"Tengo más granos en las ciudades con humedad": un experto lo explica

  • La humedad aumenta la producción de sebo, obstruye los poros y facilita la proliferación de bacterias

Un clima seco o húmedo puede ser determinante para la salud de la piel y, especialmente cuando se trata de pieles grasas, agravar o mejorar problemas como el acné. Pero nadie se libra de los efectos de la humedad en la piel que, además de obstruir los poros, propicia el desarrollo de bacterias y hongos.

Esa es la razón por la que quienes viven en climas secos notan un empeoramiento de su piel y la aparición de imperfecciones cuando se trasladan a zonas con más humedad en el ambiente

Por qué afecta la humedad a la piel

Un ambiente húmedo provoca en la piel diferentes reacciones que se pueden manifestar con granitos e incluso con un brote de acné en pieles grasas o irritaciones en pieles secas. Esto es debido a que la humedad aumenta la producción de sebo, obstruye los poros y facilita la proliferación de bacterias, propiciando la aparición de imperfecciones en ciertas zonas del cuerpo como el rostro, el cuello, el escote, los hombros o la espalda.

Si con la humedad además aumenta la sudoración por el calor, el problema se agrava porque se produce una deshidratación de la piel y con ello un efecto rebote, es decir, un aumento del sebo y la aparición de más granitos.

Cómo evitar o reducir estas imperfecciones

Quienes viven en climas húmedos deben actuar en dos frentes, por un lado, hay que extremar la higiene y por otra, hay que buscar un equilibrio entre el exceso de secreción sebácea y la hidratación de la piel.

Las pieles propensas a la aparición de granitos deben habituarse a limpiar la cara día y noche para evitar que los poros se taponen y se produzca una infección de las glándulas sebáceas. Tan importante como el cuándo es el cómo, es decir, los cosméticos que se utilizan. Es importante evitar el agua muy caliente y optar por limpiadores suaves, libres de alcohol, grasas y siliconas.

Se pueden prevenir nuevos brotes utilizando una vez a la semana una mascarilla de barro, de azufre o arcilla verde, que purifican y ayudan a absorber la suciedad evitando la inflamación de los poros, es decir, los granos.

En cuanto a la hidratación, hay que recordar que una piel deshidratada no es lo mismo que una piel seca, a ésta le faltan lípidos y está desnutrida, a aquella le falta agua. Las pieles grasas requieren hidratación para evitar que las glándulas sebáceas se protejan generando más grasa.

Si el brote de granitos ya ha aparecido, lo aconsejable es acudir a especialistas que sepan tratarlo de la manera adecuada. En cualquier caso, es aconsejable no tocar los granitos para evitar infecciones, marcas y cicatrices.