Cuatro síntomas que nos alertan de la formación de trombos

  • Los principales síntomas de la presencia de un trombo son hinchazón, dolor, rojez y aumento de la temperatura en la zona

  • Si esto ocurre, es importante acudir a un médico cuanto antes para evitar daños mayores

  • Los trombos son más frecuentes en piernas que en brazos, aunque pueden ocurrir en ambas áreas

La trombosis o aparición de trombos ocurre cuando la sangre se solidifica en una vena o arteria y dificulta o impide la circulación normal. Esta coagulación puede resultar peligrosa en función de distintos factores: el tamaño e intensidad del bloqueo, el lugar en que se ubique... Si la sangre se coagula en el interior de una vena, ello impide su retorno hacia el corazón, por lo que la sangre se acumularía provocando hinchazón y dolor. Por eso es importante aprender a identificar sus síntomas y acudir a un profesional cuanto antes. Toma nota de estos cuatro síntomas que nos alertan de la formación de trombos.

Cinco síntomas que nos alertan de la formación de trombos

La trombosis es una enfermedad o dolencia potencialmente peligrosa que afecta a miles de personas en España. Se manifiesta rápidamente, en pocos días e incluso horas, y detectarla resulta relativamente sencillo, ya que su principal síntoma es dolor e hinchazón en la pierna -o en el brazo, cuando se produzca en est área-. En general, estos son los cuatro síntomas a los que debes atender, tal y como recuerda Mayo Clinic, acudiendo cuanto antes a un médico para evitar daños mayores:

  • Hinchazón en la zona afectada. Es el principal síntoma y resulta raro que la hinchazón ocurra en ambas extremidades, por lo que se trata de un signo fácil de identificar.
  • Dolor. Es habitual que a la hinchazón se le sume una sensación de dolor que, cuando se trate de la pierna -el caso más frecuente-, comenzará en la pantorrilla, en forma de calambre o inflamación.
  • Enrojecimiento o decoloración. Si notas que la zona presenta cambios en su tonalidad habitual, se trata de otro síntoma claro. En general, suele aparecer enrojecimiento y brillo en la piel.
  • Sensación de calor en la pierna afectada. Es frecuente que la temperatura en la zona afectada aumente y, en ocasiones, puede aparecer incluso fiebre.

Estos síntomas normalmente irán a más, especialmente cuando nos encontremos de pie. Lo más importante es acudir a un médico cuanto antes para que analice la situación y nos indique qué medidas debemos tomar. También es importante tener en cuenta que a veces los trombos no provocan síntomas.

Ten en cuenta que un peligro añadido de la presencia de trombos es el desprendimiento de un trombo venoso: cuando esto ocurre, es frecuente que el trombo termine en el pulmón, ya que el camino natural que sigue la sangre una vez llega a las venas es su regreso al corazón y, de ahí, hacia los pulmones, donde se oxigena para volver a bombearse al cuerpo. En estos casos es cuando se produce la embolia pulmonar (EP).

Tal y como recuerda la web Trombo.info, la localización más frecuente de trombosis venosa se produce en las venas profundas de las piernas. Hablamos entonces de Trombosis Venosa Profunda (o TVP) porque afecta a las venas profundas de las extremidades, no a las venas superficiales. Además, a veces la trombosis afecta a las venas de los brazos o a órganos internos.

En cuanto a cómo evitar la trombosis, existen factores que riesgo, si bien la genética también juega un papel importante. Nos encontramos con un mayor riesgo de trombosis tras ser operados, así como cuando tenemos una edad avanzada (a partir de los 65 años). Tomar hormonas, especialmente como método anticonceptivo, es también un factor de riesgo, así como haber sido tratado contra el cáncer. Ten cuidado también si has sufrido una rotura de hueso o si tienes un chichón o moretón grande, así como cuando realices viajes largos o permanezcas en la misma postura largo tiempo.

La obesidad y el sedentarismo también tienen mucho que ver con la trombosis, y aquellas personas que hayan sufrido un infarto cerebral o estén paralizadas deben tener especial cuidado. Las venas varicosas o enfermas, los problemas de corazón... o la presencia previa de coágulos, nos deberán obligar a permanecer alerta.