta sexual.

En este sentido, tal y como resalta la clínica, es posible que esta situación no suponga realmente un problema para quien la experimenta: todo depende de si la persona se encuentra o no satisfecha con su vida sexual. Si no es así y desea generar un cambio, siempre pueden buscarse vías para mejorar su vida sexual.

Estas son algunas de las causas de la anorgasmia:

  • Causas físicas: Enfermedades graves que repercutan también en el bienestar psicológico, problemas ginecológicos (cirugías ginecológicas, cirugías para tratar el cáncer, incomodidad o el dolor durante las relaciones sexuales...), consumo de medicamentos que inhiban el orgasmo (para la presión arterial, antipsicóticos, antihistamínicos y antidepresivos), consumo de alcohol o envejecimiento (debido a los cambios hormonales, circulatorios... que se experimentan) son algunos ejemplos.
  • Causas psicológicas. Problemas de la salud mental, como la ansiedad o la depresión; imagen corporal negativa; estrés y presiones financieras; creencias culturales y religiosas; sensación de vergüenza; culpa por disfrutar del sexo; abuso sexual o emocional en el pasado; problemas en la relación (falta de conexión con la pareja, conflictos sin resolver, infidelidad, violencia en la pareja...)

Si decides acudir a un profesional porque la falta de orgasmos te preocupa, es probable que tu médico te pregunte por tus antecedentes sexuales y quirúrgicos y tus relaciones actuales para intentar determinar la causa del problema. También es posible que lleve a cabo un examen físico (por ejemplo, podría detectarse una afección médica que sea la causa de la ausencia de orgasmos, o bien una razón física o anatómica en el área genital que dificulte el orgasmo).

En cuanto al tratamiento de la anorgasmia, "dependerá de la causa de tus síntomas". Puede comprender cambios en el estilo de vida, terapia y medicación, y siempre será positivo aprender a conocer el propio cuerpo y a sentirse cómoda con él en un contexto sexual. En caso de que el problema tenga que ver con la pareja, puede ayudar la terapia relacionada con los conflictos entre sus integrantes, o bien la terapia o educación sexual. Si la causa es médica, un cambio en tu tratamiento puede ayudarte, o bien la terapia local con estrógenos, entre otras cosas.