Los rastreadores del Ejército se enfrentan a la desconfianza y el nerviosismo de los positivos en coronavirus

  • La principal dificultad que enfrentan es cuando no quieren dar datos y no colaboran

  • El Gobierno acordó dar más de 3.000 rastreadores a las comunidades

El Ejército ya está desplegado por casi toda España haciendo labores de rastreo. Un equipo de Informativos Telecinco ha acompañado a los rastreadores de la Armada y del Ejército de Tierra para conocer su trabajo de primera mano. La gran dificultad a la que se enfrentan en esta misión es la negativa de muchos contagiados.

Los rastreadores del Ejército son incansables: Hacen decenas de llamadas como ésta al día para conocer la evolución de muchos positivos y saber las personas con las que mantuvieron contacto en los últimos quince días. Quieren saber si tienen síntomas o permanecen sin ellos. El problema surge cuando al otro lado de la línea recelan o no colaboran.

Nos cuentan que algunas personas están nerviosas, tienen miedo. Desconfían y no quieren dar datos, aunque con paciencia y persuasión los rastreadores consiguen establecer la comunicación para trabajar en la detección de otros posibles contagiados.

Para gestionar estas situaciones reciben formación, también en psicología y echan mano a esas herramientas para poder hacer su trabajo que consiste en establecer todos los contactos de personas que sean positivos en covid-19.

Estos rastreadores están acostumbrados a las misiones difíciles, aunque aparte de algunas situaciones más complicados, creen que no es lo habitual. "Lo normal es encontrar colaboración", nos cuentan. Una sección de la Armada en Cádiz, que visitamos, ha realizado 334 llamadas desde el lunes y se han comunicado con 280 contactos estrechos con PCR positivos.